Incógnita
El universo de la velocidad atlética, tan fascinante, dinámica y emocionante, gira desde hace siete años alrededor del superastro de raza negra Usain Bolt. En mayo creció con una montaña de enfoques, con la mirilla en dirección al estadio Nido de Pájaro de Pekín, ...
El universo de la velocidad atlética, tan fascinante, dinámica y emocionante, gira desde hace siete años alrededor del superastro de raza negra Usain Bolt. En mayo creció con una montaña de enfoques, con la mirilla en dirección al estadio Nido de Pájaro de Pekín, escenario del próximo Campeonato Mundial de Atletismo, el cronometraje que Bolt registró: 8.65 en el último segmento del 4x100 metros durante el Mundial de Relevos en Nassau. 8.65 segundos con velocidad lanzada y acaso con alguna ráfaga de viento a favor. Ahora se expande otra montaña de incertidumbre en la que fluyen un par de versiones. Hace unos días Bolt, vocablo inglés que significa rayo, relámpago, declinó intervenir en el Trial de Jamaica en Kingston. Ya estaba calificado para Pekín, por lo que la decisión, si bien sorprendió, no dejó de ir más allá. Veinticuatro horas más tarde o acaso menos, la noticia circula por el mundo: ¡Bolt no corrió porque sufre una lesión!
Ganador de seis medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing 2006 y en Londres 2012, canceló dos importantes presentaciones: la de mañana en París y la del 9 de julio en la pista de Lausana, Suiza. ¿Cuáles son sus perspectivas, asistirá al Mundial, bajó qué condiciones va a llegar, dispondrá de tiempo para recuperarse y alcanzar el punto de ignición de su forma?, ¿cómo y por qué se suceden el par de versiones? ¿Chi lo sa?
En el deporte no sólo hay límites en cuanto a la relación del esfuerzo en las coordenadas de espacio-tiempo sino en ciclos biológicos, culturales, sociales. La inmensa calidad de Bolt (21 de agosto de 1986 en Trelawny, Jamaica, 1.96 m de estatura, 94 kilogramos de peso) lo hizo encaramarse en el ápex de la rapidez en los años de 2008 y 2009, y con la poderosa inercia de su clase brilló en los JO de Londres y en los Mundiales de Daegu y Moscú.
Un índice de su poder: en 16 años, los más grandes héroes de la velocidad, desde que Leroy Burrell rompió el récord mundial de Carl Lewis, en Nueva York (14-06-1991) en 9.90 al 9.74 RM de Asafa Powell en la pista de Rieti (09-09-2007), el proceso evolutivo del récord mundial señaló 16/100 de segundos. Otros atletas como Carl Lewis, Donovan Bailey, Maurice Greene (a Justin Gatlin le borraron sus marcas por doparse) contribuyeron en la evolución del RM en los 100 m planos. En un año y tres meses Usain Bolt le dio formidable empuje de 16/100. El 9.74 lo redujo en tres esfuerzos hasta dejarlo, cuando ganó el oro en Berlín, 16-08-2009, en 9.58.
Desde hace siete años las manecillas del cronómetro de Bolt están paralizadas. Y acaso tal vez, esta temporada, ni siquiera alcance el 9.73.
Representa un singular atractivo su enfrentamiento contra los meteoros estadunidenses Justin Gatlin, con 9.74 esta temporada, y el joven Trayvon Bromell, de 19 años, con 9.84 el pasado 25 de junio en el Hayward Field de Eugene. Existía otra remota y atractiva posibilidad de que cuatro sprinters jamaicanos y cuatro estadunidenses disputasen la final en el Nido de Pájaro (esta temporada, 25 atletas han corrido en menos de 10”). Ahora se abre una incógnita con diversos enfoques.
