El patriarca Boone

Ray Boone no ocultaba lo orgulloso que se sentía al observar a sus nietos Brett y Aaron participar en el Juego de Estrellas de 2003, como representantes de cada liga. Era el camino que él había forjado desde su debut como pelotero en las Grandes Ligas en 1948 y que luego ...

Ray Boone no ocultaba lo orgulloso que se sentía al observar a sus nietos Brett y Aaron participar en el Juego de Estrellas de 2003, como representantes de cada liga. Era el camino que él había forjado desde su debut como pelotero en las Grandes Ligas en 1948 y que luego cedió la estafeta a su hijo Bob, quien jugó 19 temporadas en MLB.

El patriarca Boone forjó a la primera familia con tres generaciones en Grandes Ligas (abuelo, padre y nietos) así como también la primera en participar en, al menos, un Juego de Estrellas.

Ray, quien debutó con los entonces Indios de Cleveland, sólo tuvo un turno en la Serie Mundial de 1948, pero fue parte del equipo campeón. Jugó 13 temporadas en Grandes Ligas  con seis conjuntos. Como short stop titular de Cleveland, fue compañero del segunda base mexicano Beto Ávila.

Ray era catcher en sus inicios, pero fue transformado en un jugador de cuadro, mientras que su hijo Bob, quien debutó en 1972 con los Filis de Filadelfia, era tercera base, convertido en un brillante catcher, ganador de siete Guantes de Oro y también campeón del Clásico de Otoño en 1980.  

Brett, el nieto mayor, debutó con los Marineros en 1992. En ese equipo fue líder de carreras producidas en 2001, año en el que impusieron récord de triunfos con 116 aunque fueron eliminados por Yankees. También ante el equipo neoyorquino jugó el Clásico de Otoño de 1999 con los Bravos de Atlanta, que cayeron en cuatro juegos.

Brett no simpatizaba con Yankees, pero ya siendo analista de televisión, observó a su hermano Aaron protagonizar su mejor momento en las Grandes Ligas al pegar el jonrón que le dio a los Bombarderos del Bronx su pase a la Serie Mundial en 2003.

Aaron es ahora el manager de los Yankees.

Ray Boone, quien en su carrera enfrentó a lanzadores como Bob Feller y también tuvo como compañero a Ted Williams en su paso con Boston, fue también buscador de talento de los Medias Rojas y se apuntó el éxito al firmar al pitcher Curt Schilling para el profesionalismo.

En octubre de 2004, Medias Rojas consiguió lo que ningún equipo ha realizado al levantarse de una desventaja de 0-3 en una serie de postemporada. En los días que enfrentaban esa batalla ante los Yankees, Ray Boone murió el 17 de octubre. Schilling fue pieza clave del equipo que acabó con la Maldición de 86 años sin ganar la Serie Mundial.

Los Boone acumularon en sus carreras 5 mil 890 hits, 634 jonrones y 3 mil 139 carreras producidas. Sumaron 10 Juegos de Estrellas y 11 Guantes de Oro.

Incluso, tienen una marca de tarjetas de colección con su imagen, con un total de 2 mil 800 cromos diferentes.

Desde el debut de Ray en 1948, el apellido Boone siempre ha estado ligado al beisbol. 

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