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“La buena muerte es un derecho”; eutanasia en el mundo

El caso del bebé británico Alfie Evans, al que el Estado quiere dejar morir, reavivó el debate acerca del buen morir en países que aún no aceptan esta práctica

Martha Elena Blanco | 28-04-2018

CIUDAD DE MÉXICO.

Esta semana la controversia sobre la vida del bebé británico Alfie Evans dio un giro, pues sus padres aceptaron trabajar con el hospital para que el pequeño viva sus últimos días de la mejor manera. Sin embargo, el debate acerca del buen morir se ha reavivado en países que aún no aceptan la eutanasia activa como una forma de tener una muerte digna.

En Reino Unido este caso se llevó a la Corte, en un país donde la eutanasia y el suicidio asistido son ilegales y se castigan con 14 años de cárcel en la Carta de Suicidio de 1961, aunque está permitido  retener o retirar el tratamiento a un enfermo en etapa terminal.

En el caso de Evans y el de Charlie Gard–un bebé de 11 meses que fue desconectado en julio de 2017 luego de que le diagnosticaran síndrome de disminución mitocondrial y ocurriera un pleito legal similar con sus padres–los procedimientos para quitarle los medicamentos se hicieron bajo un marco de buenas prácticas difundido por el Colegio Real de Pediatras y
Salud Infantil. Para los adultos, la ley que se aplica se rige por el Acta de Capacidad Mental, desarrollada en 2005.

Pero hay un caso, también británico, que vuelve a poner a las autoridades en el debate sobre si aceptar o no la eutanasia activa: el de Noel Conway, un paciente al que le fue diagnosticado esclerosis amiotrófica lateral en 2016.

Este hombre ha puesto en tela de juicio la Carta de Suicidio y en enero de 2017 pidió a un Tribunal de Apelaciones que le permitiera practicar un suicidio asistido. Su argumento es que el dolor será insoportable y la dificultad para respirar será cada vez mayor sin tener una idea clara de cuánto durará este sufrimiento.

A través de la página de Dignity in Dying, asociación que apoya su caso, Conway ha expresado su deseo de morir de una manera digna: “Creo firmemente que debemos de tener el control de nuestras vidas y, especialmente, los medios y la forma de nuestra muerte”, dice a través de un video. La Corte de Apelaciones de Londres discutirá este caso el 1 de mayo.

UN PASO ADELANTE

Europa cuenta con algunas de las legislaciones más avanzadas en cuanto a eutanasia pasiva, pues casi la mayoría del continente lo acepta, y son pocos los países que aceptan la eutanasia activa o el suicidio asistido.

Francia aceptó la eutanasia pasiva en 2005 y diez años después aceptó que los doctores pudieran utilizar medicamentos que anestesiaran a los enfermos terminales hasta que ellos murieran, en un paso más hacia la aceptación de la muerte digna. Asimismo, Alemania aceptó retirar los tratamientos que mantengan con vida al paciente en 17 de mayo de 2014.

Pero hay países que han ido más allá.

Bélgica legalizó el bien morir con el Acta Belga para la Eutanasia el 28 de mayo de 2002 y donde define este vocablo como el término intencional de la vida por otra persona que no sea la interesada, a petición de ésta última. En este documento se estandarizan los procedimientos a seguir para realizar esta práctica.

Gracias a este documento, la atleta paraolímpica, Marieke Vervoort, plata y bronce en los Juegos Olímpicos de Río 2016 en carrera en silla de ruedas y quien padece una enfermedad degenerativa que afecta sus piernas, firmó su voluntad de ser sometida a la eutanasia desde 2008. Aunque durante estas competencias se rumoreó que lo haría después de su participación, ella lo negó y, a la fecha, continúa luchando contra su enfermedad, según su más reciente publicación de Facebook que data del jueves 26 de abril.

También Holanda tiene su Acta de término de vida por petición y suicidio asistido (procedimientos de revisión) que entró en vigor desde el 1 de abril de 2002.

EL TURISMO SUICIDA

Suiza es uno de los países más revolucionarios en este aspecto, pues su Código Criminal, que data de 1937, permite (por omisión) el suicidio asistido, cuyo artículo 115 castiga con cinco años de prisión y una sanción monetaria a “toda persona que por motivos egoístas incite o asista a otra persona a cometer o a tratar de suicidarse”.

Esta situación ha permitido que algunas ONG se establezcan en este país para ofrecer servicios para el bien morir. Una de las más populares es Dignitas, establecida en Zurich.

Esta institución ofrece una explicación acerca de la enfermedad y advertencias acerca de los procedimientos de suicidio antes de llevar a cabo la práctica y, además, ofrecen tratamientos paliativos para quienes prefieran esperar el momento de la muerte, pero sin sufrimiento.

Este marco legal y la oferta de opciones han dado paso a un fenómeno contemporáneo conocido como turismo suicida, pues muchos enfermos terminales que viven cerca, como los alemanes, acuden a estos recintos a pasar sus últimos días.

