Delcy Rodríguez; la reina en el ajedrez de Maduro

La excanciller de Venezuela y “la tigresa” del Presidente es ahora la mujer más poderosa del país, al mando de la Asamblea Nacional Constituyente

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CIUDAD DE MÉXICO.

Chavista hasta la médula. La revolución la lleva en la sangre. Su estilo combativo la convirtió en una de las piezas clave del ajedrez del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Delcy Rodríguez, excanciller de la nación sudamericana, es ahora la mandamás de la todopoderosa Asamblea Constituyente (ANC).

Caraqueña orgullosa y licenciada en Derecho por la Universidad Central de Venezuela, Rodríguez, de 48 años, fue dirigente estudiantil, al igual que su hermano mayor Jorge, otro de los peces gordos del chavismo, quien fue vicepresidente y funge como

alcalde de Caracas.

Y es que la vocación política viene de cuna. Su padre, Jorge Antonio Rodríguez, fue el fundador de la Liga Socialista y en 1976 murió asesinado por la policía política del gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979), lo que estrechó aún más el lazo entre los hermanos. Según el diario Tal Cual, “Delcy está muy unida a su hermano y es el cerebro de las decisiones que toma el alcalde” de la ciudad capitalina.

El socialismo se conquista peleando” fue la frase estrella del progenitor, que sus hijos siguieron al pie de la letra. A capa y espada, desde 2003, Delcy batalla en las filas chavistas donde fue directora de Asuntos Internacionales del Ministerio de Energía y Minas durante el gobierno del fallecido Hugo Chávez (1999-2013), y vicecanciller de Venezuela para Europa.

En 2006 se desempeñó como ministra del despacho de la Presidencia, pero sólo duró medio año en el cargo, pues, al parecer, Rodríguez no era santo de la devoción del Líder de la Revolución Bolivariana, apuntó el mismo rotativo.

Delcy merece el reconocimiento de todo el país, porque ha defendido como una tigresa la soberanía, la paz y la independencia de Venezuela.

Nicolás Maduro Presidente de Venezuela

Durante años, Delcy se mantuvo en la sombra hasta la llegada de Nicolás Maduro al poder, quien en 2013 la nombró ministra de Información y Comunicaciones para convertirse en la viva voz del Presidente.

En ese periodo, la chavista comenzó a despedazar a la oposición y en 2014 acusó en Twitter a varios disidentes de pasar unas lujosas vacaciones de diciembre fuera del país, pese a que esta férrea defensora de los valores socialistas sea una fan de los zapatos de Valentino y resida en una urbanización muy acomodada de Caracas, según el portal web La Patilla.

A la funcionaria le llovieron acusaciones como “enchufada”, “sapa” o “la misma voz de una dictadura”. Sospechosamente, varios medios con líneas críticas al gobierno como la cadena Globovisión fueron comprados por dueños, que aún permanecen bajo el anonimato, según diario

digital El Español.

Maduro, por su parte, agradeció a Delcy su destacada labor por “democratizar” la verdad en Venezuela.

Sin trabas en la lengua

Su etapa dorada llegó a finales de 2014 cuando asumió el rol de ministra de Exteriores del país petrolero, lo que dejó ver la fidelidad a su padrino (Maduro) y que la diplomacia se deja a un lado cuando

Venezuela es atacada.

Protagonizó encontronazos con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a quien acusó de “formar parte de la escoria imperial”, con el canciller chileno, Heraldo Muñoz, a quien mandó “lavarse la boca cada vez que pronunciara el nombre de Venezuela”, e incluso, sin ser invitada y con la cabeza bien alta, interrumpió una reunión del Mercosur (bloque del que Venezuela fue expulsada) en Buenos Aires.

Para México también hubo palabras, y muchas... Rodríguez acusó al canciller, Luis Videgaray, de “querer construir un muro entre ambas naciones” después de que el jefe de la diplomacia mexicana pidiera a la OEA aumentar la presión sobre el gobierno venezolano por alejarse cada vez más de una democracia.

Sin trabas en la lengua, la funcionaria consideró “lamentable que el gobierno de México agreda a pueblos latinoamericanos y viole grave y masivamente los derechos humanos de su propio pueblo”.

El narcotráfico, el asesinato de periodistas y la violencia social convierten a México en uno de los países más peligrosos del mundo. México es hoy uno de los países más desiguales de nuestra región, comprometiendo seriamente el buen funcionamiento de la democracia”, manifestó la revolucionaria, cuyas palabras desentonan con la persona dulce y cercana que describen sus más allegados.

No obstante, ejerció un papel más diplomático cuando Maduro la envió a ella y a su hermano como mediadores del diálogo con la oposición. De hecho, ambos fueron unas siete veces a la prisión militar de Ramo Verde para conversar con el líder opositor Leopoldo López, quien hoy está bajo arresto domiciliario.

“TigrESA”

Esta carrera meteórica le sirvió a Maduro para convertir a Delcy en su brazo derecho y nombrarla a principios de agosto presidenta de la polémica Asamblea Nacional Constituyente. Previamente, como muestra de reconocimiento, el mandatario le entregó una réplica de la espada del Libertador Simón Bolívar.

“Verdaderamente merece el reconocimiento de todo el país porque ha defendido como una tigresa la soberanía, la paz y la independencia de Venezuela”, manifestó Maduro, orgulloso de su pupila. “Venceremos, Presidente”, dijo la asambleísta.

Y es que es tal la confianza de Maduro en ella, que Rodríguez también preside la Comisión de la Verdad que investigará los cientos de muertes durante las protestas antigubernamentales de este año.

Lleva poco tiempo en el nuevo cargo, pero esta mujer de cabello largo y oscuro, que marca contraste con el famoso collar de perlas blancas que suele adornar su cuello, parece que continuará con su política de mano dura. Así lo demostró cuando Estados Unidos impuso sanciones contra la nación sudamericana: “Imperio, salvaje y bárbaro, no te metas con Venezuela, que mi país jamás desmayará ni se entregará”, dijo la mujer más poderosa de Venezuela, con una mirada desafiante tras esos anteojos de toque hipster.