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Hacia dónde vamos

Miguel Ángel Godínez García

Miguel Ángel Godínez García

Alto mando

 

La pregunta de hacia dónde vamos se escucha en cada ámbito de la sociedad mexicana. Cada quien, desde su perspectiva, desde su realidad social, profesional o familiar, se pregunta hacia dónde vamos. El caos en México es innegable, aunque exista toda una estrategia mediática e institucional para negarlo. Las voces del círculo de estudiosos en cada tema son más fuertes y ruidosas. El humor en Palacio parece haber perdido el encanto de haber logrado lo inimaginable en el 2018. El problema parece ser que los datos, las estadísticas, los pronósticos y el sinfín de evidencias y hechos que a diario se leen o se denuncian en las columnas periodísticas y en las redes sociales tienen muy molesta a la 4T. Al Presidente le resulta más productivo dedicar su tiempo y el de sus funcionarios a desacreditar las incómodas fuentes de información en lugar de desmentir cada acusación o denuncia en contra de su gobierno. Me uno a este sentir por el dolor que me causa ver al Ejército Mexicano salir huyendo perseguido por una veintena de motociclistas armados, con risas, vivas y aplausos de algunos pobladores de una ciudad a la que el gobierno federal ya no gobierna, una ciudad en dónde no existe el Estado de derecho y se abandona a gente inocente en manos de criminales. Hacia dónde vamos en temas de seguridad nacional nos preguntamos todos, es un hecho que ningún proyecto de gobierno avanza cuando el control en varios estados se encuentra en manos de criminales. Los gritos de euforia e insultos de una anciana en casa de quien grabó la huida son desgarradores para quienes conocemos la labor estoica de nuestro EM. Hacia dónde vamos si ansiábamos escuchar de voz del Presidente un fuerte pronunciamiento en apoyo al Ejército por la humillación vivida en aras de no provocar un grave enfrentamiento con pobladores. Ni una palabra al respecto, ni la presencia de la SSPC, Rosa Icela, mereció en la mañanera otro incidente que difícilmente olvidarán los soldados y quienes valoramos su enorme trabajo. Hacia dónde vamos cuando, en lugar de atender estos asuntos y a estas poblaciones secuestradas por el terror y el miedo, dedica su mirada a la liberación de Israel Vallarta, secuestrador detenido hace 15 años y a quien intenta proponer la forma en que podría ser liberado. Resulta incomprensible que la secretaria Cordero proponga, por el llamado “incidente por desvanecimiento de datos”, la liberación de un delincuente al que se le adjudicaron decenas de secuestros en colusión con la francesa Florence Cassez, liberada no porque se haya probado su inocencia, por el contrario, estuvo identificada plenamente por su víctima, pero debido al mal proceso de su detención y al fatal montaje en el que se vio involucrado Loret de Mola, por gestiones del gobierno francés pudo ser liberada, más no absuelta. Los delitos de secuestro siguen pesando en contra de su cómplice, Israel Vallarta, al que hoy la secretaria Cordero intenta liberar. Hacia dónde vamos cuando la esposa y el abogado defensor de Vallarta simplemente la ignoran y no muestran el menor interés en el caso. ¿Cuál es el interés de la titular de esta secretaría cuando, a pesar de esta negativa, insiste enviando una carta al indiciado para proponerle esta idea y lograr ser liberado? Parece que las cortinas de humo hoy se les asignan a los secretarios de Estado por la prohibición del TEPJF al Presidente de no mencionar nada que pudiera interpretarse como proselitismo en tiempos electorales.

 

  • DE IMAGINARIA

Lamentable la baja del Ejército de la soldado Alexa Bueno. Sin entrar en detalles, Alexa, como influencer militar, mostraba la cara humana y amable de una institución que en esta administración, por las responsabilidades asignadas, se ve expuesta continuamente a situaciones en donde su disciplina y templanza los obliga a mantener la calma, sin que por ello se piense que no sufre en hechos como los de Aguililla.

 

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