Alberto Fuguet, sin miedo a la fragilidad

El escritor y cineasta chileno revalora en su novela Ciertos chicos los afectos y las emociones masculinas

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escritor y cineasta chileno Alberto Fuguet

QUERÉTARO.– Con la idea de recrear la novela romántica del siglo XIX, de ser “la Jane Austen para chicos”, el periodista, escritor y cineasta chileno Alberto Fuguet (1963) acaba de publicar Ciertos chicos (Tusquets), que marca su regreso a la novela ocho años después del lanzamiento de Sudor (2016).

El nuevo título narra el enamoramiento entre dos jóvenes en plena dictadura de Augusto Pinochet y su lucha por iluminar esos años oscuros. “Sentí que ya era tiempo de no tener miedo a los afectos, a la fragilidad, a las emociones y hablar de todo esto. Deseo que esta historia pueda emocionar, más que otra cosa”, comenta el autor.

Narrada desde la mirada de un adulto 40 años después, la novela, agrega Fuguet, “es más sobre el deseo, las ganas de encontrar un par y de no sentirse solo. Ahora la gente está valorando la amistad como nunca”, afirma en entrevista.

Quien estudió periodismo en la Universidad de Chile agrega que la amistad “es quizás el verdadero amor, porque las personas hablan de sus amigos como de su nueva familia. Es el nuevo amor que no se ve dañado por aspectos físicos o los celos. Los amores se van, pero los amigos se quedan. Ésta es una novela del amor en la amistad, de sentirse parte de algo más grande. La amistad es el amor más grande”.

Admite que, “de una manera extraña, siento que Ciertos chicos es mi primer libro, lo que no es para nada cierto, pero creo que es el título con el que me hubiera gustado debutar. Me hubiera fascinado escribirlo a los 24 años”, comenta quien vino a promover esta novela en el Hay Festival Querétaro, que culmina hoy sus actividades.

Me di cuenta de esto al comenzar a revisar mi obra. Todos los libros que escribí antes, en el fondo vinieron de éste. Todos se pudieron llamar Ciertos chicos o Ciertos chicos. Al escribirlo descubrí muchas cosas sobre mí, sobre la literatura que hago y sobre los temas que me interesan”, agrega.

El autor de las novelas Mala onda y Tinta roja añade que Ciertos chicos tiene mucho corazón. “Está escrito sin vergüenza, sin pena. Van a creer que soy un romántico y me verán como una persona poco seria; pero yo sentía que era el tiempo para escribirlo”.

Sobre el largo periodo que le llevó la confección de esta historia señala que viajó demasiado atrás en el tiempo y fue como si trajera muchas maletas. “Fui muy atrás y empecé a escribir y a escribir. Viví una experiencia muy loca. No sé si la quiero volver a experimentar. Tuve mucho material, el libro fue encontrando su forma y fue lindo no saber lo que estaba ocurriendo”.

El también cuentista aclara que actualmente dos chicos pueden ir en el Metro escuchando música en un mismo audífono y no pasa nada, pero no siempre ha sido así y menos durante las dictaduras. “No te podías pintar el pelo de verde o ponerte aretes. La novela celebra a estos chicos que fueron adelantados a su época”.

Dice que “el título alude a ciertos chicos que son más sensibles, pero que también son mejores, escuchan mejor música, se visten mejor, son más incluyentes. Cuando se habla de la igualdad y la diversidad falta ese empoderamiento. Puedes ser gay, heterosexual o no binario, pero ser distinto. La novela quiere jugar con eso y molestar”, acepta.

Traté de enfrentarme con la dictadura como si hubiera ocurrido hace 100 años. Algo antiguo que tiene muchas cosas comunes a la actualidad. El libro fue escrito más que mirando hacia atrás, que hacia
adelante. Me fui a los años 80 y me imaginé que en 2024 alguien hacía algo sobre los 80. Está escrito desde hoy”.

La música de los 80 marca el ritmo de la historia. “Antes, lo pop era visto como vanguardia o rareza. Pero hoy está incrustado en la cultura. Yo sabía que iba a terminar triunfando el pop. Pero el libro está hecho con maldad, porque sé que Tomás, uno de los personajes, tiene la razón al creer que el pop no es un error”.

Fuguet indica que le gustaría que se hiciera una serie inspirada en Ciertos chicos y que la dirigiera una mujer, “porque creo que ellas tendrían la sensibilidad adecuada para comunicar que el deseo que no se cumple es más

erótico que el que sí se cumple”.

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