Así fue el Festival Internacional Experimental en Querétaro: pasión y creatividad
El Festival se vivió como una explosión de creatividad que inundó las calles y plazas de la ciudad con una energía única, desde el primer momento
Cuando las luces del centro Querétaro se encendieron el pasado fin de semana, se abrió un portal a un mundo donde la creatividad y la cultura se entrelazan en una danza sin fin. El Festival Internacional Querétaro Experimental, en su tercera edición, culminó con un cierre espectacular que dejó a más de uno con el corazón palpitante y los sentidos rebosando de arte. Desde las primeras notas musicales hasta los últimos acordes del gran cierre, el festival fue una celebración de la diversidad artística que ha hecho de Querétaro un epicentro cultural.
El Festival se vivió como una explosión de creatividad que inundó las calles y plazas de la ciudad con una energía única. Desde el primer momento, la ciudad se transformó en un escenario vibrante donde el arte y la cultura se entrelazaron para ofrecer espectáculos que desafiaron la imaginación.
El evento final, una muestra de teatro aéreo y gran formato, fue un despliegue impresionante de talento local. “Tamayo, el infinito cotidiano” conquistó al público con su homenaje visual y sonoro al célebre pintor, transportándonos a través de su vida y obra con proyecciones que llenaron el cielo nocturno de colores vibrantes. Los artistas volaron literalmente por encima del escenario, mezclando música original y coreografías de ensueño que llevaron a los espectadores a un viaje sensorial inolvidable. Este espectáculo, creado completamente por artistas queretanos, dejó claro que el estado cuenta con una creatividad y capacidad de producción que rivaliza con cualquier otro lugar del mundo.
El ambiente estuvo cargado de asombro y emoción. Los asistentes fueron transportados a un mundo de fantasía donde figuras gigantes iluminadas emergían en medio de la oscuridad, generando un contraste espectacular que capturaba la atención de todos. La interacción entre el público y las expresiones artísticas fue constante, creando un sentimiento de comunidad y participación activa.
Un festival para todos los sentidos
A lo largo de sus tres años, el festival ha reunido a 450 mil asistentes y generado una derrama económica de 534 millones de pesos, transformando a Querétaro en un hervidero de cultura. Con un total de 145 presentaciones musicales, 54 de danza, 56 de teatro, y 10 de teatro aéreo o de gran formato, el festival ofreció una programación tan diversa como ambiciosa. Pero no solo los números impresionan; lo más memorable fueron las experiencias que llenaron cada rincón de la ciudad.
La danza aérea llevó la experiencia a otro nivel, con coreografías que desafiaron las leyes de la gravedad y llenaron el cielo nocturno de movimiento y color. Los artistas parecían flotar en el aire, envolviendo a la audiencia en una atmósfera de ensueño, donde lo imposible se volvía realidad. La majestuosidad de la arquitectura colonial iluminada proporcionó un fondo imponente, que contrastó con la modernidad y la audacia de las performances.
Entre los espectáculos más destacados, “Fortunato del Diablo y la Muerte” se mostró como un lamento profundo que dejó a los asistentes reflexionando sobre la vida, la muerte y el destino. Esta obra de la Compañía Folklórica de la Universidad Autónoma de Querétaro narró la historia de un músico huapanguero enfrentando el dolor de perder a su abuelo, envuelto en la atmósfera mágica del folclore mexicano.
En otro rincón de la ciudad, un payaso con una maleta en mano en “Parrot Contestatario” recordó a la audiencia la importancia de reír, cuestionar y soñar en tiempos difíciles. Esta obra, cargada de nostalgia y esperanza, arrancó sonrisas y lágrimas, demostrando que el teatro puede ser un bálsamo para el alma en medio de la adversidad.
El folclore mexicano también tuvo un lugar destacado, fusionando lo tradicional con lo contemporáneo en presentaciones que celebraron la rica herencia cultural del país. Los trajes coloridos, la música vibrante y los movimientos llenos de gracia evocaron emociones profundas, conectando al público con sus raíces de una manera novedosa y emocionante.
La música como corazón del festival
No se puede hablar del Querétaro Experimental sin destacar la música que pulsó en su corazón. Desde las propuestas locales como “Demondeath” que electrizaron al público con su thrash metal, hasta la banda mexicana “Descartes a Kant” que fusionó estilos y performances, el festival fue un viaje sonoro para todos los gustos.
El cierre musical estuvo a cargo de “Hercules and Love Affair”, quienes con su vibrante mezcla de house, disco y techno, convirtieron la noche en una celebración donde el baile y la música fueron uno solo. Los asistentes, envueltos en la energía de la música, bailaron bajo el cielo estrellado, despidiendo el festival con una explosión de alegría y movimiento.
El festival fue una celebración de la diversidad artística y cultural, donde la tradición y la innovación se encontraron para ofrecer un espectáculo inolvidable. Los asistentes fueron testigos y parte de una experiencia que transformó a Querétaro en la capital del arte y la creatividad, dejando una huella imborrable en el corazón de todos los que tuvieron la fortuna de vivirla.
El Festival Internacional Querétaro Experimental no solo fue un evento, fue una experiencia inmersiva que durante tres años ha mostrado al mundo el poder transformador del arte y la cultura. Este último fin de semana fue el broche de oro para un festival que ha dejado una marca indeleble en la historia cultural de Querétaro. El futuro sin duda seguirá siendo brillante para esta ciudad, que ya se ha consolidado como un faro de creatividad e innovación artística en México y más allá.
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