Club América; equipo sensacional, campeón de liga 1970-71

A decir de Mario Pichojos Pérez, desde que José Antonio Roca tomó las riendas del América, el club se hizo espectacular

thumb

CIUDAD DE MÉXICO.

Hay cosas que se niegan a formar parte del pasado, que se vuelven contundentes en la vida de alguna persona. Aquel título con el América hace estremecer 46 años después a Mario Pichojos Pérez, férreo lateral izquierdo que marcó época como uno de los mejores defensores del club crema.

Vencieron en la final al Toluca. Acababa de pasar el Mundial de México 1970 y aún resonaba el diapasón por el partido del siglo entre Italia y Alemania y la estela de O Rei Pelé.

“En el América hubo una renovación. Me contrataron a mí y me uní a un equipazo, pero de verdad un equipazo. Mire usted, me acuerdo de Cortés, en la portería; Campeón Hernández en la defensa; Roberto Hodge, Antonio Martins y Carlos Reinoso; Borbolla y Monito Rodríguez y, por supuesto, Enrique Borja, pero el secreto realmente fue José Antonio Roca, relata Pichojos.

El América no había sufrido derrotas contundentes en el inicio de la campaña que adoptó un nuevo formato. Al final de la ronda regular habría una liguilla de ocho equipos divididos en dos grupos, los líderes de cada sector jugarían la final. Y los cremas no veían la luz con el estratega Luis Grill, pero se abrió el panorama con el arribo de Roca.

“Nos acomodó en el campo. Puso a cada cual en su posición y empezamos a jugar espectacular, a hacer goles rápidos. Me acomodaba mucho con Monito Rodríguez por la banda izquierda y, en medio de todos, ordenaba Reinoso. Era una delicia jugar con ellos en el campo. Ese América era sensacional y espectacular, como demanda la historia”, dice Pérez.

Entonces, para esas alturas del torneo, el sufrimiento no era algo que iba con el América. Por el contrario, la afición incrementó las esperanzas. Por fin llegó el día de la final ante el Toluca del experimentado Nacho Trelles.

“Le teníamos más miedo a Nacho que a todo el Toluca juntos, porque ya sabes que hacía de todo para no perder. Y como empezábamos en La Bombonera, antes Estadio Luis Dosal, pues teníamos mucha precaución. El América jugaba muy abierto, siempre al ataque, y el Toluca todo lo opuesto; por eso, en ese juego de ida nos trabamos demasiado”, recuerda.

La gente se decepcionó un poco por el 0-0 de una serie que tendría que definirse en el Estadio Azteca el 1 de agosto de 1971, día en el que el América revirtió cualquier duda con un pletórico sistema ofensivo que acabó de principio a fin con los choriceros.

Los goles de Reinoso y el joven Horacio López Salgado sellaron el segundo título azulcrema.

“Me acuerdo de una celebración multitudinaria, donde la gente iba gritando en las calles: ‘¡América... y ya!’ Se saltaron a la cancha, corrieron con nosotros, pero en orden. Nos abrazamos todos. No recuerdo un equipo que llenara tanto la pupila como aquél del que fui parte.”