Tula, uno de los infiernos ambientales de México (1era. Parte)

Activistas afirman que la contaminación está todos lados; acusan al gobernador hidalguense, Julio Menchaca, de no solucionar la problemática

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Presa Endhó, destino final del río Tula.
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Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Atotonilco.
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Compuerta del Túnel Emisor Central.
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Parte alta de la Planta Atotonilco.
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Angélica Arellano.
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Compuertas de los Túneles Emisores.
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Compuertas del Túnel Emisor Central y del Túnel Emisor Oriente.
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Apolinar Carbajal, habitante de San José Acoculco.
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Borregos de don Apolinar Carbajal.
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Cadáver de un animal, cerca del río Tula.
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Cultivos alrededor de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Atotonilco.
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Trampa para moscas.
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Américo de la Cruz.
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Flujo de agua.
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Presa Endhó, en Hidalgo.
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Agua de Presa Endhó luce contaminada.
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Cada vez que vas al baño en la Ciudad de México y le jalas al sanitario, una avalancha de desechos orgánicos y aguas negras descarga en el Valle del Mezquital, justo donde nace el río Tula.

Cuando cae una tormenta, el agua que corre con todo y basura por las coladeras, también llega a Hidalgo.

Hasta hace unas semanas, el problema era la sequía prolongada y ahora son las fuertes lluvias en la zona centro de la República Mexicana.

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En general, todo lo que arrojamos al caño, viaja entre 50 y 60 kilómetros por el drenaje profundo de la CDMX, hasta las compuertas del Túnel Emisor Central y el Túnel Emisor Oriente, que son el portal de entrada a uno de los seis “Infiernos Ambientales” de México, reconocidos así por la propia Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

No es fácil vivir aquí, realmente es un infierno y es ambiental porque la contaminación está en el aire, en el agua y en el suelo, por todo lo que se ha acumulado a lo largo de varias décadas”, lamentó Angélica Arellano, presidenta de la Red de Conciencia Ambiental “Queremos Vivir”.

Al llegar a Atotonilco de Tula, alrededor del 25 por ciento del pestilente torrente de más de 22 millones de personas que confluyen en una de las ciudades más grandes del mundo, ingresa a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, construida a finales de 2017, con una capacidad máxima de 42 metros cúbicos por segundo en los meses de lluvia.

La mayor parte del afluente, con una gran carga de coliformes fecales, que genera un fuerte olor, que pica los ojos e irrita la garganta, sigue su camino, sin detenerse.

En un día típico de precipitaciones pluviales en la capital del país, hay momentos que corren por el río Tula hasta 169 metros cúbicos por segundo de aguas negras, como ocurrió el pasado primero de julio a las 12:00 del día, según reportes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Para darnos una idea de la contaminación que transita por la región, el tamaño de esta “ola de aguas negras”, equivale a 28 veces, los seis metros cúbicos por segundo de agua potable que actualmente bombea el Sistema Cutzamala al Valle de México, y que alcanza para abastecer al 25 por ciento de los habitantes de la Ciudad de México y el Estado de México.

De niños creíamos que la espuma que aparece en el río Tula era jabón, de gente que lavaba su ropa, pero cuando crecimos nos explicaron que la espuma se forma por tantos tóxicos que hay en el agua”, comentó Angélica Arellano, también habitante de la localidad de San Miguel Vindho, en Tula de Allende.

En la parte alta de la Planta de Atotonilco se pueden observar toneladas y toneladas de lodos, acumuladas a la intemperie, resultado de los procesos de tratamiento de las aguas negras.

La presidenta de la Red de Conciencia Ambiental “Queremos Vivir”, indicó que una vez que se secan estos lodos, sus tóxicos vuelan con el aire por todo el Valle del Mezquital.

Lo estamos respirando todos, aunque la vida es más complicada para las comunidades que están alrededor de la planta, como es el caso de San José Acoculco”, reconoció.

