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Senadores rebeldes… de los de verdad

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Jaina Pereyra*

 

Hace unos días Bob Corker, senador por el estado de Tennessee, anunció su retiro tras una larga carrera política y arremetió contra la presidencia de Trump.

El martes pasado, el senador Jeff Flake, senador por Arizona, anunció que no buscaría la reelección porque no quería ser cómplice de la “nueva normalidad” impuesta por la presidencia de Trump. El discurso que usó para comunicar su crítica y sus planes es una potente reivindicación de valores humanos y principios democráticos; una alerta y una llamada de atención. Es una admirable pieza de oratoria, pero, sobre todo, una aguda estrategia política.

Hace muchos años que no escuchaba un discurso tan cuidado. La selección de palabras es precisa, su ritmo es contagioso; las citas están llenas de significado, literal e histórico. El tono de voz es perfecto: una mezcla de nerviosismo y conmoción, la evolución de un orador que se va asumiendo valiente, que se quiebra y se recupera hasta prevalecer.

Técnicamente es incuestionable: sigue al pie de la letra la estructura clásica conocida como Secuencia Motivada de Monroe que se reduce a identificar una necesidad amenazada (la normalidad que corresponde a la civilidad, en este caso) y a pintar un horizonte de cómo sería el mundo de prevalecer la amenaza (un largo recuento de los ataques personales, el ataque a las libertades e instituciones y las provocaciones mezquinas que todos identificamos con Trump). Y, finalmente, una convocatoria a la acción. Ahí es donde este mensaje adquiere muchas lecturas.

Seth Myers y Stephen Colbert, cómicos de la barra nocturna, ridiculizaron la idea de “luchar contra el poder abandonando el poder”. Pero esta lectura es miope, en el mejor de los casos; se limita a ver una invitación al público y a la clase política a emprender una defensa ética de los principios de la nación.

Desde mi perspectiva, el interlocutor principal de Flake no es ni el público, ni el Senado como contrapeso al Ejecutivo, ni la clase política con responsabilidad de representación (aunque a cada uno de ellos están dirigidos fragmentos maravillosos del discurso): el principal interlocutor es el Partido Republicano. Flake lo repite en distintas ocasiones y, de todos modos ese mensaje tan directo como claro, ha sido obviado en prácticamente todas las lecturas del discurso.

Flake dice en el primer párrafo de su intervención que “hay tiempos en donde debemos arriesgar nuestras carreras a favor de nuestros principios”. Es obvio que esta falsa paradoja no está dirigida a ningún elector. ¿O acaso el voto ciudadano obliga a los políticos a sacrificar sus principios para retener el poder?

Las referencias históricas son a James Madison, a Abraham Lincoln y a Roosevelt (Theodore, no Franklin). Todos republicanos y todos representantes de los más grandes principios de separación de poderes, igualdad y libertad económica.

“¿Qué pasa cuando la estabilidad no puede imponerse ante el caos y la inestabilidad?

¿Cuándo la decencia no es suficiente para contravenir la indecencia? Si el zapato estuviera en otro pie, ¿aceptaríamos los republicanos con resignación semejante comportamiento de los demócratas dominantes?”. Otra vez: les estoy hablando a ustedes, republicanos.

“Es claro que en este momento, un conservador tradicional que cree en un gobierno limitado y en los mercados libres, dedicado al libre comercio y pro inmigración tiene un camino más estrecho a una nominación por el Partido Republicano, un partido que por tanto tiempo se definió por creer en esas cosas”. Por lo tanto, me voy, no seré cómplice, etc. Es decir, “señores del Partido Republicano: ya no tienen control sobre mi futuro. Por lo tanto, no tienen control sobre mi voz”. Yo no sé si es un acto de congruencia o una actuación, pero, en términos de teoría de juegos, Corker y Flake anuncian un juego finito en donde domina la estrategia de no cooperación.

 ¿Será el inicio de una verdadera rebelión en el Partido Republicano? No lo sé, pero después de este gran discurso, a estos senadores rebeldes sí que los quiero escuchar.
                 *Especialista en Discurso Público.
                                Directora de Discurseros SC

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