Pedro Rodríguez, la leyenda mexicana que ganó las 24 Horas de Le Mans

El nombre del piloto mexicano Pedro Rodríguez ha sido nombrado últimamente por los éxitos de Sergio Pérez, dado que el actual piloto mexicano en Fórmula 1 ha sobrepasado las marcas del histórico nombre; pero para los nuevos aficionados al deporte motor hay más éxitos más allá del Gran Circo para el hermano de Ricardo Rodríguez.

Las carreras de resistencia han sido parte del ADN de nuestros competidores y aunque hoy todo lo que parece importar es la F1, sería un pecado olvidar los éxitos de Pedro Rodríguez en las carreras de larga duración a mediados del siglo pasado, en especial, en un momento donde era capaz de compaginar su calendario en la categoría reina junto con pruebas como las 24 Horas de Daytona, Sebring y, sobre todo, las 24 Horas de Le Mans, una carrera donde escribió historia el 29 de septiembre de 1968.

La mítica competencia y la familia Rodríguez no era ajena. Desde 1958 había buscado el éxito en la carrera, pero los constantes retiros parecían una maldición, incluso en las ediciones de 1959, 1961 y 1962 donde corrió a lado de su hermano Ricardo, pero abandonando.

Hasta 1967, el nombre de Pedro había estado ligado al de Ferrari en la carrera de resistencia con solo un séptimo lugar como su mejor resultado en la edición de 1965 junto al italiano Nino Vaccarella a los mandos de un Ferrari 365 del equipo N.A.R.T. (North American Racing Team). No fue hasta su único intento con Ford que la maldición se rompió.

La historia de la victoria de Pedro Rodríguez en Le Mans

La forma en que Pedro Rodríguez y su compañero Lucien Bianchi fueron designados por Ford para correr el GT marcado con el número nueve no fue algo pactado originalmente. Lesiones de

Brian Redman y Jacky Ickx abrieron la oportunidad a la dupla donde estaba el mexicano para asaltar el circuito de La Sarthe y hacer frente a la armada de Porsche para la última fecha del mundial de sportcars.

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La temporada de la especialidad constaba de nueve fechas, sólo los cinco mejores resultados de cada equipo contaban para sumar puntos al campeonato. Porsche llegaba con 42 unidades, fruto de los cuatro primeros lugares y un segundo, mientras que Ford sumaba 40 por las cuatro victorias y un tercer puesto. El alemán Jo Siffert había colocado en la pole position a Porsche (primera en la historia de la casa de Stuttgart) y Pedro Rodríguez arrancó desde la tercera posición.

Unos minutos antes de la arrancada llovió en la pista de Le Mans, por lo que los equipos largaron con neumáticos para estas condiciones. Porsche comenzó dominando y después de seis horas de carrera los autos alemanes parecían no tener rival, dejando atrás a sus competidores. Desafortunadamente la desgracia llegó durante la noche, cuando tres bólidos tuvieron que abandonar la competencia. Fue en ese instante cuando Bianchi aceleró en el Ford GT40 para tomar la delantera.

La lluvia llevó a traer un mal recuerdo a ambos competidores. Pedro Rodríguez había intentado tener éxito en el circuito francés en años anteriores, pero sin éxito. La suerte de Bianchi no era distinta. Ante las difíciles condiciones redujeron el ritmo.

Henri Pesacarolo fue el único piloto en darle batalla durante estas condiciones, pero a dos horas del final su Matra sufrió un incendio dejando el camino libre para el coche americano marcado con el número nueve con cinco vueltas de ventaja sobre el segundo lugar.

El triunfo representó la segunda victoria consecutiva para la firma del óvalo azul en Le Mans y de paso el cetro del mundial de marcas con 45 puntos, el resultado de cinco victorias en el calendario, derrotando por la mínima diferencia a Porsche.

Además de esta victoria, Pedro Rodríguez también sumó dos triunfos en Fórmula 1 y durante 1970 y 1971 fue un piloto clave para que Porsche consiguiera dos coronas mundiales de Sportcars.

En su última aparición en La Sarthe en 1971 a los mandos del mítico 917 junto al británico Jackie Oliver logró la pole position, pero no concluyó la competencia por una fuga de aceite.

Carreras de larga duración como los 1000 kilómetros de Nurburgring, la Targa Fioro, las 12 Horas de Reims o los 1000 kilómetros de Spa vieron su nombre grabado en el podio.

La muerte desafortunadamente impidió seguir creciendo su legado cuando el 11 de julio de 1971 perdió la vida en el Norisring, Alemania, cuando estaba a los mandos de un Ferrari 512.

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