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Nacional

A 85 años de la llegada de 'Los niños de Morelia'

Uno niño de nombre Julián Martínez, habló para Excélsior sobre su situación personal, “Quién sabe cuándo volveremos a España! Lo seguro es que nos quedemos aquí

Roberto Rodríguez Rebollo | 07-06-2022
Los niños de Morelia recién llegados de España, posan para la foto con el general Lázaro Cárdenas
Después de varias horas de viaje vía terrestre, el numeroso grupo de niños provenientes de España, llegó a la Ciudad de México donde continuó el recibimiento con regalos de la gente y discursos de políticos.

En julio de 1936 estalló la guerra civil española, un conflicto interno que buscaba el derrocamiento del gobierno democrático para la instauración de un régimen radical bajo un golpe de Estado. El momento de emergencia de aquel país obligó al exilio de muchas familias, y desató un fuerte movimiento de refugiados por varias partes del mundo.

El gobierno mexicano brindó asilo a estos niños debido a la problemática de guerra que imperaba en España en esos momentos. Bajo el mandato de Lázaro Cárdenas, se creó el Comité de Ayuda a los Niños del Pueblo Español, con el cual se buscaba la protección de los menores de edad españoles para brindarles protección y alojamiento durante la guerra.

EL INICIO

Todo comenzó con la convocatoria emitida a principios de 1937 por la prensa española de un viaje hacia México para niños de entre tres y quince años de edad. En un inicio, la estancia de los menores de edad en tierras mexicanas sería de unos cuantos meses para mantenerse a salvo de la guerra en España. El requisito indispensable era una prueba de salud que garantizara su estado físico.

En su mayoría, eran hijos de la clase obrera y comerciante del país ibérico que atravesaba por una seria crisis política y social. Una separación familiar temporal; algunas familias tenían la intención de reunirse con sus hijos en México, algunos optaron por enviar a los niños a su suerte, mientras otros vieron a México como una buena opción de asilo.

A pesar de que los niños eran considerados huérfanos no todos lo eran, la mayoría contaba con al menos uno de sus padres o algún familiar de apoyo. Sin embargo, el viaje lo tuvieron que realizar solos o, en algunos casos, acompañados de algún primo, conocido o amigo, que viajaban en la misma condición de expedicionarios refugiados.

DE BURDEOS A VERACRUZ

El vapor Mexique zarpó de Burdeos, Francia, el 27 de mayo de 1937 con más de 400 niños de origen español con destino a tierras mexicanas. La misma nave trasladó a miles de refugiados españoles a México desde 1939.

“Entusiasmo por la llegada del grupo infantil”, publicó Excélsior un día antes del desembarco del buque francés.

“A las trece y quince, se fue acercando el “Mexique” al muelle, siendo saludados los niños españoles por la multitud, en tanto que las mujeres hacían ondear sus pañuelos, presas de indescriptible emoción, y los hombres lanzaban a voz en cuello vivas a España y a México”, se puede leer en la publicación.

Finalmente, el barco desembarcó en el puerto de Veracruz, el 07 de junio, punto desde el cual los niños recién llegados abordaron un tren con rumbo a la Ciudad de México. Miles de personas se dieron cita en el puerto veracruzano para recibir a los niños españoles.

El presidente Lázaro Cárdenas y su esposa, Amalia Solórzano, así como una comitiva de funcionarios del gobierno, dieron la bienvenida a los menores de edad que recibieron toda muestra de simpatía por parte de los mexicanos, según consta en las páginas de este diario.

“Una vez atracado el barco subieron a bordo los representantes del comité, el Gobierno y demás enviados oficiales, periodistas, enfermeras y representantes de las estaciones radiodifusoras. A esta salutación los quinientos niños españoles comenzaron a aplaudir, llorando muchos de ellos”

EN LA CAPITAL

Después de varias horas de viaje vía terrestre, el numeroso grupo de niños provenientes de España, llegó a la Ciudad de México donde continuó el recibimiento con regalos de la gente y discursos de políticos.

Varios niños llegaron enfermos a la capital, algunos resintieron el largo trayecto, otros tuvieron complicaciones por el calor y unos más presentaron síntomas leves de cansancio e infecciones menores, por lo que, los servicios de salud les brindaron la atención necesaria.

 

Portada de Excélsior: los niños españoles en su nueva patria

 

Uno niño de nombre Julián Martínez, habló para Excélsior sobre su situación personal, “Quién sabe cuándo volveremos a España! Lo seguro es que nos quedemos aquí: los que aún teníamos padres, probablemente ya no contemos con ellos, y los que nos los tenían, ¿qué esperanzas tienen de volver?” [sic], mencionó el menor.

El Departamento de Salubridad se quejó del mal estado que presentaban los niños a su llegada a la ciudad. Acusaron falta de atención a bordo del tren, debido a que algunos niños se encontraban desaseados, aunado a la mala calidad de los alimentos que consumieron durante el trayecto.

Luego de la denuncia realizada por Excélsior acerca de las condiciones de aseo que presentaban los menores, autoridades educativas declararon que esto se debió a las malas atenciones que recibieron a bordo del Mexique, afirmaron que “no se les prestó la debida atención”.

EL ÚLTIMO DESTINO, MORELIA

“Habiendo descansado del largo viaje en tren desde Veracruz a la capital, los pequeños hijos adoptivos de México, dedicaron el día de ayer a jugar, y con mucho apetito tomaron los alimentos que les fueron preparados en la escuela de acuerdo con la dieta dictada por los doctores del Departamento de Salubridad Pública y de la Secretaría de Educación”, refirió El Periódico de la Vida Nacional en sus páginas del 10 de junio.

Los también llamados “Nuevos hijos de México”, llegaron a Morelia el 11 de junio donde tuvieron calurosos recibimientos por parte autoridades y la población en general. Se organizó una kermés, festivales y otros actos de dispersión.

 

Pequeños bajan del barco con sus mochilas

 

Los niños de origen español tuvieron su lugar de residencia en dos antiguos inmuebles ubicados en Morelia. El conglomerado educativo se llamó Escuela Industrial España-México, en ese lugar los refugiados menores de edad recibieron alojamiento, educación y tomaban talleres de diferentes oficios para el trabajo diario. Todos los recursos fueron brindados por el gobierno de Cárdenas en conjunto con la Secretaría de Educación Pública.

Años más tarde el colegio cerró después de una severa falta de recursos por parte del gobierno, muchos niños fueron reubicados en conventos, asilos y otros ayudados por la beneficencia. La mayoría hizo su vida en México, mientras que otra parte logró regresar a España ya con un país radicalmente diferente al que habían dejado atrás.

Con el paso del tiempo fueron llamados “Los niños de Morelia”, formaron parte de esa primera expedición de exiliados españoles que abrieron la puerta a la gran oleada de refugiados provenientes de aquel país que llegaron a México desde 1939. Entre ellos, una gran generación de intelectuales recordada por su llegada a tierras mexicanas tras el triunfo del franquismo.

 

 

 

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