Cantantes, políticos y magnicidas: ellos son los presos más famosos de Lecumberri

Intelectuales, artistas y políticos marcaron la historia de Lecumberri y su fama.

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Presos más famosos de LecumberriFoto: Gobierno de México / Palacio de Bellas Artes / Juan Gabriel

Hablar de la Prisión de Lecumberri es hablar de uno de los espacios más simbólicos —y temidos— de la historia moderna de México. Conocida popularmente como El Palacio Negro, esta cárcel vio pasar a miles de presos, siendo algunos más “famosos” que otros.

Funcionó durante gran parte del siglo XX como el principal centro penitenciario del país. Sin embargo, Lecumberri no solo albergó a criminales comunes: también fue el encierro de intelectuales, artistas, activistas y opositores políticos que hoy ocupan un lugar destacado en la historia cultural y social mexicana.

Para muchos de sus internos, Lecumberri no fue únicamente una prisión, sino un espacio donde se escribieron libros, se radicalizaron ideas políticas, se gestaron movimientos sociales y se reforzó la crítica al poder.

Paradójicamente, este lugar de castigo terminó convirtiéndose en un punto de encuentro para algunas de las mentes más influyentes del siglo XX en México y América Latina. Y también en un sitio temido hasta hoy en día por su presunta actividad paranormal

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David Alfaro Siqueiros en LecumberriFoto: INBA

¿Quiénes son los presos más famosos de Lecumberri

David Alfaro Siqueiros

Uno de los presos más célebres de Lecumberri fue David Alfaro Siqueiros, uno de los grandes muralistas mexicanos y figura central del arte político del siglo XX. Su encarcelamiento estuvo ligado a su militancia comunista y a su participación activa en movimientos políticos y sindicales.

Siqueiros fue detenido en varias ocasiones, pero uno de sus encierros más conocidos ocurrió en Lecumberri, donde pasó tiempo significativo. Durante su estancia, no dejó de producir pensamiento crítico ni de reflexionar sobre el papel del arte en la lucha social. Para él, la prisión fue una extensión del conflicto entre el poder y la disidencia.

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Juan Gabriel en LecumberriFoto: Facebook Juan Gabriel

Juan Gabriel

“El Divo de Juárez” estuvo en Lecumberri al ser acusado del robo de joyas y un radio en un evento privado; de acuerdo con la versión más oficial, la denuncia fue interpuesta por la actriz Claudia Islas.

Aunque no había pruebas que lo incriminaran, Juan Gabriel fue enviado a esta cárcel y estuvo ahí 18 meses. Según su documental, durante ese tiempo, se ganó la confianza de los carceleros y el director de la prisión gracias a su talento.

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José Revueltas en LecumberriFoto: Gobierno de México

José Revueltas

Escritor, ensayista y activista político, fue encarcelado en varias ocasiones a lo largo de su vida debido a su militancia de izquierda y su participación en movimientos sociales. Su paso por Lecumberri dejó una huella profunda en su obra literaria.

De hecho, una de sus novelas más conocidas de Revueltas, El apando, está inspirada directamente en la experiencia carcelaria y ofrece una visión cruda, crítica y profundamente humana de la prisión y sus dinámicas internas.

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Ramón Mercader en LecumberriFoto: Imagen Radio

Ramón Mercader

Uno de los internos más polémicos de Lecumberri fue Ramón Mercader, el hombre que asesinó a León Trotsky en 1940. Tras cumplir condena en México, Mercader pasó años en Lecumberri, convirtiéndose en uno de los presos internacionales más conocidos del penal.

Su presencia en la prisión estuvo rodeada de misterio, vigilancia y secretismo. Mercader fue tratado como un preso especial, tanto por la gravedad de su crimen como por las implicaciones políticas internacionales del caso.

¿Por qué Lecumberri concentró a tantos personajes históricos?

La coincidencia de tantos nombres ilustres en Lecumberri no fue casual. La prisión funcionó durante décadas como un instrumento político, especialmente en contextos donde el disenso era visto como una amenaza.

A diferencia de otros penales, Lecumberri estaba en el corazón de la capital, lo que facilitaba el control, la vigilancia y el mensaje simbólico: el Estado tenía el poder de encerrar incluso a figuras públicas reconocidas.

Además, su régimen interno, duro y restrictivo, buscaba no solo castigar físicamente, sino quebrar moralmente a los internos.

Los personajes que pasaron por Lecumberri no son recordados únicamente por haber estado presos, sino por lo que representaron antes, durante y después de su encierro. Muchos de ellos salieron de la prisión para convertirse en referentes morales, culturales o políticos, influyendo en generaciones posteriores.