CIUDAD DE MÉXICO.
La CDMX nació sobre el agua. Desde Tenochtitlan, el bien líquido ha sido un compañero inseparable. Con los siglos, bajo nuestros pies se conformó una compleja red de ingeniería hidráulica la cual permite que este preciado elemento llegue a nuestros hogares. Aunque parezca que este monstruo subterráneo nos es ajeno, en la ciudad hay un singular espacio que demuestra lo contrario pues rinde tributo a la conjunción entre la naturaleza y las disciplinas que nos permiten entenderla mejor: el Cárcamo de Dolores.
Inaugurado el 4 de septiembre de 1951 para conmemorar los trabajos del Sistema Lerma, este sitio, ubicado en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec, es el resultado de una visión multidisciplinaria que unió la arquitectura de Ricardo Rivas, la ingeniería de Eduardo Molina Arévalo y el arte de Diego Rivera.
El edificio, en su arquitectura funcionalista, responde al sentimiento de modernidad que inundaba al país y al mundo, pero sin dejar de lado las raíces prehispánicas como los relieves de Quetzalcóatl que están en las esquinas de sus techos o la fuente dedicada a Tláloc, al exterior del Cárcamo.
Esta última, obra de Rivera, contiene una enorme escultura del dios mexica; su cuerpo, con toda su majestuosidad, sobresale apaciblemente del agua mientras mira al cielo con sus colores amarillos, verdes, rojos y blancos. Esta posición fue ideada por el pintor mexicano para que la estructura pudiera ser observada desde las aeronaves que transitan por ahí.
Foto: Google Maps
Con sólo estas dos piezas, el Cárcamo de Dolores es emblema de lo que el agua ha representado para la configuración de la CDMX; sin embargo, dentro de esta cámara, en los muros del túnel y del cárcamo (el hueco del recinto), hay otro protagonista que cierra el círculo creativo, el mural subacuático El agua, origen de la vida, también realizado por Rivera.
Para su ejecución, el artista mexicano se basó en la teoría del biólogo ruso Alexander Oparin, la cual da preponderancia al agua dentro de la evolución humana. La cámara baja del cárcamo contiene la mayoría de estos elementos como microorganismos que nacen desde el centro del mural, plantas, animales y dos personas, un hombre y una mujer. Si eres curioso, descubrirás con facilidad en dónde están pintados Ricardo Rivas y Eduardo Molina Arévalo, ¿te animas?
En sus primeros años de vida, una parte de la estructura estuvo, literalmente, bajo el agua, donde el movimiento de ésta hacía que el mural cobrara vida. En 1992 los materiales con los que se pintó se encontraban muy dañados y, para preservar su valor histórico, se cambió el cauce del agua y se iniciaron trabajos de restauración de todo el recinto.
A lo largo de los años, el Cárcamo de Dolores, único en el mundo, ha tenido algunas añadiduras: en los 60, el arquitecto Leónides Guadarrama incorporó, basado en la misma estética, fuentes en forma de serpiente; en 2010, el arquitecto Roberto Kalach proyectó frente al cárcamo un foro al aire libre con capacidad para 700 personas; ese mismo año, el artista Ariel Guzik introdujo la Cámara Lambdoma, un dispositivo que recrea el sonido del agua.
Con toda su belleza, esta zona reúne las preocupaciones sociales, tecnológicas y artísticas que rodean el tema del agua. En la actualidad, el Cárcamo de Dolores es una sala alternativa del Museo de Historia Natural de la Secretaría de Medio Ambiente de la CDMX (SEDEMA).
¿Cuándo?
Horario de visita: De Martes a Domingo de 10 a 17 hrs.
¿Dónde?
Av. Neri Vela 2a Sección del Bosque de Chapultepec s/n.
Delegación Miguel Hidalgo, CP. 11850
Admisión
Público en general $26.00
Maestros y estudiantes (con credencial vigente) $11.00
Visitas guiadas (costo adicional entre semana) $ 8.00
Observatorio del Cambio Climático $ 8.00
Niños de 3 a 12 años $11.00
Acceso de cámara fotográfica $15.00
Acceso de cámara de video $33.00
Adultos mayores de 60 años entrada libre
Personas con discapacidad entrada libre
Niños menores de 3 años entrada libre
Martes entrada libre general
Servicio de silla de ruedas gratuito
Venta de boletos en el Cárcamo y/o en el Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental
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