Guadalupe Dueñas, hacia la valoración de su legado

La investigadora Patricia Rosas Lopátegui integra nuevos hallazgos en la segunda edición, corregida y aumentada, de las Obras completas de la cuentista y ensayista

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Fotos: Archivo Histórico Excélsior/ Cortesía Patricia Rosas Lopátegui

Guadalupe Dueñas (ca.1908-2002) “no sólo fue la mejor cuentista de su tiempo, dicho por Elena Garro, sino también una excelente ensayista y guionista de televisión, una promotora de la cultura en México y defensora del derecho de la mujer a la educación, era una gran feminista”, afirma Patricia Rosas Lopátegui.

La biógrafa y agente literaria de la escritora tapatía agrega que, a pesar de ello, la obra de Dueñas “aún no ha despegado” como la de otras narradoras, no ha sido valorada como la de Garro y Amparo Dávila, “que poco a poco se han colocado de manera sorpresiva en las preferencias de los lectores jóvenes.

De esa generación de escritoras de mediados de los años 50 del siglo XX falta que se reconozca, además de Dueñas, a Inés Arredondo y a María Luisa La China Mendoza, entre otras”, advierte en entrevista con Excélsior.

Pero la catedrática en la Universidad de Nuevo México (Estados Unidos) está convencida de que el legado de Dueñas será finalmente apreciado en su verdadera dimensión; hecho que demuestra, considera, que se haya agotado la primera edición de sus Obras completas (FCE).

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La primera edición salió a la luz en 2017. Fue un gran logro y despegue para su obra. A cuentagotas, se fueron agotando sus 2 mil ejemplares. Desde 2021, algunos lectores me decían que ya no se conseguía el libro. Por lo que, a finales del 2023 se publicó la segunda edición corregida y aumentada”, explica.

La investigadora detalla que en el nuevo volumen no hay obra inédita de Dueñas. “Aparecen dos prólogos míos en los que actualizo la información y también reestructuré el orden de las obras. Pero hay hallazgos interesantes.

El trabajo de estudiosa, biógrafa y compiladora de la obra de un autor(a) es infinito, inacabable, por eso es importante no detenerse. Me he mantenido en contacto con sus sobrinas, María Teresa de la Cueva Dueñas y Luz María Díaz Dueñas, quienes me han dado acceso a los archivos de la escritora y han sido generosas otorgándome datos importantes”, agrega.

La egresada del Tecnológico de Monterrey añade que en la segunda edición de las Obras completas se echa luz a la fecha de nacimiento de Dueñas, que ella se encargó de ocultar.

María Teresa de la Cueva me proporcionó el acta de defunción de Guadalupe. Ahí decía que tenía 94 años cuando falleció, el 10 de enero de 2002. Por lo que creo que pudo haber nacido entre 1908 y 1910.

Y de acuerdo con el testimonio de su hermana menor, María de los Ángeles Dueñas, la Güera, que falleció hace poco, se llevaban 25 años. Me contó que mamá Pita, como le decía, un día le confesó que había nacido en 1910. Por eso, podemos manejar que nació entre 1908 y 1910”, indica.

Ella se quitaba los años, como todas las escritoras de la época. Pero su caso era más radical, porque no hay acta de nacimiento. Su papá no registraba a sus hijos. Pero el acta de defunción aporta un dato vital”, señala.

Otro descubrimiento importante, prosigue Rosas Lopátegui, es que el guion para llevar a la televisión La gallina degollada, de Horacio Quiroga, que Dueñas escribió en los años 60, es inédito; lo que desconocía cuando clasificó las obras para la primera edición, donde lo colocó como publicada.

Entré en contacto con Miguel Sabido, quien fue su amigo, y me aclaró que era inédito; que formaba parte de un proyecto de cinco capítulos, con obras de Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Quiroga y otros, pero que nunca se concretizó. Ahora lo puse al último, después de su única novela, Memoria de una espera, donde corresponde”, destaca.

Y una tercera aportación es la historia del cuento La cita triste, que posee tres etapas. “Es un relato singular que Guadalupe no incluyó en ninguno de sus tres libros dedicados al género. Lo encontramos con este título en uno de sus cuadernos, escrito a mano. Su hermana menor me explicó que está basado en una experiencia suya, con su primer novio; que ella lo escribió y se había publicado en la revista del Banco de Comercio en marzo 1955, porque lo envió a un concurso y ganó. Esto lo narré en el prólogo de la primera edición.

Lo que ahora integro es que encontré el relato publicado en la revista Reportorio Americano. Cuadernos de Cultura Hispana, de Costa Rica, el 20 de enero de 1955, con el título de La cita y la leyenda de ‘cuento inédito de Dueñas’. Ésta fue la primera vez que lo publicó, en otro país”, apunta.

Concluyo que Guadalupe trabajó más la versión del cuaderno y le cambió el nombre. Es la misma anécdota, pero distinto, pues tiene párrafos inspirados en su vida.

Es un cuento bello, desgarrador, en el que recrea segmentos de su infancia y adolescencia pobladas por la soledad, el desamor y la falta de comprensión. Pienso que ambas fueron coautoras, que lo escribieron al alimón y luego Pita lo perfeccionó. Pero es sólo una hipótesis”, dice.

Rosas Lopátegui trabaja en un volumen más completo que dedicará a Dueñas en la serie Insurrectas, que espera publicar en Gedisa el próximo año; en éste reunirá, además de su obra, su poesía inédita, su trabajo como asesora de teatro, su correspondencia, entrevistas que le realizaron y ensayos sobre su obra.

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