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Función

Héctor Bonilla, actor, hombre amoroso y ejemplo de vida

Con más de 60 años en la actuación, el histrión falleció ayer rodeado de su círculo más íntimo

Azul del Olmo | 26-11-2022
Héctor Bonilla
Famosos y el presidente de México lamentaron la partida del primer actor. Foto: Archivo Excélsior


 

Espléndido actor y productor de teatro, cine y televisión, persona íntegra, aficionado de los Pumas de la UNAM, padre y abuelo amoroso, son sólo algunas de las definiciones con las que el actor Héctor Bonilla será recordado en la memoria colectiva. Ayer, después de cuatro años de luchar contra el cáncer de riñón, el actor falleció a los 83 años.

Por medio de la presente informamos que hoy, 25 de noviembre de 2022, después de cuatro años de lucha contra el cáncer, murió nuestro amado esposo, padre, abuelo, compañero y ejemplo de vida: Héctor Bonilla. Murió en su casa, en paz, sin dolor y rodeado por su círculo más íntimo, que lo acompañó hasta el final”, se informó en un comunicado.

La firmeza que caracterizaba a Bonilla en sus interpretaciones también formaba parte de su vida y su personalidad, por lo que fue él mismo el que escribió su propio epitafio, hace casi 20 años, que la familia compartió junto con el comunicado de su muerte.

Se acabó la función. No estén chingando. El que me vio, me vio. No queda nada”, fueron las palabras que el actor dejó encargadas para publicación a sus familiares, y que se pueden oír, en palabras del mismo actor, en un video en YouTube.

La Secretaría de Cultura también dio réplica a la noticia del deceso del actor que participó en más de 140 puestas en escena.

 

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La secretaría de Cultura lamenta profundamente el fallecimiento del actor Héctor Bonilla, egresado de la escuela de Arte Teatral del INBAL y considerado uno de los mejores actores de México. Se desarrolló en teatro, televisión y cine, donde participó en filmes como Rojo amanecer”, explica el mensaje de la dependencia gubernamental.

Bonilla pasó más de 60 años en lo que se convirtió en su máxima pasión: la actuación, y a pesar de su diagnóstico y las dificultades de tratamiento, el actor se rehusó a dejar de trabajar y decidió cumplir con sus compromisos, asegurando en una entrevista a TVyNovelas que dio en abril de este año que se encontraba viviendo “horas extras”.

El 14 de marzo cumplí 83 años, así que se puede decir que estoy viviendo horas extras, y las he vivido muy contento. Si puedo vivir 10 años más, sería una propinota que me dará la vida, pero no estoy angustiado ni estoy azotado; simplemente quiero seguir trabajando en lo que hago: escribir, dirigir, actuar y cumplir mi ciclo. Con eso estoy más que satisfecho”, señaló el actor hace siete meses, y así lo hizo.

Hace un año, en noviembre de 2021, los premios Metropolitanos de Teatro le dieron el reconocimiento por su trayectoria de más de seis décadas dentro de las artes escénicas. En aquel momento el actor no pudo asistir a recibir el reconocimiento, pero fue su familia y él mandó un mensaje en video en el que no olvidaba sus orígenes en la actuación.

 

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Actuar en inglés se dice ‘to play’ y para mí esta profesión ha sido sacar a mi niño interior a retozar, claro, con esfuerzo, disciplina y rigor, y con el placer de tenerlo como brújula. El teatro siempre ha sido mi hogar, mi origen y mi destino. ¡Que viva el teatro mexicano!”, expresó en su mensaje a distancia.

En 2019 Héctor Bonilla fue declarado Patrimonio Cultural Vivo por la llamada Capital Cultural de América, la Ciudad de México. El actor, productor, dramaturgo, compositor y diputado constituyente, recibió tal título en una ceremonia en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, en el Centro Histórico. Ese mismo año Bonilla recibió otro homenaje por su trayectoria por parte del INBAL por su aportación a las artes y su trayectoria en el Teatro del Bosque Julio Castillo, donde leyó lo que sería su epitafio.

