Ídolo

El deporte nacional ha tenido a muchos ídolos que pasan de ser simples terrenales a una especie de deidades deportivas por el cariño que le profesan sus fieles aficionados, y me atrevo a decir que después de lo que viví la tarde del domingo en el Estadio Azteca, que el nuevo gran ídolo es Hirving Chucky Lozano.

Me parece que este jovencito, a sus veintiséis años, tiene un muy brillante futuro que le permitirá actuar en uno o dos mundiales más, y ello le llevará a consolidarse como una figura de altos vuelos entre la afición al futbol, no sólo la de nuestro país, sino internacionalmente. El domingo, al terminar el partido, las aclamaciones resultaron notables para el Chucky, así como su tradicional cancioncita que era entonada por un amplio sector del público asistente al Coloso de Santa Úrsula.

Hirving pasó a la historia del balompié mexicano con aquel inolvidable gol enfrentado a la selección de Alemania en el partido inaugural de la Copa Mundial de Rusia, su definición hizo que todos festejáramos ante la trascendencia e importancia del equipo rival, de ahí en adelante su trayectoria en el balompié europeo ha ido en ascenso y esperemos que siga en ese tenor, pues se trata de un jugador esforzado, veloz de piernas y mente, y, sobre todo, con un corazón ganador, de ahí la idolatría. Sin duda que Lozano será el heredero del gran lugar que tenía en el corazón de los aficionados Javier Chicharito Hernández, que lamentablemente parece perdido en sus extrañas nuevas ideas, en su extraño mentor, y una serie de decisiones que no parecen ser del agrado de sus fieles aficionados. Adicionalmente, como sabemos, el Chicharito está erradicado del representativo nacional por un acuerdo entre los jugadores y el cuerpo técnico, por lo que es casi imposible verle de nuevo enfundado en la casaca del TRI.

Y hablando de idolatrías, no se puede negar que cada vez más, el piloto tapatío Checo Pérez se está convirtiendo en un ídolo de la gran afición al automovilismo, pues nos guste o no, en nuestro país la afición al deporte motor es inmensa desde los años cincuenta del siglo pasado, gracias a la Carrera Panamericana, y ahora se ha visto incrementada de manera notable al ver competir a Pérez, con un gran auto como lo es el Red Bull, con los grandes de la Fórmula 1.

La gran consolidación de Checo podría darse en el marco del Gran Premio de México, donde de ganar, desde ahora se los auguro, provocaría su encumbramiento en un mayor segmento de la población.

Al tiempo…

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