Lo mismo ha pasado en Estados Unidos, ya que la eutanasia es ilegal en casi todos los estados a excepción de Washington DC, California,Colorado, Oregón, Vermont, Hawái y Washington.

Uno de los casos más sonados fue el de Brittany Maynard y su esposo, quienes se mudaron de California a Oregon para que ella, quien tenía cáncer cerebral en etapa 4, pudiera morir con una dosis de barbitúricos, bajo la ley de Oregón, que permite estas prácticas desde 1994.

LEGISLACIÓN EN MÉXICO

México ha tenido un buen avance en cuanto a la legislación acerca del buen morir. El diputado local de Nuevo León, Gabriel Tláloc Cantú, dijo a Excélsior que en México se están haciendo progresos en el aspecto de tener una muerte digna. Por ejemplo: la ley de la Voluntad anticipada que existe en la Ciudad de México.

También, que desde 2009 se haya incluido el derecho a recibir cuidados paliativos en las instituciones de salud y en el hogar en la Ley General de Salud nacional, que han permitido que estados como Aguascalientes, Chihuahua, Colima, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Nayarit y San Luis Potosí desarrollaran servicios que incluyen el tratamiento de síntomas, atención espiritual, apoyo sicológico al enfermo y a los familiares para que entiendan la enfermedad, entre otros.

Sin embargo, para el diputado, quien propuso una iniciativa para incluir el término “derecho a una muerte digna” en la Constitución del Estado, todavía falta mucho camino por recorrer. “La ley de la Voluntad Anticipada es un primer paso para que sigamos el camino que ya hay en Europa”, señaló.

Todavía falta que la comunidad en México comulgue con el libre pensamiento y la libre voluntad. Tenemos muy arraigado el asistencialismo y, particularmente, que otros tomen decisiones por uno”, destacó el político.

PUNTOS DE VISTA ENCONTRADOS

Legalizar la muerte asistida ha sido uno de los debates más polémicos del mundo actual. De acuerdo con el artículo Eutanasia y suicidio médicamente asistido ¿Cuál es el problema?,  la doctora Asunción Álvarez del Río dijo que el contexto cultural influye al momento de establecer leyes que permitan que un médico ayude a un paciente a morir.

El diputado Cantú se ha enfrentado a esta controversia al presentar su iniciativa, pues comentó que ha tenido resistencia por parte de la bancada conservadora del Congreso de Nuevo León. Aunque, en su postura insiste que “La buena muerte es un derecho, así como la buena vida (...) lo único que tenemos seguro es la muerte y (es tú derecho) saber cómo la escoges, si es que tienes oportunidad de hacerlo”.

Aunque es complicado entender este punto de vista hasta que uno no vive un caso similar. “Cuando estás sano, y lo veo cuando entro en debate, no piensas en las circunstancias”, dijo Cantú, pero su iniciativa fue impulsada por dos experiencias cercanas.

Por el contrario, desde 1980 en el documento Iura Et Bona, el Vaticano se pronunció abiertamente en contra de la eutanasia argumentando que la praxis hace perder la conciencia de los enfermos. Aunque, en el mismo escrito se pronunció a favor de los paliativos. Esta postura se va sosteniendo en la carta Evangelium Vitae, que Juan Pablo II escribió en 1995 y en las más recientes declaraciones del papa Francisco acerca del caso del bebé británico Alfie Evans.

Para Cantú hay una clave de entendimiento: “La clave para entender el punto de vista es que es una opción y un acto personalísimo”, enfatizó, indicando que si uno es católico y quiere respetar la visión de la Iglesia, puede hacerlo sin quitarle el derecho a alguien más de tomar una decisión distinta. Aunque, ésta debe ser tomada después de tener una clara explicación acerca de la enfermedad que se padece. “En la Constitución se respetan todas las opiniones”, sentenció.

                — Con información de Nancy Escutia

 

 

LOS CONCEPTOS CLAVE

Eutanasia activa. El médico induce la muerte a un paciente en fase terminal que tenga un sufrimiento intolerable, con un consentimiento previo.

Eutanasia pasiva. Consiste en abandonar el tratamiento iniciado evitando intervenir en el proceso que lleva a la muerte.

Suicidio asistido.  Consiste en que el médico proporcione los medios necesarios para que el paciente termine con su vida, en respuesta a una solicitud previa.

Cuidados paliativos.  Es el cuidado de aquellos enfermos que no responden a tratamiento curativo. Se proporciona medicamento para aliviar el dolor, así como atención en aspectos sicológicos, sociales y espirituales.

Voluntad anticipada. Es el instrumento, a través del cual, una persona competente pone por escrito su voluntad sobre los tratamientos que querría o no recibir, en caso de llegar a encontrarse en una situación en la que no pueda expresar por sí mismo su voluntad.

 

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