Maluma Papi Juancho, el mexicano

¿Quién lo diría? De anunciar hace muchos años una fragancia de catálogo a pararse en medio de 20 mil personas para escuchar cómo le cantan Hawái en el Palacio de los Deportes. La historia de Maluma con México está muy bien plasmada en esta pequeña comparación.

Parce, ese culito te lo extrañaron todas las niñas que pusiste de pie para cantar Madrid y perrear Corazón; ni se diga los queridos amigos de la comunidad LGBTQ+, ¡deseaban que te quitaras la capa. 45 minutos de retraso y les pagaste con lo que deseaban.

Primero se quitó las gafas de sol, después escurrió en sudor y aprovechó para desprenderse de la chaqueta. Papi Juancho les iba a dar lo que querían, les iba a cumplir cualquier tipo de fantasía.

Aquí siempre va a ser mi segunda casa”, gritó. 11 PM, como la apertura, dejó que corriera en las voces de sus Maluma babies. Un concierto donde él también quiso ser su propio espectador.

¿Saben quiénes fueron la envidia de todas las seguidoras? Las seis bailarinas, sensuales, cuyos muslos fueron tocados por la mano del colombiano. La reacción al atrevimiento estuvo en los gritos de envidia de la buena.

Para HP el cafetalero ya estaba drenado, más no cansado. Se acercó todo lo que pudo a su gente, en especial a señalar los letreros con propuestas de matrimonio durante HP y Amigos con derechos, cuya ausencia notable fue la de Reik, sus colaboradores en esta última.

Las sillas de la pista sobraron. Como la tarima fue una cruz, la vista 360º era buenísima y la actitud de Juancho ni se diga. Quizá sin las sillas todo el sitio habría ardido mucho más de la cuenta. Sí se podía persignar el piso, claro, pero qué estorbo fuero todos esos respaldos.

Si Maluma disfruta, añora y extrañaba tantos traseros y viceversa, para qué limitar el perreo. Aun así se hizo lo que pudo. Apenas empezaba la invasión de pasillos, los de seguridad empezaban de aguafiestas. Y justo cuando lo pedía la rola Mojando asientos.

Una noche antes realizó una fiesta de lanzamiento para su nuevo disco The Love & Sex Tape en el V Motel Boutique del Estado de México, y si le entró duro a la fiesta ni se notó. Mínimo una rola tuvo de respiro, para cambiarse y alistar el segundo acto del tour. Mejor cardio para sacar la resaca no pudo tener.

Volvió bastante romántico el parce. Recargado sobre un piano blanco con la mano en la barbilla; descalzo. Listo para volver a agradecer el apoyo incondicional de un país que consume su música en cualquier sitio.

En los casos de Papi Juancho no hay espacio para energía negativa, sólo respiramos amor y felicidad. Yo me siento mexicano. Toda la gente de mi tierra lo sabe, soy colombiano, pero aquí me siento en mi casa. Por eso me quité los zapatos”, lindo discurso para introducir Eres el amor de mi vida.

Cursi momento. Ideal para esa lluvia de pétalos de papel rojos, llorar un poco y reflexionar. Después, la desfachatez volvió. Borro Cassette le regaló a dos morras abrazos, besos y apapachos de Maluma. Se dejó querer. Lástima de la chica que no llevó su celular para presumir el momento. Ojalá le pasen la foto del recuerdo o se va arrepentir de no llevarlo.

Felices los cuatro se dejó caer, la antesala para su propia interpretación de El rey, dedicada a su gran ídolo Vicente Fernández, la única cuenta pendiente que tendrá el resto de su carrera. Un trago de mezcal y otro de chela para cantar Sobrio.

La primera fecha del Papi Juancho Tour en CDMX, hoy es la segunda, concluyó con Chantaje, 4 babys y Hawái por segunda vez en la noche.

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