El futbol que nos merecemos

La Copa Oro llegó a su final el domingo, ante un repleto estadio SoFi en Inglewood, México y Panamá disputaron un cerrado y tenso partido; mismo que se definió gracias a una gran jugada individual de Santiago Giménez a unos minutos de que terminara el tiempo regular. ...

La Copa Oro llegó a su final el domingo, ante un repleto estadio SoFi en Inglewood, México y Panamá disputaron un cerrado y tenso partido; mismo que se definió gracias a una gran jugada individual de Santiago Giménez a unos minutos de que terminara el tiempo regular. La anotación del delantero del Feyenoord le dio al Tricolor su decimosegunda corona de la Concacaf, y novena desde que el torneo cambió de nombre a partir de la edición de 1991.

La victoria sirvió como una especie de bálsamo para el futbol local, tras la decepción que significó la temprana eliminación en el Mundial de Qatar, y por supuesto, luego de la humillación sufrida a mano de Estados Unidos en la semifinal de la Nations League, que trajo el despido de Diego Cocca.

Tras esa decisión, escribí en este espacio que el problema del futbol mexicano iba mucho más allá de contar con el entrenador adecuado, que era un problema de raíz que no se puede solucionar únicamente cambiando al seleccionador nacional. Ganarles a los panameños no significa que el rumbo ya es el correcto ni que todo se haya solucionado, si se quiere pensar en cosas de mayor relevancia que la Copa Oro, el trabajo por delante es arduo. Con esto que acabo de escribir no pretendo restarle mérito al triunfo, siempre será mejor ganar que perder, pero, desafortunadamente cuando se trata del evento de Concacaf, el único resultado válido para la Selección es el de campeón, especialmente cuando el rival decidió llevar a un equipo alternativo, y no a las estrellas que han ganado los partidos más importantes de la máxima rivalidad que existe en el área.

El campeonato conseguido debe ser tomado con la medida adecuada, pero eso no está ocurriendo, al menos con un sector de la afición y con algunos periodistas, que se han dejado llevar por el triunfalismo y de manera muy rápida han olvidado lo que sucedió hace apenas unas semanas atrás ante el cuadro de EU. Incluso, las cuentas oficiales de redes sociales de la Femexfut se atrevieron a señalar a aquellos que han criticado los resultados del seleccionado nacional; de nueva cuenta la falta de humildad y de autocrítica se hace presente en nuestro futbol, como si haberle ganado a Panamá significara ubicarte en la élite del balompié internacional. Comprendo que el país vive momentos complicados y que la gente busca alegrías, pero eso no significa aceptar el producto mediocre que se nos ofrece ni olvidar tan fácilmente lo que recién ha ocurrido, se debe exigir más.

Escuché que hay una nueva era de la Selección, cuando en realidad nada cambió de raíz. Con lo ocurrido tras el partido ante Panamá, y las reacciones que despertó, algo me queda claro, que lo que no ha cambiado es que basta muy poco para que el medio futbolístico esté contento; después que no haya quejas si los resultados no cambian. La verdad, es que tenemos el futbol que nos merecemos.

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