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Diputados: COVID-19, no; Rosario, sí

Ruth Zavaleta Salgado

Ruth Zavaleta Salgado

Zurda

 

Sin lugar a dudas, después de haber escuchado sobre las mil muertes en dos días en Italia, si le preguntamos a cualquier ciudadano, ¿cuál es su mayor preocupación en este momento? La respuesta será la pandemia del COVID-19. No obstante, los diputados y senadores, quienes representan a los ciudadanos, tienen otro sentir, para los hombres y las mujeres que conforman la mayoría parlamentaria en el Congreso lo más relevante en la sesión de ayer fue realizar el juicio político a Rosario Robles.

Histórico, por cierto,  ya que no hay antecedente de que este procedimiento se haya aplicado alguna vez a una persona que ya no está en funciones públicas, tal y como se fundamenta en los artículos 108, 109, 110 y 111 de la Constitución. No basta que se encuentre en la cárcel indebidamente, toda vez que pudo haber seguido el proceso en libertad. Por cierto, las acusaciones en su contra no son por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero o desvío de recursos, sino por ejercicio indebido del servicio público (omisión) o como dijo una de las diputadas que fundamentaron el dictamen, “por traición a la confianza ciudadana”, sin especificar en qué consiste este dicho. Lo cierto es que este juicio es la reedición de otro que sucedió hace algunos años contra el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, con sus grandes diferencias, por supuesto. Aquel fue instrumentado políticamente, pero estaba sustentado con actos de gobierno que permitieron llevar a las consecuencias que todos conocemos. En ese entonces, arropado por el Partido de la Revolución Democrática, el entonces jefe de Gobierno, nunca fue sometido a la pérdida de su libertad.

Con 271 votos de Morena y sus aliados, ayer, Rosario Robles fue doblemente criminalizada, toda vez que se encuentra en la cárcel y ya se había dictado su inhabilitación por un periodo de 10 años por parte de la Secretaría de la Función Pública. Que la opinión pública juzgue si no resulta sospechosa esta prioridad parlamentaria.

Otra de las grandes preocupaciones de los legisladores es garantizar su reelección. Si bien es cierto, tal y como lo han declarado algunos diputados integrantes de la Comisión de Puntos Constitucionales, se les acababa el plazo para complementar la reforma constitucional del 2014 (producto del Pacto por México), también es verdad que lo pudieron haber votado en el mes de abril cuando se terminara el periodo que dijo el gobierno como unas “vacaciones ampliadas” por el COVID-19, es decir, el 20 de abril.

Nunca como hoy se ha dejado ver la falta de experiencia parlamentaria de muchos legisladores, es comprensible porque muchos de ellos, jamás habían participado ni siquiera como representantes de su manzana o colonia o municipio. La que resulta alevosa, es la actitud de algunos diputados que han sido legisladores plurinominales toda su vida y que saben acomodarse muy bien cada vez que hay cambios, como el que se vivió en el 2018. Otros de ellos, con poca ética en el actuar público (o tal vez temerosos de que sigan en la lista de los perseguidos), han votado al compás de las fobias de aquellos que antes militaron juntos y que, como en los malos matrimonios, terminaron en este feminicidio político.

Pero, no obstante las preocupaciones de los legisladores que votaron ayer, la realidad les llegará con crudeza cuando tengan que rendir cuentas para que se les vuelva a otorgar el voto para su pretendida reelección y les preguntemos, por ejemplo: ¿cuál es el plan que el gobierno instrumentó y ustedes debatieron y sancionaron para atender la emergencia? ¿Cuál es el proyecto estratégico para la recuperación económica de nuestro país después de la crisis? ¿Qué gestiones están haciendo para acompañar a esos ciudadanos que, desesperados, llegan a los centros de salud de sus distritos y no hay ni siquiera forma de hacerse la prueba para saber si son portadores del virus? ¿Cuál fue su postura pública para proteger a los ciudadanos que fueron contagiados por negligencia o por no cumplir las reglas mínimas de cuidado (no saludar, no besar y no salpicar de saliva a los niños que asisten a las reuniones masivas de gobierno)? Entonces, quizá, los legisladores que votaron ayer, nos dirán: “estábamos votando una urgencia nacional: el histórico juicio político contra Rosario Robles”.

 

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