Focus V. Tiempo
• El problema nunca es el tiempo, es la atención, el enfoque... el focus que le damos a ese tiempo. Son los pensamientos, las emociones y las razones que elegimos para vivir dentro de ese tiempo... el tiempo en el que elegimos vivir...
La vida en tiempo se vive, tu eternidad es ahora,
porque luego no habrá tiempo para nada.
Luis Cernuda
La RAE define tiempo como (...) época durante la cual vive alguien o sucede algo; parte de la secuencia de los sucesos, oportunidad, coyuntura, ocasión. En materia filosófica, me decanto por la definición existencialista de Martin Heidegger, quien define el tiempo como el horizonte desde el cual todos los grados de la comprensión del ser y los compromisos con las posibilidades de llegar a ser son concebidos y asumidos. Esto quiere decir que el tiempo es una especie de escenario que le permite al ser humano concebir su propia existencia, su realización y su interpretación del mundo que lo rodea, concibe el tiempo como una oportunidad de realización y la búsqueda de lo auténtico y genuino de uno mismo.
En este mundo de premura y urgencia se le culpa al tiempo... a la falta, al sobrante, al intermitente, a la inmediatez e, incluso, al tiempo muerto... sobre lo que se ha dejado de hacer, sobre los hubieras, sobre los porqués y los quisiera... Pero el problema nunca es el tiempo, es la atención, el enfoque... el focus que le damos a ese tiempo. Son los pensamientos, las emociones y las razones que elegimos para vivir dentro de ese tiempo... el tiempo en el que elegimos vivir...
Porque los hay que eligen vivir en el pasado, aun con el conocimiento presente, los hay también que viven en el futuro con el mismo conocimiento, en este caso, limitado para ese porvenir siempre incierto...
El único tiempo correcto en el que podemos y debemos enfocarnos es en el presente. Reinventarse a uno mismo exige hacerlo en el presente y presente. La reinvención sólo permite escabullirse en el pasado para comprender nuestro presente y mejorarlo, para atesorar sólo lo que nos hace bien y lo que hemos elegido que nos acompañe, lo que se fue, se fue; no se puede vivir un presente a través de los espejos retrovisores de nuestra vida ni tampoco mirando sólo el horizonte... Vivir en el presente nos permite tener un mejor ángulo de la inmensidad de posibilidades a las que podemos acceder.
El manejo del tiempo es personal, es uno quien decide en qué, cómo, para qué y con quiénes lo invierte. No se deje impresionar ni se amilane, cada quien tiene su tiempo y ese tiempo es perfecto, todo llega cuando debe llegar y como debe hacerlo si se trabaja en ello, porque el tiempo tampoco resuelve nada por sí mismo, aunque nos sea propio. Y sí, las reinvenciones necesitan tiempo...
Necesitan tiempo para reflexionar, para analizar, para planear y, sobre todo, para proceder, y esto significa tiempo para elegir los pensamientos, las emociones, la actitud, la motivación y el estilo personal con el que nos conducimos, independientemente de las circunstancias. Porque se trata de nuestro tiempo y —desde mi punto de vista— el tiempo no es más que la oportunidad. La valiosa oportunidad que tenemos de volver a ser una y mil veces lo que queremos ser y lo que deseamos conquistar. Por eso me declaro amante de la reinvención, porque regenera el valor del tiempo y de las oportunidades y la decisión valiente de ser felices y de explotar al máximo la vida que tenemos, que se reduce al tiempo... y a las oportunidades.
Créame... una vez más le digo... la vida es para valientes y la felicidad es una decisión casi siempre elegida por esos mismos valientes que se declaran a favor de la reinvención de sus vidas, a cambiar el destino de sus decisiones pasadas, a elegir ser felices a toda costa, a resurgir del error, a combatir lo centrífugo de lo cotidiano, a poner freno a sus pensamientos y creencias limitantes, al vacío del corazón, al vicio de la tristeza, de la tribulación, de la automatización y de la tolerancia innecesaria de lo que no hace bien... Es sólo para valientes elegirse, perder el miedo, actuar desde lo mejor de uno mismo para sí mismo y lo que ama, es para valientes conocerse profundamente, aceptarse, perdonarse de ser necesario, comprometerse y elegir de la felicidad placentera y frugal... la felicidad estructurada en balance y equilibrada.
Recuerde que el futuro se construye a partir de las decisiones de su presente y el futuro no perdona jamás la parálisis y la desidia de este presente, como tampoco se resuelve a sí mismo sin decisión, sin determinación, sin deseo y sin ilusión. Su futuro es el resultado de la manera en la que elija vivir su presente.
Por eso hoy lo invito a adueñarse de ese tiempo que requiere su reinvención, a enfocarse y poner atención en lo prioritario, a disfrutar del proceso y a visualizar eso que quiere y necesita para sí mismo y perder el miedo...
¡Sí, el miedo a ser feliz y auténtico!, a volver a soñar, a volver a enamorarse, apasionarse, a ilusionarse, a comenzar de nuevo, a atreverse... a ser y vivir diferente; a tomar el control de sus emociones, de sus pensamientos, de sus sentimientos, de su tiempo y de su vida. Recuerde que el tiempo no está garantizado, que las oportunidades no pueden apartarse, que el brío, las ganas sobradas y la voluntad desbordante son para los activistas del presente, no para los que siguen esperando el momento perfecto; para ellos, todos esos elementos se desvanecen... El tiempo perfecto siempre es este que vive hoy, éste... para el que está preparado y créame que lo está porque es suyo y le pertenece. Como siempre, usted elige.
¡Felices tiempos, felices vidas!
