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Nacional

México social: medio ambiente, otra gran crisis

México es el 5° país con mayor número de especies silvestres en el mundo, pero también uno de los que enfrenta mayor tráfico ilegal de animales en peligro de extinción

Mario Luis Fuentes | 07-06-2016

CIUDAD DE MÉXICO.

Desde 1972, la Asamblea General de la ONU determinó conmemorar cada 5 de junio el Día Mundial del Medio Ambiente, con el propósito de que todas las naciones que forman parte de la organización fortalezcan y asuman acciones decididas en la materia.

En ese sentido, ante los efectos del cambio climático, y sobre todo ante la evidencia de que es la intervención humana la que está generando el mayor número de alteraciones ecosistémicas en todas las regiones del planeta, cada vez es más urgente rediseñar el estilo y modelo del desarrollo, pues ya no es sólo inviable por sus consecuencias sociales, sino que además ha comprometido la viabilidad ecológica de nuestras sociedades.

El llamado: proteger a las especies

El lema del Día Mundial del Medio Ambiente para 2016 es “Luchando contra el tráfico ilegal de vida silvestre”; de acuerdo con la información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) presentada con motivo de este tema, a nivel global el tráfico de especies silvestres genera ganancias globales anuales de alrededor de 100 mil millones de dólares.

En este contexto es importante destacar que México es depositario de 10% del total de las especies existentes en el planeta, y es el 5º país con mayor número de animales. Ocupa además el primer lugar mundial en “existencia” de reptiles, el segundo lugar mundial en mamíferos, el tercero en plantas, el cuarto lugar en anfibios y el décimo lugar en aves.

Adicionalmente, de acuerdo con el Inegi, México es también el principal importador y exportador de especies silvestres, y el principal espacio territorial en el que confluyen los principales traficantes de especies silvestres, dirigidos al “mercado norteamericano”.

Basura: un problema creciente

La adecuada recolección y disposición final de residuos sólidos sigue siendo una agenda pendiente en nuestro país. De acuerdo con los datos del Inegi, cada día se recolecta un promedio de 0.86 kilos de basura por persona, es decir, 103 millones 125 mil 830 kilogramos (kg) diarios.

Asimismo, de acuerdo con la Encuesta Intercensal 2015, levantada por el propio Instituto, únicamente 79.4% de la población en el país entrega la basura que genera a un camión recolector, 11.9% la quema y poco más de 6% la deposita en contenedores de los que luego es recolectada por camiones destinados para tal fin.

Aguas: escasas y contaminadas

De acuerdo con el propio Inegi, únicamente 78% de los municipios del país cuentan con servicios de alcantarillado (y no en todas sus calles ni localidades), mientras que sólo 33.6% cuenta con servicios de tratamiento de aguas residuales, y no en todos se tiene capacidad para tratar el 100%.

Asimismo, de acuerdo con las estadísticas de la Conagua, en 2013 se tenían identificados en todo el territorio nacional un total de 653 acuíferos, de los que se extrae alrededor de 37% del total del agua autorizada para todos los usos consuntivos, y de los cuales 106 se encontraban sobreexplotados en 2013.

Por otro lado, según la propia Conagua, hay 5 mil 25 sitios que forman parte de la Red Nacional de Monitoreo de la Calidad del Agua; de ellos, en 2013 había 260 sitios altamente contaminados, siendo las regiones de las Aguas del Valle de México y de la península de Baja California las que presentan mayores porcentajes de sitios “contaminados” o “altamente contaminados”.

Los gases de efecto invernadero

México contribuye de manera relevante a la emisión global de gases de efecto invernadero. En efecto, de acuerdo con el Reporte Mexicano sobre Cambio Climático 2015, en el año 2010 las emisiones de CO2 se incrementaron en alrededor de 30% respecto de lo que se generaba en 1990.

Frente a ello, debe señalarse también que el sector que en mayor medida contribuye a la emisión de los gases de efecto invernadero (GEI) es el “sector energía”, el cual presentó un incremento de 58% entre 1990 y 2010, con una tasa de crecimiento medio anual de 2.3%.

En este ámbito el reto es enorme, pues el compromiso asumido por nuestro país es reducir, de manera no condicionada, 25% la emisión de los GEI hacia el año 2030, meta que se percibe difícil de alcanzar de darse procesos más acelerados de crecimiento económico, así como procesos de industrialización sin criterios de sustentabilidad.

El transporte y los edificios

No debe olvidarse que dos sectores que contribuyen de manera muy relevante a la demanda de consumo de energía son el transporte y los edificios. En ese sentido, el citado Reporte Mexicano indica que el primero de estos sectores contribuyó en 2010 con 39% de las emisiones de GEI y, dado el proceso de urbanización del país, se espera que entre 2010 y 2020 la flota de automóviles en el país crezca 2.5 veces, con el consecuente impacto que esto tendrá en las emisiones, fundamentalmente de CO2.

Por otra parte, los edificios concentran alrededor de 19% de la demanda energética del país, indicador del cual 16% corresponde a edificios residenciales y 3% a edificios comerciales e industriales. Se espera que para el año 2030 haya 50 millones de viviendas, por lo que es urgente transitar hacia esquemas de consumo mucho más eficientes y hacia la construcción de nuevas fuentes de energía verde.

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