Boom por la vida simple; Hygge, el secreto de la felicidad danesa

El hygge es parte del Danmarkskanon, el canon de valores con el que Dinamarca define su ADN cultural

Por: DPA

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COPENHAGUE.

Nació en Dinamarca, pero actualmente es la última moda en bienestar. El hygge conquista el mundo con su receta para disfrutar de los placeres sencillos de la vida y ha desatado una fiebre en Reino Unido y Estados Unidos. Crear espacios acogedores y compartir tiempo con los seres queridos son las claves que en los días fríos resulta aún más atractivo.

“La península escandinava tiene fama de ser una de las regiones más felices del mundo”, afirma Jeppe Trolle Linnet, experto en hygge. Ha logrado vender el concepto como uno de los ingredientes de la felicidad escandinava.

Algunos títulos en español que pueden encontrarse en librerías son: Hygge: La felicidad en las pequeñas cosas (Timun Mas). La receta de la felicidad (Grijalbo) o El arte de disfrutar de las cosas sencillas (Planeta).

Pero, ¿en qué consiste realmente esta tendencia? Hygge significa algo diferente para cada persona. Puede ser una salida en bicicleta un día de primavera o tomarse un café, beber un trago de agua un día de calor sofocante o pasar un domingo de invierno tumbado en el sofá con un buen libro. Según lo define un danés, hygge es cualquier momento en el que uno se relaja al máximo.

A finales de 2016, el hygge entró a formar parte del Danmarkskanon, el canon de valores con el que Dinamarca define su ADN cultural. “El hygge es la expresión de las alegrías sencillas de vivir”, reza el texto.

Desde hace décadas, el Estado de bienestar danés ofrece muchas oportunidades de hygge. Por ello, la pareja, los hijos y la socialización cobran gran importancia y es tomado en cuenta por los empresarios. “El secreto está en concentrarse en las cosas irrenunciables de la vida en lugar de sólo en la carrera”, afirma Trolle Linnet. Eso “siempre fue un símbolo del Estado de bienestar danés”.

“Que los daneses siempre figuren en los puestos más altos de las estadísticas de felicidad tiene que ver  con que muchos de ellos se sienten satisfechos con lo que tienen. Las necesidades básicas están cubiertas y entre los ciudadanos domina la sensación de confianza y justicia”, señala.

En tiempos de inseguridad económica y conflictos políticos, el hygge resulta atractivo. “Se puede llevar intrínsecamente una huida de la realidad”. Es decir: el mundo es frío y malvado, pero nosotros estamos en casa protegidos y tomando chocolate.

El experto deja en claro: “El problema con el hygge es que puede ser excluyente. Hace años que los partidos con una estricta política de inmigración triunfan en las elecciones. Estos populistas afirman que para que el Estado de bienestar sobreviva hay que reforzar las fronteras.

Pese a esas pequeñas sombras, el hygge resulta comprensible. “Los daneses lo conocen desde hace años”, afirma Jeppe Trolle Linnet.

Que este pueblo sea “campeón” del hygge se debe, además, a factores como el frío que invita a pasar “tiempo juntos en casa”.