Sólo el inicio

La temporada de tenis ha tenido un arranque espectacular y, obviamente, lo más destacado en el inicio de 2024 fue el Abierto de Australia. Durante esos 15 días se vivió una gran cantidad de emociones, con partidos espectaculares que culminaron con la coronación de Aryna Sabalenka y Jannik Sinner.

En Melbourne, la bielorrusa ratificó su lugar entre las mejores del planeta. Su victoria el pasado sábado significó su segundo título de Grand Slam, sumándolo al que consiguió en el mismo escenario el año anterior. En el camino a su triunfo ganó los siete partidos en sets corridos, pasando por encima de todas sus rivales, incluyendo a Coco Gauff, su victimaria en la final del US Open. Aunque durante 2023 únicamente ganó un major, esa victoria de hace un año le ha dado la confianza que le hacía falta para dar el salto al siguiente nivel. Desde hace tiempo se le señalaba como una aspirante a convertirse en la número uno del mundo, pero sus constantes problemas para controlar su temperamento, que se sumaban a lo inconstante al servicio, evitaban que un gran triunfo llegara.

Una vez que ganó en Australia, las cosas han mejorado, ahora las dobles faltas han disminuido y su carácter explosivo, que nunca desaparecerá, está más controlado. Eso ha permitido que su enorme talento, especialmente su poderoso primer servicio y su fantástica derecha, le esté causando mayores problemas a sus oponentes, que en Melbourne no encontraron la manera de descifrar su juego.

Mientras que, con los varones, podríamos estar ante una nueva era. No quiero decir que Novak Djokovic esté acabado, nada podría estar más alejado de la realidad, pero el triunfo de Sinner significa que otra raqueta ya tiene un Grand Slam y, en este caso, la de un jugador que tiene todas las herramientas para que lo sucedido el domingo en la Arena Rod Laver no sea cosa de una sola ocasión.

El italiano ya había estado cerca de un gran triunfo y su cierre de 2023 fue una muestra clara de que una victoria ante Daniil Medvedev estaba cerca. Cerró su año derrotando en la fase de grupos del Masters de Turín a Djokovic y, aunque perdió ante el sebio la final, después le volvió a ganar a Nole en un partido clave de Copa Davis, para posteriormente guiar a Italia al título que no conseguía desde 1977.

Su paso en territorio australiano fue impresionante, perdiendo un set hasta la semifinal ante el número uno del mundo, de principio a fin fue mejor que el serbio, y ni perder ese tercer set en la antesala de la final ante el máximo ganador de Grand Slams lo desconcentró, ganado el siguiente parcial. Ya en la final, demostró su fortaleza mental al levantarse tras perder los dos primeros parciales. Con una poderosa derecha (que se ha convertido en una de las mejores del circuito profesional), un efectivo saque, una excelente condición física y rapidez, el presente es espectacular y el futuro pinta mejor. Sabalenka y Sinner fueron, por mucho, los mejores en Melbourne, y parece que sólo es el inicio de un gran año para ambos.

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