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Comunidad

Remate inmobiliario, una refinada forma de fraude

Una misma empresa con nombres distintos ha timado a cientos de personas; asegura dedicarse a la compra-venta de bienes alguna vez hipotecados

Filiberto Cruz Monroy | 20-07-2014

CIUDAD DE MÉXICO, 20 de julio.- Una sofisticada forma de fraude, en el cual se aprovecha la necesidad de adquirir un patrimonio para la familia, es ofrecer casas o departamentos a “costos accesibles” a través del remate inmobiliario.

Dice un refrán popular: “lo barato sale caro” y en el entusiasmo por conseguir su propia vivienda hace que la víctima, en principio sospeche, pero el fraude está tan bien elaborado y quienes lo perpetran tan bien entrenados que a veces es imposible detectarlo. Su procedimiento es similar en casi todos los casos.

Cuando la gente decide comprar una casa o un departamento por lo regular sabe en qué zona de la ciudad lo quiere, de cuantos metros cuadrados, el número de recámaras, con o sin estacionamiento, o roof garden, pero sobre todo se piensa que sea barato.

Es costumbre buscar casas en venta en páginas de periódicos o por internet. En casi todas las familias hay alguien que se dedica a los bienes raíces o tiene un conocido que lo hace, ésas son las vías más comunes para enganchar al comprador.

 Los  hacen seudoempresas que aseguran dedicarse a la compra-venta de bienes que alguna vez estuvieron hipotecados,  pero que fueron dejados en manos de una institución bancaria luego de que sus dueños no pudieron seguir pagando.

La víctima es llevada a oficinas exclusivas en zonas de alto poder adquisitivo en donde, deslumbrada, hace a un lado sus sospechas. A veces los “agentes inmobiliarios” los llevan ante notarios y ahí firman pagarés, contratos de compra-venta, hacen promesas y compran sueños.

Pasan los meses y el comprador comienza a sentir un malestar. Cuando debe pagar, la inmobiliaria lo contacta e inclusive le cobra intereses si no lo hace a tiempo. Cuando se llega el momento de la entrega del inmueble, el cliente tiene que buscar a la empresa sólo para recibir la primera negativa.

El inmueble tiene un problema legal, pero no se preocupe, le podemos dar otro”, le dice la inmobiliaria al cliente. Con engaños similares alarga el proceso de entrega hasta dos años, hasta que el comprador asume que jamás le será entregada o él mismo verifica que la casa o el departamento ya fue vendido a otra persona con todas las de la ley.

Hay decenas de casos así en la Ciudad de México y de acuerdo con los testimonios de varios defraudados la empresa que lo hizo es la misma pero tiene varias caras: Acsa Sofom, Skala Inmuebles, Administradora de Carteras Barak Barak y
Adjudica Sí.

Bertha Reyna Álvarez compró la casa marcada con el número 49 en Paseo de los Capulines, colonia Paseos de
Taxqueña, delegación Coyoacán. “Me contactaron Imelda del Socorro Hernández Mujica y Arturo Jiménez García. Me dijeron que había una casa de oportunidad que con 50 mil pesos podía apartar y en una semana tendría yo la firma ante notario para, en 60 días cuando mucho,
tener mi casa.

Nos vimos en la Notaría (233) se firmó el contrato a nombre de la empresa Administradora de Carteras Barak Barak o Adjudica Sí, que es lo mismo, con sus representantes legales que son Fátima Elizabeth López Gaspar y Mariela del Carmen Nicolás”, explicó Álvarez.

En agosto de 2013  Bertha inició su denuncia en la Fiscalía de Delitos Financieros de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal. El jueves pasado le informaron que su averiguación se había ido a la reserva y que tenía que llevar un escrito de inconformidad para reactivar la indagatoria.

Mayra Figueroa Hernández, de 43 años, asesora en estrategias de inversión también fue defraudada. Ella pagó por una casa en el 178 de la calle La Malinche, fraccionamiento Colinas del Bosque, en Tlalpan. Su “corredor inmobiliario” fue Alejandro Jalil García Monreal.

