Mérito o lotería
Originalmente realizados en la antigua Grecia, los Juegos Olímpicos comenzaban con una procesión desde la ciudad de Elis hasta el santuario Olimpia, donde, al llegar, los atletas y jueces juraban seguir las reglas establecidas y competir con honor y respeto. Una de esas ...
Originalmente realizados en la antigua Grecia, los Juegos Olímpicos comenzaban con una procesión desde la ciudad de Elis hasta el santuario Olimpia, donde, al llegar, los atletas y jueces juraban seguir las reglas establecidas y competir con honor y respeto. Una de esas reglas era la de la exclusividad de hombres. A las mujeres no les era permitido ni competir ni entrenar ni ver las pruebas siquiera. En una célebre ocasión, Calipatira, a la vez espectadora clandestina, madre y entrenadora del atleta Peisirodos, no supo contener su emoción cuando vio a su hijo ganar la carrera y reveló, sin querer, su sexo. El castigo que le correspondía era el de la pena de muerte; sin embargo, su sentencia fue conmutada por una menor, gracias a que pertenecía a una reconocida familia de campeones olímpicos, pero a partir de entonces surgió una nueva regla: los entrenadores debían permanecer completamente desnudos, igual que sus atletas, durante los juegos, para exhibir su sexo. Los 12 primeros Juegos Olímpicos tenían una sola disciplina: el Stadion, una carrera a pie de aproximadamente 200 metros, pero posteriormente se fueron incorporando más pruebas, entre las que están los precedentes del actual boxeo: la Pygmachía y el Pankration. La primera consistía en luchar con los puños cubiertos con correas de cuero (himantes) y púas metálicas añadidas que provocaban lesiones graves y hasta la muerte; el segundo mezclaba los golpes con la lucha y lo único prohibido era morder al adversario y arrancarle los ojos. Cuando se repasa cómo se ha regulado este deporte desde entonces, se comprueba que la civilización va de la mano de la creación de reglas específicas, que van haciendo las interacciones humanas más justas. El primero en establecer siete reglas básicas para el boxeo, en 1741, fue el pugilista inglés Jack Broughton, tras matar a golpes a un adversario. En 1838 se ampliaron a veintitrés y en 1853 a veintinueve. En 1867 se sustituyeron por las conocidas “Reglas de Queensberry”, por haber sido publicadas bajo el patrocinio del marqués de Queensberry. Ese mismo año surgieron dos ramas: el boxeo profesional y el amateur. La primera rama se subdividió en 17 categorías y la segunda en 12, de acuerdo con el peso de los competidores. Si bien las mujeres comenzaron a practicar el boxeo después de la publicación de las primeras reglas, el Reino Unido prohibió que continuaran en 1880. Esto auspició la clandestinidad femenina, hasta que el Comité Olímpico Internacional decidió llevar una pelea femenil de exhibición a los juegos de San Luis, en 1904, pero la Asociación de Boxeo Amateur no levantó la prohibición sino hasta 1996, mismo año en que también se televisó el primer combate profesional femenil moderno. Sólo se incluyó como deporte de competición hasta los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Hoy contamos con ramas profesional y amateur, dos categorías por género y 28 por pesos (29 para hombres), así como con reglamentos mundiales específicos. Quizás el caso de Imane Khelif sólo signifique que debemos aumentar el grado de especificidad de las categorías, en aras de la imparcialidad, pero si ya consideramos hasta los niveles de hormonas, uno se pregunta si no deberíamos de haber considerado antes que la leyenda olímpica, Usain Bolt, presentaba 80% de fibras musculares de contractura rápida, mientras que la mayoría de los humanos sólo tenemos el 50 por ciento. Llegará el momento en que nos preguntemos qué tanto estamos midiendo el mérito y qué tanto la lotería genética, con eso del: citius, altius, fortius.
- CHESS BOXING
Conocido como “el ornitorrinco del deporte”, el chess boxing consiste en seis rounds de ajedrez rápido y cinco de boxeo. Por cierto, en agosto del año pasado, la Federación Internacional de Ajedrez prohibió a mujeres trans participar en torneos femeniles de ajedrez, “hasta entender el impacto que puede tener en el desempeño ajedrecístico el tener altos niveles de testosterona”.