*Apolinar Carbajal muestra el maíz cosechado cerca de la Planta de Aguas Residuales Atotonilco.

NO ES VIDA

Apolinar Carbajal habita precisamente en San José Acoculco, en el Ejido Conejos, a escasos dos kilómetros de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales, donde los malos olores, la contaminación y la plaga de moscas son insoportables.

Allí tienen acumulados todos los lodos que sacan de la planta, y es donde se reproducen las larvas de las moscas. De vez en cuando vienen a fumigarnos y entregar trampas para las moscas, pero no hay nada que acabe con ellas”, señaló.

Junto con sus cinco hijos y su esposa, Don Apolinar vive de la engorda de sus borregas y la siembra de maíz, que riega con las mismas aguas negras que llegan del Valle de México, con abundante carga orgánica que sirve como abono para los cultivos, lo que les permite ahorrarse el fertilizante.

Las personas que a veces compran la cosecha, se llevan el maíz a la Ciudad de México, para el consumo humano, para la tortilla”, reveló.

NADIE SE HACE RESPONSABLE

El hombre de origen humilde, recordó que cuando los andaban convenciendo de instalar la Planta de Tratamiento en Atotonilco, “prometieron que esto iba a ser como un vergel, y ahora es todo lo contrario, hay suciedad por dondequiera”.

En este sentido, Apolinar Carbajal acusó a la Comisión Nacional del Agua de no querer apoyar a las comunidades para ampliar la red de distribución de agua potable, aun cuando todos los pozos y manantiales están contaminados.

Relató que cuando solicitan la construcción de una clínica para atender a los enfermos, “que aumentaron muchísimo en los últimos años, principalmente de cáncer”, la Comisión Nacional del Agua argumenta que no es de su competencia, que le toca al sector salud y no puede intervenir.

*Compuerta del Túnel Emisor Oriente.

Don Apolinar agregó que el gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca, quien está a punto de cumplir dos años en el poder, sólo se apareció por la zona cuando andaba en campaña y jamás regresó.

Debería darse una vuelta para que vea en qué estado estamos y cómo nos ha pegado la contaminación”, manifestó.

Dijo que la gente se siente abandonada por el mandatario estatal de extracción morenista, porque nunca ha estado en la Planta de Tratamiento “y mucho menos en esta comunidad que es la más alejada del municipio de Atotonilco”.

RUTA TÓXICA

Conforme las aguas negras y los desechos orgánicos fluyen por el río Tula, se va ampliando el espectro de contaminación a través de Atotonilco, San José Acoculco, Pueblo Nuevo, Cruz Azul y San Miguel Vindho, hasta llegar a Tula de Allende.

Américo de la Cruz, médico con especialidad en Neuropediatría, alertó que por el río Tula corren todas las bacterias que existen en el mundo. 

Ustedes ven como pasa el agua a través del río Tula, y ahí va Cólera, Salmonela, Shigella y Klebsiella, hay hongos, hay virus, nosotros gracias a Dios somos sobrevivientes, porque ahí viene también el Covid y estamos vivos”, subrayó.

Resaltó que, de acuerdo a estudios clínicos y tomografías realizadas a lo largo de los años, puede confirmar que hay una gran cantidad de infecciones, de todo tipo, en la población del Valle del Mezquital, alergias, epilepsia y presencia de cisticercosis.

En la ruta hacia su destino final, en la Presa Endhó, el río Tula va captando las descargas de la Refinería Miguel Hidalgo, la Central Termoeléctrica Francisco Pérez Ríos, cementaras y restos de plaguicidas que se utilizan en los cultivos.

El 6 de septiembre de 2021, el río Tula se desbordó provocando inundaciones de dos metros de altura en calles, viviendas y negocios, así como provocando la muerte de 17 pacientes de Covid conectados a respiradores, que se quedaron sin energía eléctrica en el Hospital General de Zona.

Continuará

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*mcam