Pasado, presente y futuro

El último Grand Slam del año llegó a su fin el pasado domingo. Luego de dos semanas de extraordinario tenis en Nueva York, se coronaron los nuevos campeones del US Open: Coco Gauff y Novak Djokovic. En el monumental complejo Billie Jean King los mejores del planeta ...

El último Grand Slam del año llegó a su fin el pasado domingo. Luego de dos semanas de extraordinario tenis en Nueva York, se coronaron los nuevos campeones del US Open: Coco Gauff y Novak Djokovic. En el monumental complejo Billie Jean King los mejores del planeta dejaron todo en la cancha, generando grandes momentos, juegos inolvidables que quedaran grabados en la historia del certamen.

Durante la duración del torneo, los monarcas tuvieron que superar siete complicadas pruebas, en las que su talento, fortaleza mental y física fueron puestas a prueba. Los triunfos de ambos fueron de enorme relevancia para cada uno de ellos: en el caso de Gauff, al ser el primer major de su corta carrera, y el primer campeonato en Flushing Meadows para una jugadora local desde que Sloane Stephens lo hizo en 2017; mientras que, en el caso de Nole, significó igualar a Margaret Court como las personas con más Grand Slams ganados en individuales.

Para Coco, lo ocurrido en Nueva York fue el cierre de un verano inolvidable, en el que obtuvo su primer torneo 500, coronándose en Washington, ganó en Cincinnati su primer Masters 1000 y ahora ya tiene su anhelado Grand Slam. Su crecimiento este 2023 ha sido notable, mejorando con el paso de los meses al compaginar su participación en dobles con Jessica Pegula (ya son la pareja número uno del mundo), y lo que hace en individuales. Su juego es cada vez más completo, especialmente en la red, mientras que en el fondo de la cancha su capacidad atlética la convierte en una pared que regresa todo. Aunque es temprano para decir si alcanzará todo su potencial, parece que pronto la veremos en lo más alto del ranking, en el que hoy ya es la tercera de la WTA. Por su parte, el enorme Djokovic ratificó su lugar como el mejor de todos los tiempos con su vigésimo cuarto título de los cuatro torneos de mayor importancia. Polémicas aparte, lo que ha hecho es impresionante, no hay que olvidar que buena parte de sus éxitos han venido después de los 30 años. Para lograrlo, ha tenido que reinventarse, hasta el punto de incorporar el saque y red como una forma de recortar la duración de los games, por ende, de los partidos. Claro, sin dejar de lado el cuidado de su cuerpo, con una dieta muy particular que le permite mantener un extraordinario rendimiento, sin que el paso del tiempo le haya afectado, como sí ha ocurrido con otros jugadores; además, en el aspecto mental nunca he conocido a un tenista más fuerte en ese aspecto (el único a su nivel es Rafa Nadal). 

Al combinar todos esos factores, derrotarlo es una tarea casi imposible. Las victorias de ambos y el impacto que generaron sirven para demostrar la enorme popularidad de un deporte que no deja de capturar la imaginación de millones de personas en todo el planeta, y que en ellos ve el pasado, el presente y el futuro del tenis.

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