Relato de un asesino

El actor Luis Fernando Peña protagoniza la obra Alejandro, que narra la historia de un hombre que mató a su familia en 1992, y que se presenta en el Foro Teatral Bellescene

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CIUDAD DE MÉXICO.

Luis Fernando Peña no será el galán de telenovela debido a los estereotipos que marca la televisión, pero tiene claro quién es y cuáles son sus ca­pacidades como actor, crea­dor de personajes y relator de historias.

Peña es uno de los acto­res jóvenes más talentosos de nuestro país, capaz de pro­yectar sus emociones al es­pectador, ya sea a través del cine, la televisión y el teatro. Es propositivo y también pro­duce las historias que le inte­resa comunicar.

Una de ellas es la obra de teatro Alejandro, un monó­logo en el que alterna funcio­nes con David Ponce, y que se presenta los martes en el Foro Teatral Bellescene en una se­gunda temporada que inicia el sábado 7 de octubre y hasta el 11 de noviembre.

En la obra, Peña interpre­ta a Alejandro Cota Quiroz, quien asesinó al resto de su familia -su madre y sus tres hermanos- el 14 de febrero de 1992.

“Los proyectos son los que lo eligen a uno. El director de la obra, Juan Martín Vargas, me lo presentó hace dos años y me­dio. Sentí la necesi­dad de hacerlo en cine, pero había que irnos des­pacio. Nació la oportunidad de meterlo en el concepto de Microteatro y se presentó en este formato hace dos años, pero fuimos investigando más acerca de Alejandro Cota Qui­roz y el proyecto creció.

“Sabemos que la obra es estremecedora, brutal, y al mismo tiempo estamos or­gullosos de contar una histo­ria así. Es importante contarla para darnos cuenta de cómo se ha deteriorado la socie­dad tras deteriorar a nuestros propios hijos. Alejandro, sin justificarlo, tuvo un trastorno sicológico al grado de conver­tirse en un sociópata y asesi­nar a su familia, pero hay un punto de identificación con él en algún momento de la obra porque todos hemos o nos han ‘buleado’”, expresó Luis Fernando Peña a Excélsior.

Durante las investigacio­nes de los hechos r -pues el asesino real aún cumple su condena en el Reclusorio Oriente, en Iztapalapa- Peña se sorprendió de la manera en la que Alejandro cambió tres veces la declaración de lo sucedido.

“Eso entorpeció la inves­tigación judicial. Lo que me fascinó como actor fue crear esa sicología retorcida. Como actores creamos una empatía del espec­tador hacia nosotros y que al final se pre­gunte a qué tipo de monstruo le propinó incluso lástima.

“Conocer a un personaje como Ale­jandro nos deja mu­chas sensaciones, porque revive cómo fue y eso deja una carga si­cológica pesada. Además, el escenario del Foro Teatral Be­llescene te exige, porque eres observado en 360 grados”, señaló el actor, pionero y ca­beza de Rorros Producciones, realizadora de la obra, que actualmente está dedicada a hacer teatro.

El actor detalló que el es­pectador no verá violencia en esta puesta en escena, sino la historia de este hombre que sintió el rechazo de su familia.

“Cuestiona qué estamos haciendo como so­ciedad con nuestros niños y qué tanto lle­gamos a trastor­nar y deshacerle la vida a un ser humano”, destacó.

ALEJADO DE LA TRAICIÓN

A la par, Peña forma parte del elenco de la telenovela Caer en tentación -que se transmi­te de lunes a viernes por Las Estrellas a las 21:30 horas-, protagonizada por Silvia Na­varro, Gabriel Soto, Adriana Louvier y Carlos Ferro, pro­ducida por Giselle González.

“Es una historia de ten­taciones y qué tanta fortale­za debe tener un matrimonio para no caer en tentación. Es de amor y traición.

“Yo interpreto a Agustín, un obrero, empleado del per­sonaje de Ferro, quienes son muy amigos. Se verá el pre­cio que tendrá que pagar por callar o hablar cuando se da cuenta de las traiciones en esa familia”, dijo.

Luis Fernando retomó que los estereotipos existen en la televisión mexicana, pero no se siente encasillado en nin­guno de ellos.

“En este caso me toca ha­cer a un albañil que no tiene nada de malo, al contrario, pues conozco a muchos que son personas super humanas, aunque muchos piensan que son ‘ñeros’ y majaderos, pero realmente son chavos me­nores a los 20 años que van a trabajar y partir­se el lomo. Tienen una gran historia detrás. Así que el poder contar his­torias del pue­blo, de donde soy, me encanta. No me molesta para nada.

“En la televi­sión sé que así es. No puedo protagonizar una telenovela porque mido 1.65 metros y mis compañeros protagonistas miden más. Sin embargo, tengo muy presen­te quién soy, dónde estoy pa­rado en este momento de mi carrera y sé que soy actor en todos los sentidos. Mi carrera no se basa en un solo perso­naje estereotipado, tengo la oportunidad de crear y pro­ducir historias donde puedo jugar en historias para inter­pretar cualquier personaje”, concluyó.

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