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Dividir el voto

Martín Espinosa

Martín Espinosa

Los acontecimientos en la vida pública del país en los últimos meses dan cuenta del clima de encono y división que prevalece en México, alentado y promovido desde las “alturas del poder”. La situación que hoy predomina pasa necesariamente por las agresiones, verbales y físicas, que a diario se registran en muchos órdenes de la vida nacional.

Ejemplo de ello es lo que hemos visto en varias entidades, donde la clase política se mantiene enfrentada, al grado de que algunos ni siquiera pueden pisar el estado porque se enfrentan a protestas de la sociedad. Casos no faltan, como en Oaxaca, donde recientemente se observaron mantas con consignas contra Alejandro Murat quien, como lo adelantamos desde hace varios meses, ha comenzado sus recorridos por todo el país —iniciando por Sonora— con su organización Piensa México, al margen de su partido (PRI), en busca de la candidatura presidencial para 2024.

Y no es menor el rechazo a su gestión por parte de los habitantes de Oaxaca si se toma en cuenta el nivel de endeudamiento al que llegó el estado durante su administración —17 mil millones de pesos— y los múltiples hechos de corrupción que ya investiga el actual gobierno morenista, que encabeza Salomón Jara.

Hace unos días, con motivo de un compromiso social, Murat Hinojosa fue rechazado por los oaxaqueños. De pena ajena fue su intento de regresar al estado y buscar promoción. La dura respuesta de los ciudadanos de llevarle bolsas de basura terminó por vencerlo, ante el problema que dejó en cerca de 45 municipios de los valles centrales por su negligencia de no atender el cierre del basurero de Zaachila, ordenado por el pueblo.

Es tal la división en el país, que hace unas horas se presentó el movimiento denominado Mexicolectivo, encabezado por el priista Francisco Labastida Ochoa, excandidato presidencial en 2000; intelectuales y académicos de la UNAM, como José Narro Robles y Francisco Barnés, y el jurista Diego Valadés. A decir de los enterados, estaría detrás Dante Delgado, de Movimiento Ciudadano, quien busca a toda costa influir en la sucesión presidencial del año próximo. Cómo estarán las cosas que Cuauhtémoc Cárdenas decidió “bajarse de ese barco”.

 

REVIVEN EL CASO DE MARÍA ELENA RÍOS

El lamentable caso de la saxofonista María Elena Ríos Ortiz, agredida en septiembre de 2019 con ácido mientras caminaba por calles de Huajuapan de León, Oaxaca, y que le provocó lesiones en la cara y otras partes del cuerpo, es un hecho que tiene que resolverse a la brevedad en contra de quien resulte responsable; así como el de miles de víctimas que no cuentan con la ventaja del apoyo de los medios de comunicación. En este contexto, así como se ha apoyado a María Elena, tendrían que revisarse las denuncias que hay en contra de ella y su familia, presentadas y ratificadas por los diversos afectados en la indagatoria entre 2012 y 2015. Quienes conocen las carpetas de investigación señalan que los delitos de los que se les acusa no son menores y van, de acuerdo a las y los denunciantes, desde lesiones, allanamiento de morada, extorsión y hasta homicidio. ¿Y quién responde por ellos?

 

EFERVESCENCIA EN LAS ALCALDÍAS DE LA CDMX

La adelantada, a propósito, sucesión presidencial de 2024 mantiene una tensión creciente en las 16 alcaldías de la Ciudad de México. Caso concreto, los “pleitos” políticos entre el gobierno central y la alcaldía Cuauhtémoc, que gobierna la “monrealista” Sandra Cuevas, a quien hoy le ven oportunidad de ser candidata de la coalición para la Jefatura de Gobierno de la capital. Quien, ajeno a esas confrontaciones, ha trabajado desde hace un año por el bienestar de sus gobernados es el alcalde en La Magdalena Contreras, al sur de la CDMX, el priista Luis Gerardo Quijano. Ayer, Quijano Morales rindió su primer informe de trabajo, Compartiendo Resultados, en el que destacó el programa de seguridad y vigilancia Escudo Contreras, con el que se ha logrado bajar hasta 13.3% la percepción de inseguridad en la demarcación.

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