Ursus, el osito baleado en Nuevo León se recupera, pero necesita un donativo

A mediados de octubre de 2022 se hicieron virales en redes sociales los videos de un pequeño oso negro (Ursus americanus), que arrastrando sus extremidades traseras, seguía con mucho esfuerzo a su madre y hermano en la Sierra de Santiago, Nuevo León.

Al osezno de aproximadamente siete meses de nacido, le dispararon con un arma de fuego en la comunidad de Ciénega de González, cuando ingresó al patio de una casa construida paradójicamente en su propia casa.

Lamentablemente, la mancha urbana avanza sin control sobre el hábitat de esta especie en peligro de extinción, que baja de la zona montañosa en busca de agua y comida, lo que provoca que cada vez haya más interacciones entre humanos y animales de vida silvestre.

Tras la conmoción que causaron las imágenes, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), envío a su personal a capturar al ejemplar, con la advertencia de que, en caso de encontrar a los responsables de lesionarlo, serían condenados a pagar una multa de hasta siete millones de pesos y purgar una pena máxima de nueve años de prisión.

A los pocos días, el oso negro bautizado como Ursus, ya estaba en Pachuca, Hidalgo, en las instalaciones de la Fundación Invictus, creada por Erika Ortigoza, en memoria precisamente de un Ursus americanus, llamado Invictus, rescatado sin quijada en marzo de 2014 del Harley Circus.

“Claro que Ursus sentía dolor al arrastrar sus extremidades para seguir a su mamá y su hermano, pero tenía que continuar, porque no podían dejar de buscar agua o refugio”, explicó Erick Acoltzin Chávez, coordinador del Área de Bienestar Animal y Dietología de la Fundación Invictus.

Frente a las primeras radiografías del ejemplar, el biólogo detalló que la bala entró por la vertebra lumbar provocando el daño en las extremidades, para después alojarse en la costilla del oso negro.

“Por suerte, no perdimos mucho la conformación de la vértebra, y la bala se encapsuló, por lo que no representa ningún problema, y decidimos dejarla ahorita ahí”, señaló. 

Erick Acoltzin Chávez comentó que cuando llegó el paciente, lo más urgente era sanar sus profundas heridas en las extremidades traseras, que arrastraba para poderse desplazar, con la ayuda de la medicina integral regenerativa y células madre tomadas de su propia sangre.

“Tenemos avances, para empezar la recuperación de las heridas, porque eran bastante graves, que llegaban al tejido óseo; una de las piernitas ya está completamente curada y la otra va por muy buen camino”, indicó.

El pequeño oso que llegó pesando 14 kilogramos, ahora ya alcanza los 51 kilos, con una dieta de seis kilogramos al día de carne cruda, frutas y suplementos alimenticios.

“Tenemos indicios de que vamos a recuperar la movilidad de las piernas, tenemos que hacer la rehabilitación para que las empiece a apoyar, para que empiece a hacer el intento de caminar”, manifestó el encargado de la Fundación Invictus.

El oso negro entrará pronto al quirófano para que le reparen su columna afectada, y pueda recuperar lo más que se pueda la normalidad.

“A pesar de que no podemos echar campanas al vuelo, dentro de lo malo lo bueno, tenemos muchas cosas buenas, tiene un temperamento impresionante, horrible, que le ayuda justamente al proceso de rehabilitación”, indicó Erick Acoltzin Chávez.

A pesar de que Ursus tiene la mejor atención, lo más probable es que no pueda regresar con los suyos al medio silvestre y tenga que ser enviado al santuario para grandes carnívoros más grande del mundo ubicado en Denver, Colorado: The Wild Animal Sanctuary.

Por lo pronto, Ursus requiere de mucho apoyo para poder salir adelante y tener una segunda oportunidad de vida, por lo que cualquier donativo para ayudarlo se puede canalizar a través de la Fundación Invictus, que tiene redes sociales en Twitter y Facebook: @FundacinInvict1 y www.facebook.com/fundacion.invictus

Publicado por Fundación Invictus en Domingo, 6 de noviembre de 2022

jcp