¿Es malo contener un estornudo? Conoce los riesgos ocultos para tu cuerpo

Contener un estornudo puede elevar la presión interna y afectar oídos, garganta y vasos sanguíneos; expertos explican por qué este reflejo no debe bloquearse.

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Conoce los riesgos de contener un estornudo.Canva

A primera vista, reprimir un estornudo parece una acción insignificante, impulsada más por el entorno que por una reflexión consciente. Sin embargo, lejos de ser un acto trivial, el estornudo desempeña un papel clave en la defensa de las vías respiratorias y en el correcto funcionamiento del sistema respiratorio superior.

Por esta razón, interrumpir ese reflejo natural altera la manera en que el organismo libera la presión acumulada, lo que en ciertos casos puede derivar en molestias importantes e incluso en lesiones que ameritan valoración médica.

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Estornudar permite expulsar irritantes, evitando que lleguen a las vías respiratorias inferiores.Canva

¿Por qué existe el estornudo?

El estornudo es uno de los reflejos protectores más eficientes del cuerpo humano. Aunque suele percibirse como una simple reacción incómoda o incluso vergonzosa, en realidad cumple una función esencial para la salud respiratoria. 

De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estornudar permite expulsar irritantes como polvo, polen, humo, alérgenos y microorganismos alojados en la cavidad nasal, evitando que lleguen a las vías respiratorias inferiores, como los bronquios o los pulmones.

Se trata de una respuesta neurológica automática que no controlamos de manera consciente. En este proceso participan el diafragma, los músculos del tórax, la garganta y las fosas nasales, coordinados por el sistema nervioso central. 

Cuando la mucosa nasal detecta una agresión externa, envía una señal al cerebro que activa este reflejo de limpieza natural.

Desde una perspectiva fisiológica, el estornudo es un evento breve pero de alta energía. El cuerpo genera presión dentro de los pulmones y la libera de forma súbita a través de la nariz y la boca, lo que permite desalojar partículas no deseadas. 

Este mecanismo ocurre en fracciones de segundo y responde a una lógica biológica clara: proteger las vías respiratorias.

Por ello, intentar suprimir un estornudo en lugar de manejarlo de forma adecuada va en contra de su función natural y puede alterar el delicado equilibrio de presión dentro de la cabeza, el cuello y el sistema respiratorio superior.

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Contener un estornudo puede causar lesión en los tejidos blandos del cuello.Canva

¿Qué sucede dentro de tu cuerpo cuando contienes un estornudo?

Cuando una persona intenta reprimir un estornudo —generalmente pellizcándose la nariz y cerrando la boca—, el aire que debería salir con fuerza no encuentra una vía de escape. En lugar de liberarse hacia el exterior, esa presión se redirige hacia el interior del cuerpo.

Especialistas citados por UNAM explican que esta práctica puede provocar un aumento considerable de la presión en las vías respiratorias superiores, los oídos y los senos paranasales. 

El problema no es solo la presión en sí, sino el hecho de que el cuerpo no está diseñado para contenerla de manera segura.

Este incremento súbito no desaparece por sí solo: el aire puede desplazarse hacia las trompas de Eustaquio —conductos que conectan la garganta con el oído medio—, los tejidos de la garganta o incluso estructuras más profundas. 

Aunque el organismo puede tolerar cambios breves de presión, la supresión repetida o forzada del estornudo eleva el riesgo de inflamación, pequeñas lesiones internas y, en situaciones excepcionales, daños más serios:

1. Lesiones en la garganta y el cuello: raras, pero documentadas

Un reporte publicado en ScienceDirect describe una lesión en los tejidos blandos del cuello causada por una presión interna excesiva tras reprimir un estornudo de forma brusca.

En este caso, la fuerza generada fue suficiente para dañar estructuras internas de la región cervical. Aunque se trata de un evento poco frecuente, ilustra que el cuerpo humano tiene límites físicos claros. 

Cuando estos se sobrepasan, incluso una acción cotidiana puede convertirse en un problema médico.

Los investigadores subrayan que este tipo de lesiones suele ocurrir cuando el estornudo se bloquea por completo, no cuando se redirige de manera natural o controlada.

2. Afectaciones en los vasos sanguíneos

Los aumentos repentinos de presión también pueden impactar a los pequeños vasos sanguíneos del rostro. No es raro que algunas personas experimenten enrojecimiento ocular, pequeños puntos rojos en los ojos o sangrado nasal tras contener un estornudo.

Estos síntomas suelen deberse a la ruptura de capilares, estructuras muy finas que no siempre resisten cambios bruscos de presión. En la mayoría de los casos, estas afectaciones son leves y se resuelven sin tratamiento, pero funcionan como una señal de alerta: la presión generada fue considerable.

Los especialistas señalan que personas con hipertensión, fragilidad vascular o trastornos de coagulación pueden ser más vulnerables a este tipo de efectos, por lo que se recomienda especial precaución en estos grupos.

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Personas con hipertensión pueden presentar afectaciones en los vasos sanguíneos al evitar un estornudo.Canva

Cómo estornudar sin causar daño

Las instituciones de salud coinciden en que la solución no es “aguantarse”, sino redirigir el estornudo. Girar el rostro, estornudar en el pliegue del codo o utilizar un pañuelo desechable permite que el aire salga de forma segura, sin generar picos de presión interna y reduciendo el riesgo de contagios.

Este enfoque concilia las recomendaciones de salud pública con las necesidades fisiológicas del cuerpo. Mayo Clinic insisten en la importancia de la etiqueta respiratoria, especialmente en espacios públicos o durante enfermedades respiratorias.

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Es importante estornudar con base en la etiqueta respiratoria.Canva

¿Cuándo buscar atención médica?

Si después de contener un estornudo aparece dolor intenso en el cuello o la garganta, hinchazón, dificultad para tragar, pérdida auditiva, mareos persistentes o sangrado inusual, es recomendable acudir a un profesional de la salud. Estos síntomas pueden indicar una lesión relacionada con cambios anormales de presión.

Aunque este tipo de complicaciones es poco común, la atención temprana puede evitar problemas mayores.

Contener un estornudo puede parecer un gesto insignificante, pero la evidencia científica demuestra que interfiere con un mecanismo natural diseñado para proteger al cuerpo. 

Si bien las lesiones graves son excepcionales, los riesgos existen y son, en gran medida, evitables.

Permitir que el cuerpo estornude de manera segura, con las medidas de higiene adecuadas, es una práctica simple, responsable y coherente con nuestra biología. 

Si presentas molestias frecuentes o padeces alguna condición médica previa, consulta siempre a tu médico. Respetar los reflejos naturales del cuerpo es una forma sencilla, pero poderosa, de cuidar la salud.