Paul Smith, 50 años de moda y alegría

CIUDAD DE MÉXICO.

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La monografía de Paul Smith publicada por editorial Phaidon, 50th Anniversary Book, recoge toda su complicidad entre la estética y el alma del diseñador. Cincuenta objetos que emocionan y nos ayuda a recorrer su trayectoría y colaboración con la moda desde que abriera su tienda en Floral Street de Londres.

Editado por Tony Chambers el libro incluye un prólogo del diseñador Jonathan Ive y también contribuciones personales (cartas, dibujos y fotografías) de varios nombres claves de la moda y el diseño, como Manolo Blahnik, James Dyson, Martin Parr, John Pawson y Alice Rawsthorn, amigos y colaboradores.

El diseñador inglés revolucionó la moda masculina, con su toque singular que hoy es una referencia del estilo británico y su talento le sitúa entre los grandes. Su propuesta, el mismo diseñador, la define como “clásico con un twist”. Sir Paul Smith, un sastre al servicio de su Majestad la Reina, y de cuantos clientes se acercan a su tienda, hizo un gran esfuerzo en quitar tensión en la moda, la imaginó cómoda, colorida, elegante y demostró que un buen traje no sólo hay que llevarlo en una boda, funerales y bautizos. Hoy sus colecciones siguen llenas de frescura, y optimismo.

Su vocación era ser corredor de bicicletas, y hoy es un ciclista de fondo, que aguanta las subidas y bajadas de la moda, siempre fiel a su estilo y personalidad. Abrió su primera tienda junto a su esposa en 1970, en Nottingham, después pasó a Covent Garden, y ahora tiene ya más de 300 tiendas a nivel mundial. Su moda confortable tuvo éxito a gran escala, y en Japón se convirtió en un diseñador de culto.

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En el sentido de las manecillas del reloj, Algunos de los objetos destacados en el libro: Motocicleta Vespa y Mini con las famosas franjas de colores del diseñador. Saco de terciopelo de Paul Smith de 1988, reeditado para la colección cápsula Otoño- Invierno 2020 y saco de tipo naútico.

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En los años 60 vivió su formación estética y musical, es una apasionado de la música, que le acompaña desde sus inicios en la época dorada del pop. En su taller se pueden escuchar vinilos o discos compactos, el sonido de fondo de calidad, siempre está presente. Sonido a todo volumen, así empieza el día para inspirarse.

La música tampoco falta en sus desfiles, que al contrario de otros diseñadores, él los convierte en una fiesta entre amigos. Su desfile tras la muerte de Michael Jackson lo convirtió en un homenaje que nos enchinó la piel. El accidente de bicicleta de su juventud fue un giro en su carrera, ya que lo alejó del deporte, y se acercó al mundo de la arquitectura, el diseño, el arte, y finalmente a la moda.

Ha sabido equilibrar el mundo del diseño y el negocio “son ingredientes fantásticos”, diferentes museos han rendido homenaje a su estética, un recorrido por sus objetos que adora, que van desde las corbatas, cámaras fotográficas, coches, carteras, y hasta colecciones inspiradas en la música como la que hizo en homenaje al grupo, también inglés, Led Zeppelin.

Su propio despacho es un museo, al que llega en bicicleta, no le guarda rencor después de su accidente de juventud que le tuvo tres meses en el hospital. Por eso cuando él habla del origen de su optimismo señala “estoy vivo y sano”.

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Su última colección rinde tributo a las décadas de moda de las que ha sido testigo, desde una prenda que heredó de su padre, que literalmente dice “era a prueba de balas”, hasta tejidos de hace más de medio siglo y la evolución en el genio de la sastrería masculina inglesa.

Después de celebrar sus cincuenta años al creador le tocó confinarse, “como no podía ir a museos ni viajar me tuve que inspirar en mi memoria, en lo que tenía en mi taller”, señala con flema inglesa.

Siempre propone hacer cosas creativas, pero sabe que los compradores tienen que pagar su renta y quiere hacer cosas atractivas y comerciales. Sus cifras son un ejemplo de cómo la nueva sastrería británica es un buen negocio. Factura más de 500 millones de euros al año, pero no olvida su origen humilde, y anima a los jóvenes a empezar poco a poco, sin prisas y sin endeudarse.

Empezó con trajes de tweed a los que añadió colores nunca vistos, “encontré en Túnez el compromiso con el color”, su mujer historiadora de arte, le ayudó a la combinación perfecta y eficaz, enemigo de la arrogancia, siempre tiene presente sus orígenes. Y no le falta sentido del humor, “mi ropa es una mezcla entre Savile Row y Mr. Bean”, ha declarado.

Su reto es una moda sin clases, el buen vestir sin elitismo, más cerca del buen gusto, su rutina le hace levantarse pronto para nadar y llega a la oficina sobre las seis de la mañana, cuando está el personal de limpieza, con ellas empieza la conversación del día, pero luego puede acabar hablando con la Reina Isabel o con Tony Blair o Colin Firth, algunos de sus clientes, dónde, también encontramos a Eric Clapton, el ya fallecido David Bowie o la poetisa y cantante Patti Smith, es claro que él se inclina más por la música.

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“Puedes encontrar inspiración en cualquier cosa, desde el arte a los objetos cotidianos de la vida”, ha declarado. Excéntrico pero no tonto, extravagante, pero no frívolo. Su idea del lujo es sencilla, “el tiempo, el silencio y la libertad, también son un privilegio”. Con su estilo ha creado todo un universo más allá de las prendas, motos o telas, un innovador del diseño. Un paisaje alegre, elegante, lleno de humo y de color.

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