Dos ultraclase por el oro en salto vertical

El espíritu de emulación permite, con relativa frecuencia, para felicidad y gozo de los aficionados al deporte, la aparición dual de estrellas. El año pasado la gran rivalidad entre dos de las más grandes figuras del salto vertical los hizo alcanzar un tope en Nueva ...

El espíritu de emulación permite, con relativa frecuencia, para felicidad y gozo de los aficionados al deporte, la aparición dual de estrellas. El año pasado la gran rivalidad entre dos de las más grandes figuras del salto vertical los hizo alcanzar un tope en Nueva York, cuando el ucraniano Bohdan Bondarenko, 25 años, y el qatarí Mutaz Essa Barshim, 23 años, volaron por arriba de los 2.42 metros de altura. La victoria la alcanzó Bondarenko.

Sólo que en Nueva York la rivalidad entre los dos saltadores y sobre toda la gran clase los llevó a intentar un brinco de Fosbury-flop por encima del mítico Everest del cubano Javier Sotomayor (2.45 m, Salamanca, España, el 27 de julio de 1993). Solicitaron el listón a 2.46 m, el sueño dorado que sueñan muchas noches con sus muchos días Bondarenko y Mutaz Essa Barshim.

En el Campeonato Mundial de Moscú, hace dos años, el ganador del oro fue Bondarenko, mientras que el qatarí, que había empezado su actividad competitiva en 2010, sin ser un aspirante al podio, sorprendió al agenciarse la plata con 2.38 m.

Desde ahí prácticamente nace un hermoso antagonismo que los ha espoleado a la aproximación del RM de Sotomayor; alguna vez el atleta isleño manifestó la seguridad de que el ser humano se impulsará ligeramente por arriba de los 2.50 m. Mientras, su RM está más firme que una columna de mármol pentélico en 2,45 m.

Este domingo 17, en la segunda competencia de la Liga de Diamantes que organizó la IAAF en Shanghái, los protagonistas sostuvieron su primer enfrentamiento al aire libre. Barshim triunfó con un salto de 2.38 m y el ucraniano Bondarenko, actual campeón mundial, séptimo en los Juegos Olímpicos de Londres, terminó segundo tras intentar, sin éxito, el 2.41 m.

Emocionante preludio del combate que habrán de sostener este año en el Nido de Pájaro, en el Campeonato Mundial de Beijing, así como en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Mutaz Essa Barshim le dio un matiz sicológico a la prueba cuando, tras superar la varilla en 2.38 m en el primer intento, declinó continuar. El desarrollo del qatarí fue 2.25 m en el primer salto, 2.29 m en el segundo y, sucesivamente y con seguridad, brincó 2.32, 2.35 y 2.38 m.

Bondarenko empezó con 2.25 y 2.35 en la primera oportunidad. Falló en dos ocasiones el 2.38 y, en expresión abierta a la victoria, pidió el 2.41 m y falló.

Desde que el ruso-ucraniano Rudolf Povarnitsyn, Donetsk, 11-08-1985, se convirtió en el primero en romper el muro de los 2.40, 13 saltadores (con 39 saltos) han rebasado esta altura. 17 saltos le pertenecen a Sotomayor, siete a Bondarenko y cinco a Mutaz. Arriba de 2.41 m Soto (6), Mutaz (4) y Bondarenko (3).

Mutaz, de cuerpo más flexible, de 1.92 y 65 kilos, el 05-06-2014, en Bruselas, ¡saltó 2.43 m! Es el segundo hombre de la historia. Y Bondarenko, de 1.97 y 80 kg, con el 2.42 m en Nueva York, ocupa la tercera posición con el sueco Patrik Sjöberg, RM en Estocolmo el 30 de junio de 1987.

Dos ultra clase en liza por el oro en Beijing y en Río.

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