El primero de muchos

El Giro de Italia vivió tres sensacionales semanas de ciclismo en distintos rincones de la bota itálica. Durante 21 etapas, algunos de los mejores ciclistas del planeta se brindaron, dando un espectáculo maravilloso que quedará en la memoria de todos los que estuvimos ...

El Giro de Italia vivió tres sensacionales semanas de ciclismo en distintos rincones de la bota itálica. Durante 21 etapas, algunos de los mejores ciclistas del planeta se brindaron, dando un espectáculo maravilloso que quedará en la memoria de todos los que estuvimos pendientes de lo sucedido.

Obviamente, un ingrediente especial para los mexicanos fue la gran actuación que brindó Isaac Del Toro. El de Ensenada brilló con luz propia, capturando la imaginación de millones de personas, generando una enorme ilusión con cada día que portó la Maglia Rosa que se le da al líder de la competencia. Como escribí hace un par de semanas, lo hecho por Del Toro me trajo recuerdos de aquellos grandes momentos que vivimos con Raúl Alcalá, que se metió en la élite del ciclismo internacional. Pero ni lo hecho por el oriundo de Monterrey se acercó a lo realizado por el ciclista del equipo de los Emiratos Árabes.

Isaac se ganó, con el paso de las etapas, ser considerado el corredor principal de su equipo. De iniciar como uno más de la prueba se transformó en la gran historia del Giro, convirtiéndose en el más joven en este siglo en portar la Maglia Rosa y en el más joven desde el legendario Fausto Coppi, en 1940, en portarla tantos días consecutivos. Lo que comenzó como un sueño estuvo a un día de transformarse en realidad. Del Toro se quedó muy cerca de darle a México un triunfo que posiblemente habría sido el de mayor relevancia en la historia del país, perdiendo el liderato el sábado en la etapa reina de la competencia. Por lo que se conformó con un segundo lugar que no deja de ser histórico, al ser, por mucho, la mejor participación de un competidor de nuestro país en una de las tres grandes pruebas del ciclismo mundial.

Mencioné en la columna en la que hablé acerca de lo que estaba sucediendo en Italia que en Del Toro tenemos a un talento especial, uno que puede ser un parteaguas en el deporte nacional. Dos semanas después, lo que escribí en aquella ocasión tomó mayor fuerza, porque, aun cuando ya estaba teniendo una actuación espectacular, no me imaginaba en aquel instante que se quedaría tan cerca de la victoria. A pesar de la tristeza por no haber llegado el triunfo, lo primero que pensé cuando fue superado por Simon Yates el sábado fue lo orgulloso que me sentí, la enorme alegría que viví por tres semanas con este joven mexicano demostrando que, con dedicación, profesionalismo y trabajo se puede competir al más alto nivel.

Sin importar las críticas de unos cuantos, que no entienden lo que Isaac logró y recurren a llamarlo perdedor y mediocre, la realidad es que Del Toro es un deportista extraordinario y un ejemplo a seguir, para un país urgido de héroes de verdad y de buenas noticias. Lo que hizo en Italia es el primer gran resultado de una carrera que, me atrevo a pronosticar, va a tener muchos más antes de que llegue a su fin.

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