El gran estafador
Luego del primer mes, los robos de base tienen casi 80 por ciento de éxito.Los robos de base están al alza y para las autoridades de las Grandes Ligas es un regocijo. Gracias a las nuevas reglas, en las que se incluyen el aumento del tamaño de las colchonetas, a las ...
- Luego del primer mes, los robos de base tienen casi 80 por ciento de éxito.
Los robos de base están al alza y para las autoridades de las Grandes Ligas es un regocijo. Gracias a las nuevas reglas, en las que se incluyen el aumento del tamaño de las colchonetas, a las que el manager de los Medias Rojas, Alex Cora, comparó con unas cajas de pizza, así como el reloj vigilante sobre los lanzadores y la limitante que tienen en cuanto a las viradas, han permitido que los ladrones corran con libertad.
Luego del primer mes de temporada, los estafadores han tenido éxito en casi 80 por ciento de los intentos de robo, por lo que se estaría en camino a terminar con la mejor tasa en la historia.
Apenas el año pasado, el líder de robos de base en las Grandes Ligas fue Jon Berti, de los Marlins de Miami con 41. El mejor robador en lo que va de esta temporada es Ronald Acuña Jr., de Bravos, con 15 estafas. La proyección es que el venezolano termine con 84, una cantidad que no se ha visto desde los 93 robos de Rickey Henderson en 1988. ¡Alto! ¿Rickey Henderson? bueno, el gremio de ladrones de bases tendría que rendirle tributo a su santo, el máximo estafador en la Gran Carpa.
Henderson impuso un récord que es imposible de igualar, incluso con todo y las “cajas de pizza” como colchonetas. El veloz jardinero consiguió 130 robos en la temporada de 1982.
Henderson, nacido en Chicago justo en la Navidad de 1958, durante un parto adelantado que tuvo que ser atendido en el asiento trasero de un auto, mostró desde entonces que tenía prisa.
Fue 12 veces campeón de bases robadas, siete fueron de manera consecutiva y en tres ocasiones superó los 100 robos en una temporada. Es el único que supera las mil estafas en su carrera (1,406) y de hecho le saca casi 500 a Lou Brock, a quien le rompió el récord de 938 en 1991.
Henderson, quien adoptó el apellido de su padrastro, fue un atleta súper dotado, que soñaba con jugar en la NFL con Raiders, pero por consejo de su madre, se decidió por el beisbol y fue en los Atléticos de Oakland, para los que jugó en cuatro etapas, el equipo en que vivió sus mejores momentos.
A los 20 años, apenas unos meses antes de debutar en las Grandes Ligas, Rickey Henderson tuvo un paso por el beisbol mexicano con los Mayos de Navojoa, conjunto al que ayudó a ganar su primer título en 1979. Con la novena sonorense consiguió 22 robos en 44 juegos.
Fue en aquella experiencia cuando el catcher mexicano Roberto Heras atrapó al peligroso ladrón con un certero disparo a la intermedia. Aunque Heras reconoce que la jugada en segunda “fue muy cerrada”, presume con orgullo el haber sometido al que, con el tiempo, sería uno de los estafadores más peligrosos del beisbol.
