Sacrificios

El último lunes por la noche de la temporada 2022 de la NFL se suponía iba a ser un gran evento, con un enfrentamiento entre dos de los mejores equipos de la campaña. Desafortunadamente, un impactante suceso cambió el panorama en unos instantes: lo ocurrido al ...

El último lunes por la noche de la temporada 2022 de la NFL se suponía iba a ser un gran evento, con un enfrentamiento entre dos de los mejores equipos de la campaña. Desafortunadamente, un impactante suceso cambió el panorama en unos instantes: lo ocurrido al jugador de los Bills de Buffalo, Damar Hamlin.

Durante el primer cuarto, el safety de segundo año realizó una tacleada y, tras la jugada, se levantó para desplomarse sólo unos segundos después. Nadie imaginaba lo que estaba por suceder, la transmisión se fue a comerciales y, cuando regresó, vimos imágenes que no esperábamos, jugadores y staff de coaches de los Bills, se mostraban en shock, varios incluso lloraban, la desesperación y el miedo en sus rostros eran evidentes. Los colegas en la cabina de transmisión relataban que a Hamlin le habían practicado resucitación cardiopulmonar y una ambulancia ya estaba en el campo, lista para llevarlo de emergencia al hospital.

Fueron momentos de angustia para todos los presentes en el estadio, así como para los miembros de ambos equipos, que no podían creer lo que acababa de suceder; imagino que lo mismo sucedió con las personas frente a un televisor.

En medio de la preocupación por la salud del joven de 24 años, la liga, de manera increíble, pretendía seguir con el encuentro. Entiendo la importancia del resultado y su implicación para los playoffs, pero no comprendo cómo se pudo siquiera considerar reanudar el duelo, pedirles a los involucrados borrar de su cabeza lo que acababa de suceder, dejar de pensar en su compañero caído y jugar como si nada hubiera pasado, era un error, motivo por el cual los entrenadores de ambos equipos decidieron suspender el encuentro.

La presión ejercida por ellos llevó a Roger Godell a la decisión de suspender el partido, el comisionado se vio forzado a elegir el mejor curso de acción; era ilógico seguir con el espectáculo, mientras un hombre luchaba por su vida. El show no siempre debe continuar, con todo lo que implica la suspensión, la NFL ya encontrará la mejor ocasión para que tanto Bills como Bengalíes regresen al emparrillado.

Lo ocurrido el lunes sirve para demostrar lo frágil que es la vida y cómo las cosas pueden cambiar en un instante; también nos mostró lo brutal que es el futbol americano, y que aun siendo cierto que varios de esos hombres ganan mucho dinero, sus cuerpos son sometidos a un enorme castigo.

Es por eso por lo que nunca debemos pensar que son afortunados por dedicarse a practicar un juego de niños, sin considerar los riesgos que conlleva la elección de dedicarse al futbol americano y de entretenernos; agregando que, además, la vida profesional de la mayoría es muy corta y las recompensas no siempre corresponden a lo que sacrifican a cambio.

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