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Gobierno de izquierda

Enrique Del Val Blanco

Enrique Del Val Blanco

Rubicón

En España, con la llegada del nuevo gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se está produciendo una serie de propuestas para acabar con la terrible corrupción que abate a ese país y que va desde la monarquía, pasa por el gobierno y llega hasta el deporte.

Así estamos viendo la debacle de esta monarquía por su corrupción, que ha salido a la luz pública con las actividades fraudulentas del llamado monarca emérito, el muy campechano Juan Carlos, quien utilizó a una de sus amigas para ocultar dinero y propiedades en el extranjero, por lo cual está siendo investigado. Esto se refleja ya en la opinión pública, detectada en una de las últimas encuestas, donde casi la mitad de la población está en contra de la monarquía y por la instauración de una república. Esperemos que pronto el reino deje de serlo para pasar a una república en donde todos estén sujetos a la ley.

También esta semana, hemos leído que finalmente el gran ídolo del futbol Cristiano Ronaldo ha aceptado ser evasor fiscal, por lo que va a pagar 19 millones de euros y será condenado a dos años de cárcel, misma que no pisará por las facilidades judiciales que le han otorgado.

El PSOE, que se dice de izquierda, ha entrado de lleno a tratar de resolver la enorme desigualdad que impera en el país después de tantos años de corrupción protegida y en la que participaba activamente el Partido Popular, de orientación derechista, cuando gobernaba y que le costó el término del gobierno encabezado por el impresentable Mariano Rajoy.

Una de las primeras medidas ha sido la de abonar a los pensionados, que son 9.5 millones de personas, los pagos atrasados en sus pensiones. El sistema sufragará la diferencia de aumento que tuvieron las mismas a partir del primero de enero de este año y ha decretado un aumento de 1.6 por ciento para todas las pensiones y de tres por ciento para las mínimas.

También ha anunciado un nuevo marco fiscal que busca incrementar los ingresos públicos aumentando los impuestos a las grandes empresas y elevando la tasa efectiva que pagan las compañías por sociedades.

Adicionalmente, creará un nuevo impuesto a los servicios digitales de las grandes tecnológicas y se gravarán las prácticas contaminantes. Todas estas medidas están encaminadas a elevar el gasto social y colocar al país a la altura del siglo XXI, con un mayor control de los servicios digitales, de la banca y el medio ambiente, sin afectar ni a los ciudadanos ni a las pequeñas empresas, ya que no se tocará el Impuesto Sobre la Renta.

Por supuesto que esto ha levantado críticas, principalmente de los bancos ante el anuncio de un impuesto para ellos. El primero en quejarse ha sido el poderoso banco Santander, que a través de su consejero delegado ha declarado y amenazado que tal impuesto podría generar una doble tributación, sobre todo en los dividendos que reparte de sus filiales en el extranjero, que son las que le dan mayores resultados, lo que les obligaría a replantearse su estructura legal.

Lo anterior lo dice cuando ha anunciado una utilidad de 3,752 millones de euros en el primer semestre del año, de la que Brasil aporta 26 por ciento y México, 359 millones de euros.

Todas estas acciones reflejan una verdadera postura de izquierda, que busca medidas concretas para forjar un país más igual haciendo que los que más ingresos perciben contribuyan más para reducir la disparidad actual de la riqueza y su distribución.

Muchos esperamos que estas decisiones sean también las del nuevo gobierno mexicano, que hasta la fecha no ha dicho nada en materia del sector privado, más allá de la propuesta de financiar el salario de quienes ha denominado aprendices que vayan a incorporarse a las empresas, es decir, el gobierno va a financiar a trabajadores que les saldrán gratis a los empresarios.

La desigualdad y la pobreza no podrán ser resueltas sólo con los famosos 500 mil millones de ahorro de la corrupción, cifra que hasta ahora no ha sido cotejada con datos reales. Si en México no se grava más a quienes más tienen, en suma, una profunda reforma fiscal, no saldremos adelante.

 

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