¿Negocio en pandemia? Daniel afianza chilaquiles del barrio

CIUDAD DE MÉXICO

¿Emprender un negocio en plena pandemia? Parecía más que imposible. Y si se recurre a las estadísticas, pareciera que dan la razón.

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) dio a conocer que más de 150,000 pequeños negocios cerraron durante la pandemia. Que se vieron orillados a hacerlo ante la caída de un 30% en el consumo y que un 7% está a punto del cierre; pero esos datos los sepulta Daniel Morales.

Nadie dijo que ser emprendedor fuera fácil”, señala este consultor en sistemas administrativos, que retomó un proyecto de 2016: vender chilaquiles.

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Todo surgió en el corazón de la Narvarte. Retomó las recetas de la familia. Ese toque que hace la diferencia al paladar y le otorga un sabor peculiar; sin embargo, recuerda Daniel, “al proyecto pocos le tenían fe, pero tiene mucho potencial. Como emprendedor estaba más emocionado que preparado y las consecuencias nos llevó al truene y posterior cierre”.

¿Por qué retomar el proyecto?

Soy consultor de sistemas administrativos de profesión, con una pasión enorme por el emprendimiento”, responde.

Con esa visión, se alistó para darle jaque a la pandemia. “Después de cuatro años vendiendo solo en eventos algunos fines de semanas y venciendo mis propios miedos, decidí retomar el proyecto por cuenta propia y registré mi marca, consejo que le doy a todos los emprendedores”, explica Daniel.

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En los primeros meses del 2020 adquirió algunos insumos y mobiliario, “armé nuevamente mi plan de negocio y junto con Rosario y Emiliano, planeamos la reapertura de Los Chilaquiles del Barrio”.

Enclavados sobre la Calle 30, 33, en la colonia El Rodeo se forjó el nuevo proyecto. “Todo era miel sobre hojuelas, pero llego el Covid-19 y por cualquier lado fue pesimismo. A nivel nacional se escuchaba de los cierres de muchos negocios y las malas noticias estremecían a la mayoría…”.

La experiencia de ser consultor

Daniel Morales no ve estadísticas. Ve objetivos a corto plazo, metas a cumplir, planes a desarrollar. “En mi vida como consultor conocí a muchos emprendedores jóvenes de no más de 30 que me enseñaron a vender pañuelos cuando otros lloran, y así fue que en junio decidimos aventurarnos para demostrar que aun en tiempos complicados con un buen plan de negocios, se puede continuar con la economía, el emprendimiento y las ganas de crecer”.

Así surgieron Los Chilaquiles del Barrio “en un pequeño local en la colonia el Rodeo, dentro de la alcaldía de Iztacalco. Comenzaron las pruebas y el trabajo duro, trasmitir a mis dos socios jóvenes lo que aprendí, las recetas que son además de herencia, el diferenciador de nuestro negocio, la actitud de servicio y mantener mi trabajo como consultor es complicado, pero demostramos que no todo es pesimismo y que podemos continuar a pesar del Covid-19”.

En Los Chilaquiles del Barrio encuentras una salsa de frijol con la receta secreta; si prefieres están los “cate de mi corazón” con ese toque de aguacate; y para aquellos que el picante no es desafío, “los diavolo”, los más picosos del barrio.

Así que si quieres probar algo distinto a los tradicionales chilaquiles, date un rol por Los Chilaquiles del Barrio.

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