Si bien Bonilla participó en más de 35 producciones para televisión, fue en el cine y con temas sociales donde su capacidad histriónica explotaba de manera irreversible. Rojo amanecer del cineasta Jorge Fons, lo colocó en la historia del cine mexicano, cuando una película, por primera vez, se atrevía a retratar lo que había sido la masacre de estudiantes la tarde del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.

Con seis décadas en los escenarios, el actor tuvo la oportunidad de compartir escena con personajes como Anthony Quinn, Dolores del Río y Katy Jurado en la cinta estadunidense-mexicana Los hijos de Sánchez; con Delia Casanova, Gabriel Retes y Pepe Alonso en El bulto; con Ofelia Medina y Sergio Jiménez en la cinta El cambio de Alfredo Joskowicz, y más recientemente hizo pareja con Angélica María y compartió escena con Benny Ibarra y Renata Notni en Una Navidad no tan padre.

El llamado de las artes y su amor por la actuación lo descubrió cuando era un chiquillo de secundaria, cuando su maestra de literatura lo invitó a subir a un escenario y fue entonces que se dio cuenta de que podía mantener la atención del público, pero sobre todo, de hacerlo reír.

 

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En aquellos años, finales de la década de los 50 y principio de los 60, una de las máximas de la juventud era poder estudiar y, en ese sentido, Bonilla se tomó muy en serio lo de convertirse en un actor, no sólo de oficio, sino también de escuela, así que tomó las riendas de su vida y el primer paso lo dio en la preparatoria cuando decidió unirse al Teatro Universitario.

Pero fue hasta que ingresó a la Universidad, desafiando las tradiciones familiares de un padre médico y una madre pedagoga, cuando ingresó al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

Para 1962 Bonilla, de 23 años, debutaba en el cine en la película Jóvenes y bellas, a lado de Fernando Luján, Roberto Cobo, Begoña Palacios y María Duval; cinco años más tarde entraba al mundo de la televisión de la mano de Lucy Gallardo, Rita Macedo y Beatriz Baz en la telenovela La casa de las fieras.

Su trabajo actoral no sólo se limitaba a su presencia física en escena o en la pantalla, su voz se convirtió en uno de los instrumentos más preciados que Bonilla poseía, y fue ésta la que le permitió introducirse en el mundo de la narración y el doblaje.

En 1979 Promexa Editores de México sacó al mercado la segunda serie de la colección semanal en LP de Los Grandes Maestros de la Música Clásica donde Bonilla hizo la narración del Lado A a la obra de Pedro y el Lobo, Op. 67 de Sergio Prokófiev con la orquesta sinfónica Pro Música de Viena, dirigida por Hans Swarowsky. Así como en el Lado B del disco narra El carnaval de los animales, gran fantasía zoológica de Camille Saint Saëns, con Maryléne y Annie Petit al piano y la Orquesta de cámara de Wurtenberg Heilbronn dirigida por Jörn Faerber.

En 2007 su voz le da identidad y personalidad a Django, el padre de Remy, en la cinta de animación de Pixar Ratatoullie. En 2016 prestó su voz al oso Baloo en la cinta El libro de la selva; al siguiente año, el actor prestó su voz al Tío Óscar y al Tío Felipe en la cinta Coco y en 2018 dio vida al personaje del Dr. Méndez en la película Ana y Bruno.

En su legado teatral figuran obras como: ¡Vivan los muertos!, El vestidor, Barnum, Madame Butterfly, El diluvio que viene, Golden Boy, Electra, Sugar, Little Malcolm y Almacenados —obra dirigida por su hijo Fernando Bonilla y donde el actor alternaba también con su otro hijo Sergio—, sólo por mencionar algunos títulos.

Con información de Nancy Méndez

 

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