Urgencia

El arbitraje a nivel mundial pasa momentos complicados. Las modificaciones a algunas reglas, así como la implementación del VAR, han traído confusiones en los silbantes, que parece que no han terminado por comprender cómo marcar ciertas acciones y, especialmente, cómo ...

El arbitraje a nivel mundial pasa momentos complicados. Las modificaciones a algunas reglas, así como la implementación del VAR, han traído confusiones en los silbantes, que parece que no han terminado por comprender cómo marcar ciertas acciones y, especialmente, cómo darle el mejor uso a la herramienta tecnológica del videoarbitraje, que parece por momentos crearles confusiones.

En todas las ligas de mayor importancia del planeta se dan malas decisiones arbitrales; pero lo que ha sucedido en nuestro país es preocupante: a un arbitraje de por sí lejos de los mejores del orbe y falto de personalidad, las actuales modificaciones a las reglas y la aparición del VAR han propiciado que las cosas, incluso, hayan empeorado, ya que a los constantes errores que cometen los colegiados hay que agregar la enorme pérdida de tiempo que la implementación de los videos ha traído; situación que quedó en evidencia durante lo que se ha disputado de la liguilla.

Uno de los grandes problemas que ha agravado la situación del arbitraje en México es que Arturo Brizio, encargado de éste, no ha aceptado el bajo nivel de los silbantes nacionales, justificando a como dé lugar sus constantes fallas y, además, declarando, una y otra vez, que la calidad de los colegiados es de clase mundial. En la Liga MX se apoyan en demasía en la tecnología, esperando que les solucione los problemas en los que constantemente se meten por no aplicar correctamente el reglamento o por algo peor, los criterios dispares con los que se manejan; una jugada igual o similar es sancionada de manera distinta en el mismo partido, y eso se traslada a lo que sucede en la siguiente jornada. Esto, obviamente, genera desconcierto entre los protagonistas del juego, pasando después al enojo y, a su vez, a reclamar airadamente; como consecuencia, el árbitro pierde con más frecuencia el control del partido.

El VAR, que bien utilizado debería ser de gran uso, en México se ha convertido en una muleta a la que los colegiados se aferran y emplean muy seguido de manera equivocada. La indecisión para usarla, tanto en el tiempo que pierden para ir al monitor como el que pierden una vez que están frente a él, es ridículo, rompiendo así el ritmo del encuentro.

En la liguilla, los males de la fase regular se han acentuado, los finales de cada tiempo se han transformado en un suplicio, ya que, entre cambios, jugadores lesionados, futbolistas que fingen estar lastimados y las revisiones de VAR, uno puede esperar un mínimo de 5 minutos de compensación o hasta más, tal y como sucedió en la ida entre Tigres y León.

Urge una mejoría en el trabajo de los jueces encargados de que los partidos fluyan, sus constantes indecisiones, sumadas a una utilización inadecuada de la tecnología, han propiciado confusiones entre técnicos, directivos, futbolistas y aficionados. El producto que ofrece la Liga MX no es de alta calidad y los silbantes, con sus desatinos y mala gestión del juego, son un factor determinante para que ésa sea su realidad.

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