Juan Carlos Veraza

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El deporte por nota

Señales positivas

17 de Abril de 2024

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El circuito profesional de la ATP ha vivido cambios muy importantes en los últimos años. Después de varias temporadas de dominio del llamado Big three (Rafa Nadal, Novak Djokovic y Roger Federer), que junto a Andy Murray ganaron la mayoría de los torneos de mayor importancia en el planeta, y que en algún momento u otro de las últimas dos décadas ostentaron ser el número uno del orbe, las cosas han ido cambiando. El paso del tiempo ha pasado factura a los otrora dominantes tenistas, dejando en la actualidad únicamente a Djokovic como estandarte. El serbio sigue desafiando el recorrer de los años y no sólo sigue ganando torneos, sino la raqueta número uno. Mientras que Federer ya se ha retirado, Nadal batalla con las lesiones, y Murray continúa dando pelea, a pesar de sus problemas físicos, pero lejos de la brillantez que lo vio subir a lo más alto del escalafón de la ATP en 2016. Esto les ha dado esperanza a las nuevas generaciones, que les ha costado muchísimo trabajo el tratar de ponerse al nivel de las leyendas antes mencionadas. Varios jugadores que se suponía asumirían el rol protagónico del circuito han batallado para lograrlo, mientras que los que llegaron un poco después, también se toparon con pared, sin ser capaces de encontrar la constancia necesaria para desbancar de una vez por todas al serbio. La aparición de Carlos Alcaraz y de Jannik Sinner nos hace pensar que ellos serán los grandes rivales en los siguientes años, y quienes peleen por el ser número uno del mundo. Pero existen otros tenistas que perfectamente podrían estar peleando por la posición de honor de la ATP.

Entre ellos está Stefanos Tsitsipas, que en 2019 ganó el Masters Finals a los 20 años, además fue el número tres del ranking en agosto del 2021, poco después de haber llegado a la primera de dos finales de Grand Slam que ha disputado. En ese momento parecía que sería uno de los principales protagonistas del circuito; en 2022 incluso disputó siete finales, ganó por segunda ocasión el Masters de Montecarlo, y el siguiente año jugó la final del Abierto de Australia; pero después jugó solamente dos finales más, ganando en agosto su único título del 2023 en Los Cabos; la confianza se desvaneció, tuvo problemas de química con su equipo de trabajo, incluso con su padre, y eso lo llevó a que a principios de 2024 salió del top ten. La semana pasada llegó Montecarlo y en su superficie consentida recuperó la confianza y el tenis que enamoró a tantos aficionados. Jugando a un nivel espectacular fue superando obstáculos, ganó a dos jugadores ubicados entre los primeros cinco del planeta, incluyendo al mejor del año, que ha sido Sinner en la semifinal. Para cerrar su gran semana con una dominante victoria sobre Casper Ruud en la final. Así ha roto la sequía. Puede ser prematuro pensar que está de vuelta, tendrá que demostrar que puede mantener la constancia en los siguientes grandes eventos; en caso de hacerlo, hay que incluirlo en la lista de contendientes al segundo Grand Slam del año.

 

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