Hay tiempo

Tras meses de especulaciones, de rumores y de expectativas, la decisión más importante en el mercado de pases del futbol mundial fue tomada: Kylian Mbappé eligió de manera sorpresiva para la mayoría al Paris SaintGermain, por encima del Real Madrid. Pero eran ...

Tras meses de especulaciones, de rumores y de expectativas, la decisión más importante en el mercado de pases del futbol mundial fue tomada: Kylian Mbappé eligió de manera sorpresiva para la mayoría al Paris Saint-Germain, por encima del Real Madrid.

Pero eran pocos los que veían ésa como una real posibilidad, varios factores apuntaban a que el meteórico atacante decidiría llevar su talento a la capital española, abandonando la Ciudad Luz, a cambio de irse a jugar en el club más laureado.

Entre los aspectos que hacían pensar que lo veríamos vestido de blanco, estaban que él declaró en varias ocasiones su amor por los merengues, que en París no ha alcanzado el objetivo de ganar la Champions, en cambio, el recientemente coronado campeón de España ofrece por su rica historia un ambiente propicio para el crecimiento de cualquier jugador, en un entorno ganador y de tradición, además de poder jugar en una de las dos principales ligas, convirtiéndose con su llegada en uno más de la larga lista de cracks que se han enfundado la playera más famosa del futbol.

La mayoría apostaba por la llegada del nacido en París al Madrid, pero no contaban con lo sucedido, el sábado, Mbappé dio a conocer que se quedaba en su ciudad natal, agradeciendo a Florentino Pérez el interés puesto en él. Su decisión tiene que ver con muchos factores, uno de ellos, y que muchos han obviado, es que el jugador es francés, y a cualquiera le motivaría triunfar en el club de la ciudad en donde nació; obvio está el económico (aunque el 13 veces monarca europeo también le ofrecía un jugoso contrato).

Una vez que esto sucedió, los ataques no se hicieron esperar, desde llamarlo “pesetero”, hasta cuestionar sus ganas de crecer futbolísticamente. Él insiste en que tiene asuntos pendientes en París, entre ellos ganar la Copa de Europa, algo que me parece válido. No creo que quedarse en su ciudad, con un club que lo ha arropado, al que cree que todavía le debe algo sea motivo para criticarlo. Claro, que la liga en España es superior, no hay comparación entre una institución y la otra, ir allá sonaba más atractivo; pero quedarse en Francia y conseguir algo que no logra un club de aquel país desde 1993, suena como un gran reto. Si, además, tomamos en cuenta que cuando termine el contrato con el club parisino, tendrá apenas 26 años, suficiente tiempo tendrá para estampar su firma en un nuevo convenio más adelante, posiblemente con el Madrid; no olvidemos que no firmó un contrato vitalicio con el PSG, él mismo dijo que en tres años mucho puede ocurrir, y hasta ahora, jugar en la Ligue 1 no le ha perjudicado en lo futbolístico: ya es un campeón mundial.

Si evita las lesiones, todo indica que ya habrá tiempo para más, su futuro sigue siendo brillante, aun si por el momento desairó a los merengues.

Temas: