Ursula Biemann, imágenes poéticas para salvar a la Tierra

“Veo a la Tierra como un ser integral. Quiero que el mundo entienda bien que la naturaleza está viva e interconectada. Y que nosotros somos parte de ella de una manera que no podemos controlar”, afirma la artista visual y escritora suiza Ursula Biemann (1955).

“Llevamos una relación muy complicada con la Tierra. Es muy importante que distingamos entre Tierra y naturaleza, pues me interesa la escala planetaria; propongo que respetemos a ambas para que todos los seres vivos logremos sobrevivir”, agrega en entrevista con Excélsior.

“Después de diez años de abordar temas más sociales, como la migración humana, las fronteras, la movilidad, el género y la incidencia tecnológica; me acerqué a lo ecológico, al medio ambiente y el cambio climático, porque estamos en una crisis, siento que es una urgencia abordarlos”, añade la creadora nacida en Zúrich.

Por esta razón, y uniendo su vocación gráfica y literaria, Biemann ha dado vida a diversos videoensayos, en los que combina imágenes, testimonios, textos y sonidos para sacudir al espectador con historias sobre los animales que viven en el mar profundo, los sonidos del océano o la forma de los indígenas de obtener conocimiento de la naturaleza.

Una selección de las piezas más significativas que ha trabajado la egresada de la School of the Museum of Fine Arts de Boston conforman la exposición Devenir Tierra que, curada por Virginia Roy, se abre al público este sábado, a las 12:00 horas, en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM.

“Cada uno de los proyectos se acerca de manera diferente a este tema. Seguiré trabajando sobre el mar, la selva, los indígenas y su relación con el territorio, para entender mejor nuestra relación con la Tierra; esa es la base de mi investigación. Tengo que llegar a la raíz del problema para plantearlo de una manera que despierte la conciencia”, explica.

“Algunos de mis primeros videoensayos pusieron   énfasis en los problemas de extractivismo, la minería, el petróleo. Otro aborda una cuestión jurídica: son tres casos de una problemática ecológica en Ecuador. Es un acercamiento a los derechos de la naturaleza”, indica.

Quien además realizó estudios en el Instituto Nacional de Bellas Artes, en Ciudad de México, y en la School of Visual Arts de Nueva York y el Whitney Independent Study Program de esta urbe, dice que Devenir Tierra “aborda las posibilidades de transformación por medio de la poética de imágenes y palabras que aumentan nuestra conciencia del mundo natural y la necesidad de entablar diálogos interespecies que mejoren nuestro rol en los ecosistemas globales”.

En el MUAC se exhibirá uno de los proyectos más recientes de Biemann, Devenir Universidad (2019-2023), que parte de la cocreación de una universidad indígena por la comunidad inga, del sur de Colombia, en conjunto con académicos, historiadores, activistas, botánicos y educadores.

“Ésta es una propuesta de educación biocultural que hace hincapié en la interdependencia entre naturaleza y cultura, lo que los inga llaman territorio viviente”, explica.

También se presenta su obra Forest Mind (Mente forestal, 2021), que “incide en los límites de lo epistemológico y parte de la relación entre la ciencia occidental y los saberes ancestrales, para explorar la inteligencia y la capacidad de detectar y responder de la selva”.

La videoensayista detalla que invierte por lo menos dos años en cada obra. “Mis videoensayos empiezan con ideas filosóficas. Luego busco un lugar en la Tierra donde pueda trabajarlas, donde se refleje esa idea; miro a la gente y lo conecto con una narrativa mayor, más teórica. No sólo se trata de documentar.

“El proyecto pone de manifiesto la idea de pertenencia y de conexión. A través de los cinco videos que se exhiben se tiene un acercamiento poético y estético importante a esta problemática. A través de la parte acústica o de la ciencia o del derecho. Las piezas se relacionan, hablan de lo mismo. Es una visión integral”, señala.

Concluye que “el arte es mi manera de comunicar al mundo la conciencia de que el territorio es un espacio de relaciones culturales, científicas y espirituales”.