Políticos románticos

La candidata de Morena se había metido en un aprieto al decir que “se utiliza a los pobres, engañándolos con programas asistencialistas”.

El primer debate rumbo a las elecciones 2023 en el Estado de México, llevado a cabo el pasado jueves 20 de abril, develó la táctica política básica, tanto del partido oficialista y de la actual administración como de la autonombrada Cuarta Transformación y de todos sus candidatos. Ya casi estamos acostumbrados al abuso de la falacia lógica ad hominem que hace nuestro Presidente siempre que esquiva las críticas o deliberadamente elude cuestionamientos a dos pasos: ignora alegremente el argumento y, en cambio, ataca a las personas, o persona, que lo hayan cuestionado, sin probar ni una sola de las descalificaciones que les prodiga. Ahora, su correligionaria utilizó la falacia de “apelación a las emociones” durante el debate. Esta falacia se utiliza para convencer, manipulando las emociones de quienes escuchan, en vez de usar razonamientos lógicos verdaderos. Dichas emociones suelen ser el miedo, el halago, la compasión, la vanidad, el victimismo o la culpa, entre otras. Un ejemplo es lo que pasó casi al final del debate: la candidata de Morena se había metido en un aprieto al decir que “se utiliza a los pobres, engañándolos con programas asistencialistas”, pero salió del apuro declarando, inesperadamente, que no deberían dar risa los pueblos originarios, sino que deberíamos sentir vergüenza.

BREVE ANÁLISIS

Durante el debate, solamente la candidata de Morena hizo referencia a los sentimientos de alegría, esperanza, humillación, impotencia, frustración, vergüenza, enfado y dolor; este último sentimiento es el que más invocó, hasta 6 veces. En 2 ocasiones manifestó sentir que está peleando una gran batalla. Otras 2 veces mencionó el orgullo, así como la empatía e incluso habló de tocar corazones y espíritus. Mientras su contraparte, Alejandra del Moral, respondía a las preguntas intentando introducir propuestas que contuvieran alguna novedad, ella se conformó con utilizar 11 veces la palabra “fortalecer” y 3 veces “reforzar”, para responder que sólo intensificaría las acciones, programas o instituciones que ya existen, en caso de ganar. O sea, sin propuestas originales. Con respecto al tema de la violencia de género, dijo tener la intención de reunirse con las familias porque, y este desliz es muy elocuente: “más que merecer justicia, también merecen ser escuchadas”. Y, en el mismo tenor, sólo ofreció como solución escuchar o platicar hasta en 11 ocasiones. Su postura es, claramente, romántica, es decir, basada en el sentimiento y en la conmiseración, sin priorizar la obtención de resultados reales. Esto explica “los otros datos” y el “90% honestidad, 10% experiencia”, etcétera. Pero también podrían ser buenas noticias para sus adversarios políticos, siempre y cuando comprendieran que, si los quieren adelantar, los deberán rebasar por la izquierda, dando un cariz humano y compasivo al conocimiento y experiencia que ya tienen, porque ese humanismo es la ventaja de la (verdadera) izquierda. Por otro lado, si bien es más difícil transformarse en humanista, se puede hacer más rápido que volverse especialista, y esa es su ventaja.

COMPASIÓN

El filósofo, matemático y premio Nobel de Literatura, Bertrand Russell, dijo: “El hombre romántico llegaría hasta las lágrimas ante la vista de una sola familia campesina desamparada, pero se quedaría frío ante los planes bien preparados para mejorar la suerte de los campesinos como clase social”.

COMITÉ

En broma, Juan Villoro ha llegado a comentar que “el ornitorrinco podría ser un castor diseñado por un comité”. Completaríamos: un comité con buenas intenciones y bellos sentimientos.

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