Mujeres ciclistas, en lucha contra el acoso

Todas las que acuden a Te enseño a andar en bici, entre 60 y 80 cada mes, han sido víctimas de hostigamiento. Detectan a hombre que usa el mismo patrón

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En Reforma y Cuauhtémoc se han dado los casos; 100 por ciento de mujeres que acuden a aprender a andar en bici han tenido experiencias de asedio. Foto: Daniel Betanzos
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La seguridad e independencia de las ciclistas se ven truncadas cuando sufren asedio. La ciclovía de Reforma y carriles de avenida Cuauhtémoc, los puntos donde se han registrado más casos.
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La tranquilidad se ve truncada al momento en que un asediador irrumpe y violenta el espacio de las usuarias del transporte.
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Los expertos consideran que el acoso es una forma de micromachismo que además es parte de la cotidianidad. Fotos: Daniel Betanzos
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CIUDAD DE MÉXICO, 5 de octubre.- La finalidad de ganar libertad, velocidad, seguridad e independencia que muchas mujeres disfrutan al andar en bicicleta se ve truncada cuando el acoso callejero se suma a la rodada.

De acuerdo con el grupo Te enseño a andar en bici, cada mes acuden entre 60 y 80 mujeres que quieren aprender y 100 por ciento de ellas han tenido experiencias de acoso.

Así se han reportado casos en la Ciudad de México en los que hombres han hostigado con palabras e incluso actos violentos a mujeres ciclistas. 

La ciclovía de Reforma y los carriles preferentes de avenida Cuauhtémoc son dos puntos donde han ocurrido casos en los que un hombre sigue el mismo patrón para acosar a las ciclistas, aunque también se han encontrado a otros sujetos con el mismo objetivo.

Probablemente Karla Romero no fue la primera que sufrió este tipo de agresiones en la ciudad, pero sí fue quien provocó ruido al compartir su experiencia en redes sociales y llamar la atención de otras mujeres que también han sido acosadas.

El resultado es la convocatoria con el hashtag #ParemoselAcosoCallejero para realizar una rodada contra el acoso el próximo 25 de octubre con la finalidad de hacer visible el problema.

Un acosador

Romero, de 28 años y ciclista desde hace tres, transitaba en la tarde por la ciclovía de Reforma cuando a la altura del Senado un hombre con bici rentada de Bici Gratis comenzó a seguirla. Ella se orilló para dejarlo pasar. Sin embargo, él se emparejó y le dijo “se te ven bien los pantalones” y “se ve que te encaja bien el poste de tu asiento”.

En un trayecto de 800 metros el miedo se apoderó de Romero con una frase: “Te voy a acompañar hasta donde vayas”. Sin policías a la vista a los cuales recurrir, ella pudo perderse entre los peatones. “Se ve que es bajito, me llegaba a la sien. Es esbelto, calvo y usaba un pantalón de vestir negro y una camisa holgada rosa. No le pude ver la cara porque usaba lentes de sol”.

Esa misma descripción encaja con la que Pao Jork, como aparece en Facebook, relató. Ella rodaba en la tarde por el carril del metrobús en Cuauhtémoc, cuando “noté que ese tipo me miró mucho en un semáforo, paraba conmigo cuando yo paraba. Noté que hacía tiempo como para esperarme”, dijo a Excélsior.

El hombre no alcanzó a agredirla, pues ella logró cruzar la calle y se perdió de vista del

acosador.

#ParemoselAcosoCallejero

Laura Bustos, fundadora de la iniciativa Te enseño a andar en bici, que instruye a mujeres a moverse en bicicleta por rutas seguras de la ciudad, comentó que cada mes acuden entre 60 y 80 mujeres que quieren aprender y 100 por ciento de ellas han tenido experiencias de acoso.

Fue Bustos quien compartió el estado de Facebook de Romero, en el grupo Morras + Chelas + Bike, donde chicas ciclistas comparten noticias y eventos. En ese momento se unieron las piezas y más mujeres comenzaron a describir sus experiencias. Fue cuando Pao Jork se dio cuenta de que podía tratarse del mismo acosador.

También en ese grupo de Facebook y con ese estado compartido, Isela Cruz, de 30 años, contó que era de madrugada cuando un ciclista la comenzó a seguir sobre Cuauhtémoc, a la altura de Álvaro Obregón. Cuando finalmente la alcanzó “me pellizcó la nalga muy duro. Me enojé muchísimo, pensé en seguirlo, pero era riesgoso”, comentó a este diario.

Ninguna de las tres denunció al acosador, pues consideran que va más allá de acusar; se trata de cambiar una cultura en la que el acoso callejero es aceptado y normalizado, con la idea de que no es grave una mirada lasciva o un piropo. Sin embargo, la tranquilidad se ve truncada cuando el espacio propio es violentado por un acosador.

No es sólo uno, pueden ser muchos y se sienten con el derecho de tocarte, pero ¿por qué se cree que el cuerpo de la mujer es de dominio público?”, cuestionó indignada Cruz.

Taller para rodar libres

El acoso callejero, común y no tipificado como delito en la Ciudad de México, se ha vuelto una razón de lucha para las mujeres ciclistas, quienes además de rodar contra el mismo, ya preparan un taller para saber actuar cuando se enfrenten a una situación así.

Pero lejos de prepararse para responder con agresiones físicas o verbales ante cada “mamacita”, ellas quieren aprender a fortalecer su mente y su seguridad, para encontrar el punto débil en el agresor.

El taller tendrá tres ejes, el primero es introyecciones sociales, el segundo el poder como percepción y el tercero la descripción del agresor. La finalidad es lograr una forma de acción estructurada para actuar frente al acoso en la calle”, dijo a Excélsior Daniela Abascal, sicóloga y ciclista urbana.

De acuerdo con Abascal, las creencias culturales han enseñado a las mujeres que el valor está en su cuerpo y cuando un hombre actúa en contra del mismo logra vulnerar su seguridad. De la misma forma, las ciclistas pasan su valor de independencia a la bicicleta, por lo que cuando son agredidas en ese transporte su sensación de poder y fortaleza también es rota.

El acoso es en realidad una forma de micromachismo, una práctica machista en la cotidianidad. “Ningún acosador cree que vas a voltear a darle las gracias e invitarlo a tu casa, lo que quiere es someter. Es necesario reaccionar a partir de eso, pero hacerlo de forma agresiva es darle el poder al mostrar el miedo”, comentó la sicóloga que impartirá el primer taller experimental el 11 de octubre.

En otros países del mundo el acoso también es tema importante. Sin embargo, en pocos hay organizaciones desde el gobierno para promover una cultura sin asedio.

Los esfuerzos son desde la sociedad civil. Chile, Argentina, Colombia y Perú son países que cuentan con su Observatorio Ciudadano contra el Acoso Callejero.

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