Servicio Exterior Mexicano
Los motivos políticos para pervertir la diplomacia que van desde el premio o castigo
La política interior sólo puede derrotarnos; la política
exterior nos puede matar.
John F. Kennedy
Nuestra Constitución establece regímenes jurídicos extraordinarios como el Servicio Exterior Mexicano, el cual surge casi simultáneo al nacimiento del México independiente.
En este quehacer público destaca una labor históricamente encomiable, basada en una carrera de servicio civil disciplinada, de entrega, cumplimiento del deber y siempre anteponiendo dicha responsabilidad al interés personal.
Los mexicanos que prestan sus servicios a la patria en el SEM, conforman un cuerpo permanente de funcionarios del Estado, encargados específicamente de representarlo en el extranjero y responsable de ejecutar la política exterior de México, atendiendo un verdadero servicio civil de carrera, de acuerdo con su propia ley y reglamento.
El ingreso es a través de concursos públicos generales, a las ramas diplomático-consular con exámenes de cultura general orientados a las relaciones internacionales, considerando un grado académico de licenciatura por lo menos, acreditado por universidad o institución de educación superior mexicana o extranjera con reconocimiento de validez oficial.
Los aspirantes tienen que opinar sobre casos, por ejemplo la sentencia del Caso Digna Ochoa y familiares contra México, dictada recientemente por la Corte Interamericana de Derechos Humanos o la demanda interpuesta por nuestro gobierno en cortes de los Estados Unidos en contra de empresas fabricantes y distribuidores de armas de fuego, por lo cual requieren, de amplios conocimientos en derecho internacional y sus fuentes: derecho consuetudinario, tratados internacionales, protocolos y estatutos, y al derecho convencional que se contiene en convenios y convenciones internacionales y materias afines.
El Instituto Matías Romero (órgano desconcentrado de la SRE) tiene como objetivo formar y capacitar a los diplomáticos mexicanos. Una de las funciones primordiales del instituto es llevar a cabo los procedimientos de evaluación académica en los concursos de ingreso y ascenso al SEM.
La ley del Servicio Exterior Mexicano exige que los servidores públicos, grupos y actores sociales y privados que colaboren de alguna forma en actividades diplomáticas, operen bajo los principios de transversalidad, coordinación, coherencia y profesionalización de la función diplomática del Estado mexicano. Asimismo, observarán los principios de transparencia y rendición de cuentas, respeto y promoción de los derechos humanos, fortalecimiento de la igualdad de género, neutralidad política y lealtad al Estado mexicano y apego a los principios de la política exterior mexicana.
Afirmar, como lo ha hecho el Presidente de la República, que la mejor política exterior es la política interior, si ésta no se apoya en las leyes, es estar frente a un gobierno despótico, llámese como se llame (Daniel Webster). Las asignaturas pendientes en materia de política interior, sumadas a los grandes retos que enfrentamos día a día con una desprecio por el orden jurídico, necesariamente nos conducen a una pésima política exterior, la cara de México ante el mundo que no puede admitir improvisaciones o representantes de escasa preparación y pésima fama pública.
El preámbulo de las malas decisiones en los nombramientos de embajadores y cónsules fue la negativa del Estado español de otorgar el beneplácito para el exgobernador Quirino Ordaz, propuesto como embajador de Mexico en aquel país.
Los motivos políticos para pervertir la diplomacia tienen diversas aristas que van desde el premio o castigo, la cooptación, el destierro o mantener lejos de la patria a miembros de la oposición, que sin recato aceptan la noble función de la diplomacia, atropellando la dignidad de los verdaderos servidores públicos de carrera del Servicio Exterior Mexicano.