Entregó un millón 700 mil pesos que hasta la fecha no ha recuperado. Cuando fue a reclamar ya estaban desmantelando las oficinas de la supuesta inmobiliaria. “Coincidentemente llegué a Homero 411, que en aquel momento eran las oficinas, y estaban en mudanza porque después se fueron a a una oficina virtual en Lagrange, también en Polanco, que ya desapareció”, dijo.

A Héctor Guillermo Montoya Guzmán, Mario Guadalupe Castro Monroy, Marisa Aidé González Morales, Noé Reyes Gutiérrez, Guillermina Cuevas Vélez  y María Socorro Ornelas Piña los engañaron con un complejo ubicado en Odesa 902, colonia Portales, delegación Benito Juárez.

Ornelas Piña, de 66 años, socióloga jubilada, cuenta  que invirtió todo su patrimonio en esa transacción. Ella quería un lugar con tres recámaras para que su hija pusiera su consultorio y vio un aviso en el periódico que ofrecía un departamento en 490 mil pesos.

En noviembre de 2011 adelantó 245 mil pesos. El vendedor Ángel García la llevó a la inmobiliaria. “Ahí conocimos a dos licenciadas: Mariela Martínez Nicolás y Fátima López quienes junto con el vendedor nos atendieron y hablaron de cómo eran los departamentos que estaban, por el momento ocupados, y que si no nos apurábamos pronto se acabaría la oportunidad”.

En diciembre de 2012 cambiaron sus oficinas sin avisar a Lagrange y luego de ubicarlos les dieron largas. En 2013 les prometieron reembolsarles su dinero e incluso firmaron documentación pero a la fecha nada se ha resuelto.

Estas empresas hacen otro tipo de fraude como le sucedió a Irma Márquez Rubio, de 62 años, y su hermana, ambas jubiladas. “Una amiga me presentó un asesor financiero y él me dijo que Alejandro Jalil había entrado a trabajar con él hacía inversiones y que le daba ganacias de 20 por ciento por seis meses y transcurrido ese tiempo le devolvía a uno su dinero íntegro. Yo le comenté a mi hermana, nos llevó a la calle de Homero con Jalil”, explicó.

En 2008 previa firma de contrato en la Notaría 233 de Ángel Gilberto Adame López, ubicada en Montes Urales 220, colonia Lomas de Chapultepec, delegación Miguel Hidalgo, entregaron el dinero. Ocho años después siguen pidiendo justicia y aunque una demanda civil fue ganada no han podido recuperarlo porque los defraudadores no tienen propiedades para embargarles.

 

Profesionales de la estafa

Si ingresa a un buscador de internet los nombres, “Alejandro Jalil García Monreal y Elizabeth Hernández Villagómez”, encontrará que se trata de una pareja que ha defraudado a cientos de personas en México.

Esta pareja  junto con Mariela del Carmen Nicolás, Fátima Elizabeth López Gaspar, Imelda del Socorro Hernández Mujica, Ramón Roldán y Arturo Jiménez García enganchan a personas que buscan una casa o un departamento, les piden dinero y nunca obtienen ni el inmueble ni el reembolso de su dinero.

Pero alguien ya le ganó una demanda a Alejandro Jalil García Monreal quien ingresó al Reclusorio en agosto del año pasado y salió dos meses después. Se desconoce el nombre de esa persona que fue defraudada por dos millones 600 mil pesos y quien logró recuperar su dinero más intereses para después otorgarle el perdón a este hombre que hasta la fecha sigue delinquiendo.

Abogados de las víctimas han hallado domicilios de García Monreal en Condado de Saayavedra y en la colonia San Rafael, y ubicado automóviles de su propiedad entre ellos, un Lamborghini y un Ferrari.

Las empresas

Alejandro Jalil García Monreal ha abierto al menos cuatro empresas que trabajan todas con el mismo modus operandi. La primera, en la calle Horacio 411, colonia Polanco, delegación Miguel Hidalgo. Ésta fue cerrada para abrir otra en la misma zona pero en la calle José Luis Lagrange y luego fue abierta una más en el número 53 de la calle Séneca. Actualmente también opera otro apéndice de éstas en Prolongación Paseo de la Reforma 1015.

Las empresas son Acsa Sofom, Administradora de Carteras Barak Barak, Skala Inmuebles y Adjudica Sí. En varios de los casos los contratos se firmaron dentro de la Notaría 233.

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