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Masaryk, en renta y sin clientes; señalan fin de un modelo

La pandemia es el más reciente golpe que recibe una zona que enfrenta nuevos hábitos de consumo y la incertidumbre de las grandes marcas sobre el desempeño de la economía

Georgina Olson | 10-08-2020
33 Por ciento han reducido el precio de la renta en algunos locales de esta avenida de Polanco

CIUDAD DE MÉXICO.

Masaryk, en Polanco, está ubicada en el lugar 13 del ranking de Cushman & Wakefield de las calles más caras del continente y en el 37 del ranking mundial.

Esta, una de las zonas comerciales más exclusivas del mundo, ha vivido épocas de esplendor durante 30 años, pero actualmente decenas de boutiques y tiendas se encuentran cerradas y los locales comerciales vacíos no se han podido rentar. Incluso en algunos casos han reducido considerablemente el precio de renta.

Los factores que explican esta situación son el cambio en los hábitos de consumo y aumento de las compras de artículos de lujo por internet, la incertidumbre entre las grandes marcas desde el año pasado sobre el desempeño de la economía mexicana y la gota que derramó el vaso es la pandemia por covid-19.

Antes de la emergencia sanitaria, la renta por metro cuadrado estaba entre 100 y 120 dólares, y aunque algunos locales la redujeron a 80 dólares por metro cuadrado, no han conseguido clientes.

En los años noventa y a principios de los 2000 hubo un boom de pequeñas boutiques locales en Masaryk; de 2005 en adelante llegaron grandes marcas internacionales dispuestas a pagar rentas exorbitantes, lo que subió el precio de renta por metro cuadrado, pero ese ciclo se está agotando.

“El Masaryk de los años noventa era de rentas no tan caras, de negocios más locales, en la glorieta de Arquímedes estaba la tortería que lleva allí toda la vida, más adelante el restaurante Klein’s (que sigue allí) y al lado una boutique de ropa para niños muy fina que abrió una familia de la zona.

“Pero muchos negocios de ese estilo ya cerraron. En el Masaryk de ahora predominan las grandes tiendas: Gucci, Louis Vouitton y Tane”, señaló el arquitecto Horacio Urbano, socio fundador y presidente de Centro Urbano, de investigación sobre vivienda y financiamiento inmobiliario.

“Hay rentas muy caras y no todo mundo tiene capacidad de tener una Flagship Store (tienda insignia), no todo mundo es una marca exclusiva de relojes; Masaryk es poco taquillero, son más taquilleros los centros comerciales y obviamente los centros comerciales están pasando por muchísimos problemas y estuvieron cerrados durante la pandemia”.

David Agmon, fundador y director general de Inverspot considera que así se explica que las grandes marcas hayan migrado a tiendas departamentales.

“Por ejemplo, quien quiera una bolsa Gucci, pues puede ir a Palacio de Hierro y comprarla, la marca no tiene que gastarse 30 o 40 mil dólares de renta en un local en Masaryk; aunque nunca ha sido por la venta, esas empresas han estado en Masaryk para tener presencia de marca, más que como estrategia de venta”, apunta.

Otro elemento que explica la situación en Masaryk, es el incremento de las ventas en línea de productos de lujo: “hay muchas plataformas hoy en día que también ofrecen todos los accesorios premium: zapatos de marca, accesorios de marca; si no te gustan, los regresas, no tienes que ir para allá”, añadió Agmon.

Carlos Chávez de Icaza, vicepresidente de Alcaldías Empresariales de la Confederación Patronal de la República Mexicana Ciudad de México (Coparmex-CDMX) agrega el factor de la inseguridad.

“(Hay) incertidumbre sobre el desempeño de la economía desde finales de 2018 y el 2019, si a eso le sumas la inseguridad y que cualquier persona que entra o sale de una tienda de Masaryk es un blanco para el hampa, pues la gente ya no deambula por Masaryk como antes, y los gastos fijos de tener una tienda en la zona son altísimos”, dijo.

“Al hacer el cálculo de los costos fijos y ver que por meses las tiendas estuvieron cerradas sin poder vender, a muchos les convino cerrar la tienda y más adelante ver cómo regresar al negocio”.

Gerardo López Becerra, expresidente de Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope), considera que lo que sucede en Masaryk se explica en el contexto de la pandemia porque “se fracturó la cadena de producción y consumo. (Hace falta) que la gente se vuelva a animar a gastar, a invertir, y para eso se necesita un plan de recuperación de la economía mucho más robusto”.

Al consultar, aunque en algunos locales siguen pidiendo 100 dólares de renta por metro cuadrado y tres meses de anticipo, también hay casas con uso comercial que redujeron su precio de 120 a 80 dólares el metro cuadrado y aún no han encontrado clientes.

También hay una casa de tres pisos que hasta hace un año se vendía en ocho millones de dólares, pero como no han logrado venderla ahora piden cinco millones de dólares.

López Becerra, actualmente director de ConComercioPequeño A.C., expuso que una estrategia “es que si una empresa paga el impuesto sobre nómina, el gobierno local debe devolverle esos recursos, y que se etiqueten para  el pago de nómina, para apoyar a las empresas con sus gastos”.

Por su parte Agmon y Urbano consideraron que la única forma en que Masaryk  se podría reactivar es haciéndola más versátil, colocando pequeños bares y restaurantes exclusivos, al lado de las boutiques, creando una experiencia más atractiva al estilo de Collins Avenue, en South Beach, Miami.

 

 

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