Su mejor año

Tras cinco carreras de la temporada de la Fórmula 1, algo está claro, Max Verstappen está a otro nivel del resto de los pilotos. El neerlandés se ha distanciado mucho, y no se ve cómo alguien pueda recortar esa distancia; entre el talento y el auto que maneja, el cuarto título en fila es casi una formalidad.

Eso no significa que no existan otras cosas de las que podamos estar pendientes, especialmente para los aficionados en México, con Sergio Pérez que quiere seguir haciendo historia.

El tapatío tuvo una campaña de altibajos el año anterior. Durante 2023 tuvo un fantástico inicio que trajo la esperanza para muchos fanáticos de un posible campeonato, o de por lo menos pelear con Max palmo a palmo hasta el final; pero eso no sucedió, las expectativas que los tempraneros resultados trajeron fueron una losa muy pesada que Checo no se pudo quitar de encima y, por momentos, se le vio muy presionado, dando la impresión de que el ruido exterior generado por los matraqueros y aficionados cegados por la pasión se convirtieron en distracciones. Por fortuna, el segundo lugar del campeonato fue logrado.

Este año, las expectativas son las mismas, ayudar a Red Bull a lograr un nuevo título de constructores, pelear por todos los podios, conseguir algunas banderas de cuadros, y obtener el subcampeonato mundial. Pero para lograrlo era necesario dejar atrás todo lo que terminó siendo una carga. En mi opinión necesitaba ir carrera a carrera, en vez de estar pensando en arrebatarle a Verstappen el lugar de honor de la categoría.

A Checo se le nota más enfocado, con mucha constancia en la pista y los resultados son evidentes: luego de las cinco primeras fechas, ha conseguido cuatro podios y ha sumado puntos en todas.

Claro que él quiere ganar Grandes Premios, y pelear en lo más alto, situación muy complicada cuando se toma en cuenta quién pilotea el otro Red Bull. Al hablar de Verstappen, hay que tomar en cuenta que demuestra que es el más rápido con regularidad, y con diferencia sobre el resto. Por ello, Checo debe ser muy constante, debe aprovechar sus momentos, así como entender su papel en el equipo, el de ser un extraordinario segundo piloto.

Al parecer, eso ha ocurrido, y aunque no dejará de pelear por victorias, el no dejarse llevar por la marea de las expectativas le está permitiendo la regularidad que de él se espera sumando puntos importantes en la disputa por cumplir con el objetivo de repetir lo realizado el año pasado. Hasta ahora, lleva una buena campaña; de no ser por una injusta penalización en Australia y por un reglamento ilógico, es factible que se habría subido al podio en todas las carreras.

Si se mantiene como hasta ahora, estoy convencido que éste será, por mucho, el mejor año de su vida profesional.