Así conquistó Pedro Rodríguez la Fórmula 1

CIUDAD DE MÉXICO.

El 6 de diciembre del 2020 pasará a la historia para el mundo del automovilismo nacional por la victoria obtenida por Sergio Pérez en el Gran Premio (GP) de Baréin de la Fórmula 1. El piloto tapatío logró subir a lo más alto del podio luego de 10 años en competencia, sin embargo, este no ha sido el único triunfo de un mexicano en la máxima competencia del deporte motor.

Los hermanos Ricardo y Pedro Rodríguez, originarios de la Ciudad de México, comenzaron a figurar en el automovilismo internacional en la década de los sesentas. Con tan solo 19 años de edad, Ricardo se estableció como el piloto más joven en participar en la Fórmula 1. Además de mantener una regularidad de resultados, su talento le hizo brillar en los circuitos de mayor renombre.

Finalmente, Ricardo murió en 1962 durante una carrera de práctica previo al GP de México en el entonces llamado ‘Autódromo Magdalena Mixhuca’ después de que su auto Lotus V-8 sufriera una falla en la suspensión impactándose contra la barra de protección en la curva peraltada del circuito.

LA CONQUISTA DEL GP DE SUDÁFRICA

Pedro, por su parte, luego de la muerte de su hermano menor, analizó su continuidad en el automovilismo, pero su pasión por los autos y los buenos resultados le hicieron mantenerse en la Fórmula 1, convirtiéndose posteriormente en el mejor piloto mexicano de todos los tiempos.

Su primer gran triunfo lo consiguió en 1967 en Kyalami, Sudáfrica, tras ocupar la primera posición a bordo de su Cooper Maserati en una dura carrera contra John Love, originario de la República de Donesia (hoy Zimbaue), quien quedó en segundo sitio seguido del inglés John Surtees.

Durante la ceremonia de premiación, se dio un hecho que quedó para el anecdotario. Una vez en el podio, Rodríguez no pudo escuchar el himno nacional mexicano, pues este no estaba disponible por parte de los organizadores del evento debido a que no se esperaba la victoria del piloto de México. Así registró Excélsior lo sucedido en su edición del 3 de enero de 1967: “El sistema altoparlante tocó el Himno Nacional Británico en honor de la compañía Cooper para la cual corrió Rodríguez y después, aparentemente sin estar preparado para el Himno Mexicano, tocó “Al Sur de la Frontera””.

“No puedo decir lo feliz que estoy. Fue una gran carrera. La competencia fue muy fuerte. Estoy tan, tan contento…”, fueron las palabras de Rodríguez momentos después de haber conquistado el GP de Sudáfrica.

PODIO EN BÉLGICA

Tres años después de la hazaña de Sudáfrica, Rodríguez se llevó su segundo título, uno de los más importantes en su carrera. El piloto más importante en la historia del automovilismo mexicano consiguió un triunfo crucial en su carrera al consagrarse campeón del GP de Bélgica al volante de un BRM.

El podio quedó conformado por Rodríguez en primer lugar; el neozelandés Chris Amon, en segundo lugar y; el francés Jean Pierre ocupó el tercer sitio. Durante buena parte de la carrera el piloto mexicano se mantuvo a la cabeza disputándose por más de siete vueltas el primer lugar con Amon, quien por varios momentos estuvo muy cerca de robarse el título a bordo de su March STP.

Al finalizar la carrera Rodríguez dijo: “Estoy muy contento. Es grandioso ganar aquí. Me asusté al final cuando vi que Amon se acercaba. Pero nunca hice aumentar las 10, 500 revoluciones por minuto del motor. El motor funcionó maravillosamente. En realidad fue una magnífica carrera. Me gusta este veloz circuito”.

OTRO TRÁGICO FINAL

A los 30 años de edad, Rodríguez ya ostentaba el décimo puesto de los mejores pilotos a nivel internacional y seguía imponiendo records en cada competencia. Su última carrera fue en el circuito de Norisring, en Núremberg, Alemania, el 11 de julio de 1971. Transcurría la vuelta 11 en primer lugar cuando sucedió el fatal accidente.

Según las crónicas publicadas en Excélsior, algunos fotógrafos se percataron que un neumático delantero del Ferrari que Rodríguez conducía se desprendió ocasionando que el piloto perdiera el control total del auto impactándose violentamente contra un muro de contención. El vehículo se incendió. Lograron rescatar a Rodríguez de entre las llamas con vida, pero murió cuando era trasladado al hospital.

El joven amante de los motores, cuyo primer título lo obtuvo a los 14 años, y además admirador de Jim Clark, dejó su nombre grabado en la historia del deporte motor con siete podios y los dos títulos más importantes del automovilismo mexicano. Tras la muerte de Pedro, el autódromo de Mixhuca pasó a llamarse “Hermanos Rodríguez”, en honor a los dos pilotos más legendarios que México ha dado.

“En realidad, corro porque me gusta… porque ya lo traigo en la sangre; lo hago casi desde niño y voy a seguir haciéndolo por lo menos hasta que me entre el miedo”. Pedro Rodríguez. Excélsior, enero 31, 1970.

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