Los Bonilla, creativos y teatrales en 'Almacenados'

CIUDAD DE MÉXICO, 12 de mayo.- Compromiso. Esa es la connotación que le atribuye el actor Héctor Bonilla a su apellido. Sus hijos comparten la idea y el orgullo por el significado que dio su padre a tal apelativo, y lo desarrollan más allá de un simple concepto a través de la obra Almacenados, escrita por David Desola, que se presenta en el Foro Shakespeare.

Fue en este escenario, en 2012, cuando la puesta en escena debutó con el respaldo de la compañía Puño de Tierra, integrada por los Bonilla, una familia de actores y creativos mexicanos.

Fernando, el hijo menor, pero el más alto en estatura —1.98 metros— dirige a su padre, Héctor, y a su hermano, Sergio, en esta obra que hace una reflexión acerca del trabajo, las horas muertas, la rutina, el sueldo que no alcanza y el poco cuestionamiento acerca de su labor, prácticamente nula, de dos trabajadores en un almacén: uno a punto de jubilarse y otro joven, novato, quienes enmarcan su vida en el registro de un reloj checador.

“Es una afortunadísima metáfora de David Desola con dos personajes en un almacén de mástiles para barco donde el viejo, que represento, se va a jubilar y un joven viene a sustituirlo. En el cartel de la obra, Gabriel Zapata hizo un afiche juntado la cara de Sergio y la mía por el inmenso parecido que tenemos. Fue muy afortunado porque son dos partes de un mismo personaje: un joven quien va a transformar al mundo y un viejo que se asimiló al sistema, dobló las rodillas y se quedó ahí. Él ha cumplido con su deber 29 años, nunca llegó tarde, nunca faltó. Sin embargo, el joven llega a este almacén y se da cuenta de que está vacío. Se trata de un lavadero de dinero.

“Es una pedrada para toda la sociedad, cómo cumplimos con nuestro deber y nos prestamos a los peores intereses. Es este cuestionamiento que tiene la juventud de los que se han plegado al sistema. La propuesta de Fernando es la interrogante: de aquí para adelante ¿este joven le va a atorar o va a denunciar? En un mundo en el que no sólo los ninis no tienen empleo, tampoco los genios; en el que el empleo se vuelve botón y hay una gran cantidad de jóvenes que no tienen trabajo. Por eso tiene que organizarse la sociedad civil para retomar el gobierno real del mundo. De ese tamaño de ambición es la propuesta de Desola”, explicó Héctor Bonilla a Excélsior TV.

Comparten profesión

El actor de 75 años señaló la fortuna de compartir este trabajo con sus hijos, quienes siguieron su profesión y escuela más allá de la tradición histórica de sus familiares.

“El apellido es una consonancia equis. Lo que se trata de hacer, ya que nos tocó, es darle una caracterización. Nunca les inculqué o les impuse a mis hijos abrazar esta profesión, pero había muchas condiciones para que se diera. Ambos vienen de diferentes madres. En el caso de Sergio, hijo de Socorro Bonilla, está su tío Gonzalo Martínez, Mario Iván Martínez, su primo Mario Iván, Roberto Sosa, Evangelina Sosa, en fin, hay una serie de cosas que pesan.

“Del lado de Fernando, su bisabuela fue gloria nacional de Colombia, filmó con Cantinflas y Pedro Infante, Sofía Álvarez. Su madre, también llamada Sofía Álvarez, empezó a doblar a los cuatro años y es la mejor cuentacuentos de este país. Por ello, hoy por hoy queremos que la marca Bonilla signifique compromiso”, enfatizó.

Sus hijos coincidieron. Para Fernando, de 28 años, el que una familia continúe con la labor de sus antecesores es común. Los Bonilla son no sólo familia, sino un equipo de creativos, actores, profesionales propositivos que buscan hablar de la esencia humana, que cuestionan y señalan con su labor lo que sucede en su entorno.

“Es una profesión que ha atribuido alegrías y se ha desempeñado con solvencia. Éramos tan cercanos a ella que había de dos: repelerla o abrazarla. Los tres somos personas muy distintas, con objetivos diferentes y muchas veces no estamos de acuerdo en qué tipo de trabajo abordar y cómo hacerlo. En este caso celebramos la coincidencia de los tres en Almacenados”, relató Fernando.

En 2006 inició el proyecto

“Este proyecto llegó a nuestras manos en 2006, lo actuábamos los tres y por distintas circunstancias tuvo una vida limitada. Se quedó almacenado. Pasaron los años y tuve la oportunidad de establecer una muy buena relación con el autor español David Desola y surgió la idea de revivir Almacenados. Ha sido un proceso gosozo y ha sido una obra muy generosa, pues cuestiona ¿trabajar para qué, cuál es el sentido de la vida y del trabajo? Lo duro es que este hombre, con la entrada de este empleado joven, se da cuenta de que ha desperdiciado su vida y trabajado arduamente para un objetivo que no tiene claro”, añadió.

Sergio Bonilla, de 39 años, quien tiene un gran parecido físico y de carácter con su padre, expresó que está orgulloso de llevar tal apellido, pues ve con esos ojos a su padre.

“Es un placer compartir con mi hermano y mi padre el escenario. Tenemos la fortuna de que es un gran texto que dispara para muchos lados y le gusta mucho a la gente. Es una obra muy divertida con toques universales, tanto sociales como de edades y circunstancias. Ha sido un muy grato encuentro entre los tres y me parece una afortunada alineación el que mi hermano esté dirigiendo y que mi padre y yo estemos en escena. Lo disfrutamos mucho los tres.

“Apellidarse Bonilla tiene sus pros y contras, pero procuro que eso no me signifique mucho. Me concentro en hacer lo que a mí me gusta. Tengo orgullo por mi padre y procuro que de eso se trate nada más. Cualquier cosa que emprendemos, procuramos que diga en dónde estamos parados. Eso es algo que hemos aprendido de mi padre”, concluyó Sergio.