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La respuesta a la confusión actual

Julio Faesler

Julio Faesler

 

 

México está confundido. Confundido en cuanto a la dirección que lleva la pandemia, respecto a las decisiones inexplicables del Jefe de la nación en muchos otros temas. La confusión también llega desde fuera. Las tensiones en los grandes centros industriales del mundo cuyos mercados, a donde se dirige buena parte de nuestras exportaciones, presentan dudas sobre nuestras perspectivas.

Nadie sabe qué puede pasar. Esas incógnitas repercuten en la vida de cada uno de nosotros. El primer tema es el de la seguridad personal. El que tiene empleo siente el peligro de perderlo o que le recorten el sueldo drásticamente. Los millones que se encuentran en la economía informal también son víctimas de la caída general. Cada día se aleja más la fecha de terminar el confinamiento o el distanciamiento obligatorio.

Las noticias del jefe de la OMS son lúgubres. la enfermedad puede extenderse más de lo esperado porque las precauciones no se están respetando en muchos lugares, lo que profundiza la crisis. Los repuntes en Europa, EU o en Asia van al alza y México se encuentra en tercer lugar mundial de mortandad.

La historia nos relata que todas las plagas, las más mortíferas de todos los tiempos, llegan a su fin. Las del medievo, las del siglo XVI o la de 1918. En cada caso terminaron con remedios vanguardistas de acuerdo al momento histórico. Hoy, como nunca, se ha encargado a la ciencia hallar la solución que por la alta tecnificación hace desesperantemente lento el detallado proceso de encontrar las vacunas idóneas.

El peligro más funesto es el ansia por reanudar la actividad económica y productiva con decisiones imprudentes de reapertura peligrosamente anticipada, lo cual puede destruir los avances logrados.

La respuesta más sensata tanto a la enfermedad personal como a la vida económica en general:  reposo, cuidados, la imposición de ingratas disciplinas y resignarse a largos períodos de cura y convalecencia. La etapa de improductividad que necesitan los enfermos también la requieren las comunidades nacionales en países enteros. Los recursos financieros que se necesitan tienen que provenir de los gobiernos, quienes, a su vez, estarán respaldados por el andamiaje de organismos internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, complementados con los bancos regionales públicos y privados.

La acción anticíclica ya la han venido aplicando en Europa y hasta en Estados Unidos.

Falta México. Rehabilitar con capital de trabajo transitorio a las empresas mexicanas es una medida que no puede seguir aplazándose. En México, los créditos a la palabra de 25,000 pesos no son suficientes. El respaldo tiene que ser mucho mayor y el gobierno no debe temer en aumentar la deuda externa para ofrecer mayores fondos a las pequeñas y medianas empresas porque la producción de artículos es la mejor garantía al atender la demanda interna, sustituyendo importaciones o exportando al mercado  de consumo, como el industrial, con especial atención a surtir las cadenas industriales mundiales.

En cuanto a la economía, no hay razones para dudar de las soluciones a la pandemia si se la trata con respeto. Las confusiones desaparecerían si se contara con un timonel seguro y firme aunque, lamentablemente, no es el caso actual.

Hay otras áreas en las que la confusión popular se justifica, como la lucha contra la violencia y la inseguridad y la impunidad. Estos temas demandan respuestas claras y sin tolerancia. Estas áreas no son del resorte de la economía, sino de la procuración de justicia. En todos los rincones del país el combate a la corrupción debe estar presente sin escatimar esfuerzos ni miramientos.

Es aquí donde la respuesta a la crisis socioeconómica se identifica con la acción ciudadana que ahora se reinicia después de su extenuante ejercicio democratizador en los años 80 y 90 del siglo pasado. Hay que darle toda la importancia que se merecen a los comicios de 2021 porque son  trascendentales.

Con nuevos bríos y energías, con propósitos de renovar la Cámara de Diputados y hacerse valer en la elección de quince gobernadores, además de las legislaturas y cargos estatales. Las elecciones intermedias del 2021 marcarán el ambiente en el que se desarrollarán las de 2024, donde se planteará la renovación total del gobierno.

La acción política sin confusiones es indispensable para remediar los problemas económicos agravados por una administración pública desacertada y terca que está agravando los problemas. Ya se apuntan grupos cívicos que reúnen a artesanos, trabajadores del campo, obreros, profesionistas, asociaciones sociales diversas, académicos, hombres y mujeres de empresa, sindicatos, personalidades reconocidas, exfuncionarios unidos en la perspectiva de cambiar el rumbo del gobierno que desde 2014 ha desbarrancado al país.

Sabiendo lo anterior, se acaba la confusión que frena la acción que contrarresta la crisis actual. No hay razón alguna para asumir, tolerar y continuar en el desastroso rumbo que los errores del Presidente están llevando al país.

El pueblo tiene el espíritu y valentía para rescatar, sin autoritarismos, el timón de manos ineptas. En los comicios de 2021 podemos corregir el rumbo para hacer de México un país democrático y preparado para cumplir su destino en el siglo XXI.

 

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